martes, 30 de enero de 2007

OBRAS SON AMORES...

Hago constar que mis elogios a Hernando provenían de mis críticas al año y medio en el que Planeta se ha dedicado a destrozar, bajo la batuta de Jaime Rodríguez, el Universo DC. Hernando, al menos, tiene un plan. Y había indicios de cambio. Pero...

En mi última visita a la librería me encontré con un tomo en tapa dura de Superman. "¿Y esto?". Los autores: Joe Kelly, Pasqual Ferry y Chuck Dixon, según la portada. Hojeo. Historietas. Textos. El común denominador, los dibujos de Ferry. Ajá. Es un libro dedicado a Ferry. Con textos de Ferry. Qué buena idea. Como un dvd con extras. Gran idea, Hernando. Y la mejor manera de apoyar las ideas, es comprando. Pero...

Si es un tomo dedicado a Ferry, ¿por qué el nombre de Ferry aparece de manera tan discreta? ¿No debería llamararse algo así como "Superman de Pasqual Ferry" o "Pasqual Ferry en Superman" o "Superman por Pasqual Ferry" o incluso "Este Pasqual es la leche"? De hecho, según los créditos de la cuarta página el tomo se llama Superman de Pasqual Ferry. ¿Por qué ocultar esto en portada? Y, ya puestos, ¿por qué esa portada tan fea? Porque, la verdad, ninguna de las portadas de las historias son demasiados espectaculares, salvo, quizás, ésta, pero a lo largo de los dos años que Ferry se tiró en Action Comics hizo alguna portada que se podía haber aprovechado. Leyendo el texto introductorio, Hernando dice que en el tomo iba a aparecer una portada inédita. ¿Qué ha pasado entonces? Si hay tal portada, ¿por qué no aparece? Si no la hay, ¿por qué aparece lo contrario en el texto? Si hay alguna razón por la cual la portada no aparece ¿por qué no modificar el texto? Y luego está el tema de ilustrar los textos de Ferry con las mismas páginas de la historieta precedente eliminando bocadillos. Ni un mal boceto, ni una página a lápiz para compararla con la página entintada o coloreada, sobre todo teniendo en cuenta que ese es un tema en el que el dibujante hace mucho hincapié en sus reflexiones.

Puestos a especular, asumo problemas legales con la editorial americana, ya sea porque no quiera ligar el nombre de su personaje principal con un autor que ahora trabaja para Marvel o porque DC haya vetado la portada o vete tú a saber. Sea como sea, el resultado final huele a chapuza.

Y es una pena porque, repito, la idea es buena. Un tomo en formato de lujo, en el que el dibujante escoge varias de sus historias y comenta la concepción de las mismas, debería ser una joya para todo aquel que le gusta meter el dedo en la tripa de este arte. Y se podría hacer con otros: Kano, Marcos Martín, Bachs o Larroca, aunque yo pasaría bastante de comprarme este último. Lo más parecido es aquel La aventura gráfica de Carlos Pacheco en el que se repasaba toda la trayectoria del dibujante sanroqueño aunque sobrara la parte en la que Pacheco y Marín se creían Truffaut y Hitchcock. Y hablo de autores españoles por la accesibilidad a la hora de conseguir declaraciones -aunque si uno se lo trabaja, hasta Alan Moore es entrevistable- y por el hecho de que en EEUU no realizan productos similares, ya que las editoriales siempre prefieren dar protagonismo a sus personajes que a autores que ahora trabajan para ellos pero que en un año pueden estar trabajando para la competencia, salvo en casos de superestrellas como Jim Lee (X Men Visionaires) o Frank Miller (Daredevil Visionaires).

Y, volviendo al principio, ¿a quién culpar de la chapuza? ¿Quién me devuelve mis 14 €? ¿Hernando? ¿Rodríguez? ¿López? ¿Lara? ¿O al final resultará que la culpa se la echarán a DC? Porque la costumbre, y me remito a Los 4 Fantásticos de Pacheco y Marín, es decir que la culpa siempre la tiene la editorial americana de turno.

Y, por cierto, ¿alguien sabe si en su edición original La voz del fuego, la novela de Alan Moore, tenía un índice de capítulos como suele ser habitual en las novelas? Porque la edición de Planeta no la tiene. Como tampoco tiene las estupendas fotografías de José Villarrubia. Y sí, acertáis. El editor de este libro es... Venga, una pista: empieza por Ro y termina por dríguez.
¿Cuándo acabarán nuestras penas? ¿Existe el tebeo perfecto y sin mácula? ¿Por qué es tan difícil sacar las manchas de las picotas?

sábado, 27 de enero de 2007

EL ESTATUS

Llevas tu afición discretamente, pero sabes que hay gente que a tus espaldas sonríe y hace comentarios. Te gustaría que te comprendieran pero hace ya tiempo que lo has dado por perdido. Tú sigues comprando buena parte de las novedades y te mantienes al día gracias a internet o a las conversaciones que tienes con otros como tú en la librería que frecuentas. Sólo que te gustaría no sentirte extraño. Es la dura vida del aficionado a la poesía... Y a la ciencia-ficción, la maquetería, el rol,... o los tebeos. No estamos solos.

Mis habituales Atarieterno y Griffin comentaban lo mal mirados que nos tiene la sociedad a los comiqueros, empezando por los medios de comunicación, aunque ya se sabe que en España, salvo honrosas excepciones, "periodista" e "inculto" son sinónimos.

Y es que ya desde el bautismo este medio ha tenido problemas. Nadie le inventó un palabro grecolatino (cinematógrafo, televisión,...) de fácil contracción, ni tiene un medio físico propio (película, film, video,...) del que tomar el nombre. Ya sea en inglés (comic strips, comic books,...), en español (tebeo, -proveniente de una revista infantil,- historieta,...) o incluso en japonés (manga significa "dibujos caprichosos" o "garabatos"), el nombrecito no acaba de convencer. Y, sin ser peyorativas, la bande dessinée francesa o la banda desenhada portuguesa son demasiado restrictivas ya que sólo se refieren a las tiras dibujadas. Más gracia hace el fumetti que proviene del nombre de los bocadillos de texto en italiano, pero tampoco...

Obviamente, la cuestión del nombre es sólo un síntoma. En el mundo occidental y hasta los años 70, la historieta era un medio de contenidos predominantemente infantiles y todos los niños leían tebeos. El paso a la madurez lo daban echarse a fumar, ir a la mili y dejar de leer tebeos. Hoy en día fumar está cada vez más difícil, la mili no existe y el comic es algo minoritario a lo que pocos niños prestan atención. Sin embargo se sigue identificando "comic" con "infantil". Aunque hasta eso se está arreglando.

Álvaro Pons, en su La Cárcel de Papel, lleva una sección cuya idea me hubiera gustado tenerla a mí. Se llama Síntomas y expone ejemplos de aceptación social y mediática de los comics en los que ve indicios de "normalización", palabra que implica que esta afición no se ve, todavía, como algo demasiado normal. Y, sí, parece que vamos mejorando, ya sea por la "salida del armario" de famosos y políticos que se confiesan aficionados o por la invasión de películas y series de calidad basadas en tebeos. Y si queremos seguir por ese camino somos los aficionados los que más tenemos que poner de nuestra parte. Porque, sí, tíos raros hay muchos en este mundo, como en cualquier mundo, pero la mayoría son (somos, digo yo) gente normal con su familia, su trabajo y sus hipotecas.

Si en mi veintena a mucha gente le extrañaba que siguiera leyendo tebeos, a partir de los treinta las personas a las que he ido conociendo han acogido este hecho con curiosidad e incluso interés. Dibujar monigotes hasta me ha servido para ligar. Y una compañera del colegio me regaló el otro día la agenda FNAC dedicada este año a dibujantes de comic. Es tan sencillo como tratar el tema con la misma naturalidad que otra afición. Sin avergonzarse, pero sin avasallar como a veces hacemos cuando vemos un resquicio de interés. Hay que perder la vergüenza, en el buen sentido de la expresión.

Y podríamos empezar por los propios autores. En la solapa de Los hijos de Anansi, Neil Gaiman aparece como "escritor de ciencia ficción y fantasía y guionista. Es conocido especialmente por la exitosa serie de novela gráfica The Sandman". Serie de novela gráfica que era serie de tebeos. Pero lo de novela viste más. ¿Veis? Necesitamos un nombre.

¿Cómo lleva tu mujer tu colección de diez mil comics? ¿En la oficina eres conocido como el "tonto de los tebeos"? ¿Compras el Playboy para esconder dentro los comics?

miércoles, 24 de enero de 2007

SENTANDO CÁTEDRA

En el ámbito universitario esto del tebeo se sigue viendo como una curiosidad a la que, de vez en cuando, se dedican unas jornadas, un seminario o una tesis doctoral aquí y allá. Aún así, nuestro arte/medio/expresión tiene que recorrer mucho del camino que ya ha andado el cine.

El caso es que hace año y medio tuve ocasión de asistir a una conferencia sobre la Historia del Comic dirigida a alumnos de ESO y Bachillerato a cargo de un profesor universitario de Historia del Arte. De mediana edad, me dicen que es un tipo preparado, que lo mismo te habla de Altamira que analiza el impacto audiovisual occidental en Oriente Próximo a partir del videoclip de un artista turco (Verídico).

El caso es que no empezó mal. Aún siendo discutible, situó el origen del medio a finales del XIX en EEUU, relacionando la jornada dominical de descanso y la necesidad de ocio que surge de ella con el auge de los suplementos de los diarios en los cuales las historietas eran parte fundamental. Incluso ilustró esta parte con una foto de un grupo de newsboys. Pero pronto empezó el desvarío, porque:
  • Ambientó la parte en la que hablaba del comic de aventuras de los años 20 (sic) con una diapositiva de una viñeta de un tebeo de Bonelli. Martin Mystere, de Milton Caniff, digo yo.
  • Afirmó que los colores de Superman eran los de la bandera americana. Rojo, azul y amarillo. Los de la bandera yanqui, mismamente. No que sean los colores primarios. No que las técnicas de impresión de la época no permitían mucho más. De ahí a decir que Superman es fascista, un paso. Y tú daltónico, chato.
  • Apoyándose en una viñeta de la horrenda Hora Cero de DC, afirmó que "en realidad no ha habido un Batman. Ha habido tres". Y trescientos, si nos ponemos a contar. Nada de multiversos, nada de renovación de personajes cada veinte años para adaptarlos a nuevos públicos,...
  • Usó a Mafalda y Snoopy como un ejemplo de la influencia de la línea clara franco-belga. Clara y transoceánica.
  • Y no podía faltar el manga, cuyos personajes tienes los ojos grandes ¡para poder vender en Occidente! Sí, en eso estaba pensando Osamu Tezuka, en invadir Occidente,...
Sólo le faltó lo de que Batman y Robin son gays y que los tebeos los hace un ordenador. En definitiva, una sarta de inexactitudes y lugares comunes y falsos. De aquí a escribir sobre comics en un periódico de tirada nacional, otro paso.

No me voy a atrever a afirmar que lo anterior es el paradigma del conocimiento universitario sobre el tema. Lo que sí está claro es que haber escrito una tesis sobre, no sé, las volutas de las columnas de las catedrales en el alto medievo no te habilita para hablar sobre tebeos. Pero así funciona la Universidad.

No pude resistir la tentación y me acerqué a la mesa, donde trufé mi felicitación con un "en su conferencia hay varios aspectos discutibles" que provocó un alzamiento de cejas autosuficiente. Por desgracia, logró escabullirse.

La conferencia, además, me sirvió para constatar algo que ya sabía de hace tiempo: a los niños no les interesan los tebeos. Se aburrieron como si el tema hubiese sido "Formas tradicionales de pesca en el altiplano hondureño" y sólo mostraron cierta reacción cuando vieron la diapositiva de un Goku.... al que conocían por los dibujos animados, claro. Entre eso y la capacidad retentiva media de un alumno de Secundaria, los disparates cayeron en saco roto. Para algo tenía que servir la ESO.

¿Qué pifia recuerdas en información sobre comic en la prensa generalista? ¿Has sentido deseos alguna vez de estrangular a un conferenciante? ¿Has tenido fantasías eróticas con Sailor Moon?

domingo, 21 de enero de 2007

TODO POR LA PASTA

No hace mucho que Atarieterno escribía "¿crees que la figura del librero -si llamamos así a nuestros vendedores de tebeos- juega un papel importante dentro de esta industria?, ¿hasta qué punto puede influir en la difusión de una obra, sobre todo de autores españoles?, ¿te hacen descuentos por buen cliente?, ¿haces vudú con un muñeco de tu librero cuando se le olvida guardarte ese número que coleccionas?; algunos brillantes, otros indeseables, pero ¿alguno dice la verdad?..."

Para empezar en España no hay industria del tebeo. Eso no es, en principio, ni bueno ni malo. Es. Por otro lado hace mucho tiempo que le he perdido la visión romántica a este mundillo. El librero no tiene que fomentar valores culturales ni hacer promoción de autores patrios ni nada de eso. Lo que tiene que hacer el librero es ganar dinero. Y cuanto más dinero, mejor. Mejor para todos.

Y ganará dinero si los empleados de la librería conocen el tema, son amables en el trato y saben responder a las dudas de los clientes. Si el negocio está situado en una zona comercial óptima y en un local amplio y bien organizado. Si se mantiene al día de las nuevas tendencias y consigue así renovar y aumentar su clientela. Si sus clientes tienen un tanto por ciento muy alto de probabilidades de comprar lo que andan buscando. Si su negocio es un sitio agradable donde estar. Si ofrece a sus clientes mejores condiciones que la competencia. Si sabe aconsejar al cliente de manera acertada. Si organiza eventos y promociones que satisfagan a sus habituales y atraigan a nuevos clientes. En definitiva, si se toma su negocio como lo que es, un medio de vida. Y los negocios sobreviven y prosperan si tienen al cliente contento. Ergo, la cantidad de dinero que gane el librero será señal de la felicidad de sus clientes.

Pocos negocios sobreviven mucho tiempo al maltrato al cliente. Seguro que todos tenemos (y ahí están las réplicas a disposición de todos) historias sabrosas que contar de las librerías que hemos frecuentado. Yo tengo la suerte de olvidar las cochinadas que me hacen y la habilidad de alejar a los cochinos de mi vida, así que no recuerdo ninguna judiada que me hayan hecho. Lo más sencillo y efectivo en esos casos es coger carretera y manta, que hay barcas para seguir.

Por supuesto que, por mucho esmero que ponga el librero, si el producto que vende no es bueno, le va a ir mal. Así que la pregunta correcta no sería qué hace el librero por el autor español, sino que hace el autor español por el librero. Y, sobre todo, qué hacen las editoriales por el librero. Es decir, qué hacen por sí mismas.

¿Tenéis experiencia como libreros? ¿Os atreveríais a montar una librería especializada? ¿Habéis ligado alguna vez en una librería de comics?

viernes, 19 de enero de 2007

POR AMOR AL ARTE

Me acaba de llegar la información sobre los premios del Saló de Barcelona (a los que nunca voto) y me encuentro con que este año hay premios en metálico. Y si no recuerdo mal, esta es la primera vez. Y me parece muy bien, la verdad.

En concreto, se conceden 6.000 € al Gran Premio en reconocimiento a toda una trayectoria profesional, 3.000 € a la mejor obra, dibujo, guión y autor revelación y 1.200 € al mejor fanzine y a la mejor revista. 20.400 € en total. El premio a la mejor obra extranjera no tiene dotación económica. Ea. Por extranjeros. Y se crea un nuevo premio a la divulgación del comic en cualquier medio de difusión. Lo cual me parece aún mejor idea. Pero, ojo, sin un euro.

Al resto, a los que ganan dinero por su trabajo (sí, los de los fanzines también ganan) pues les premiamos con dinero. Y me parece bien, ya lo he dicho. Pero al que dedica su tiempo libre a escribir sus artículos para el periódico local, al que hace cursillos o charlas por los colegios de su entorno, o al que tiene una página web, o lo que puñetas se valore al conceder el premio, una estatuilla y un muchas gracias. Pues no me parece bien. Que todo tiene su mérito y todo es necesario y todo hay que valorarlo.

Tengo muuuucha curiosidad por ver quién, y en base a qué, se lleva ese premio a la difusión. Porque me pregunto: yo, que he conseguido que Atarieterno se haya empezado a comprar El Lobo Solitario y su Cachorro, ¿puedo optar a dicho galardón?

Ostras. Este año el Saló es en abril. Del 19 al 22. Y, de puñetera casualidad, estoy en Barcelona esos días para un concierto. Y yo que pensé que no iba a ir nunca más...

Por cierto, me gusta mucho el cartel de este año, de Miguel Gallardo. Sencillo, elegante y bien diseñado.

Y ahora, las preguntas de rigor: ¿Sirven los premios para algo? ¿Qué categorías, distintas a las de los premios del Saló, crearías? ¿Crees que el universo conspira para que seas feliz?

miércoles, 17 de enero de 2007

Y LLEGÓ HERNANDO, Y SE HIZO EL CHECKLIST

El mes de diciembre pasado me llevé uno de los sustos de mi vida al ver el checklist DC de Planeta. Primero, por el simple hecho de verlo. Segundo, por lo copioso.

Ha hecho falta año y medio para que Planeta (¡Planeta!) empezara a tener un plan definido sobre cómo editar DC en España. La pérdida de Marvel a manos de una Panini que había decidido quedarse con los juguetes, había creado el desconcierto en la cúpula de la editorial. Primero, la dimisión de Jesús Pece. Luego, el natural fichaje de Alejandro Viturtia para hacer en Panini lo que hacía en Planeta. Yo pienso que Viturtia podría haber manejado DC sin demasiados problemas. O no pudo, o no le interesó.

En verano de 2006 se anunció que Planeta DeAgostini fichaba a David Hernando como Editor DC. Hernando, al que adivino veinteañero, se fogueó en el campo teórico en la órbita de Dolmen. Y ha demostrado que conoce de sobra el material que trata. Domina la historia de nuestro medio y no pretende inventar nada. Su política editorial es una actualización de la que hizo Zinco en 1986-1987, aprovechando un megaevento que "resetea" el Universo DC para organizar los lanzamientos editoriales y lavar la cara de los tebeos mediante artículos, secciones informativas y, oh, sí, un checklist. Con 38 novedades. Y, sobre todo, con ganas de hacer las cosas bien y respetuosamente.

Como muestra, el botón en forma de carta del Editor que aparecía como encarte en el nº 16 del Coleccionable del Superman de John Byrne, una colección plagada de páginas borrosas, adivino que escaneadas con una calidad que clamaba al cielo. En dicha nota informativa se pedían disculpas por las deficiencias aparecidas y se anunciaba un cambio en la periodicidad de la colección. Qué menos. Qué poco acostumbrados estamos a esto.

Hernando parece tener muchos y buenos planes para DC. Los cuenta quincenalmente en la web La Zona Negativa. Los que hemos echado los pelillos genitales con DC nos merecemos que Hernando triunfe. Y que le dejen triunfar.

Un aparte: ojo a los Clásicos DC, unos grandes desconocidos en España. Lo que Stan Lee tenía de humor y melodrama lo tenían de imaginación y desparpajo Gardner Fox, Robert Kanigher o John Broome. ¡Y en las historias salían gorilas gigantes!

¿Triunfará Hernando? ¿Cuál es vuestro tebeo DC favorito? ¿Has tenido fantasías sexuales con gorilas gigantes?

lunes, 15 de enero de 2007

CATA DE COMICS

Los restaurantes de cierta categoría hacen que el cliente pruebe el vino antes de servirlo (y cobrarlo). En las grandes superficies amables y sonrientes muchachas te ponen bajo las narices platos de distintas viandas para animar las ventas. Y todo aparato electrónico tiene, por ley, un periodo de quince días de prueba durante el cual, si no te satisface, te devuelven el dinero. Lo de "probar antes de comprar" tiene la doble función de publicitar el producto mediante el propio producto y de evitar engaños o decepciones. Y eso funciona en casi todos los negocios... menos en el del ocio.

Porque, a ver, sal de la sala de cine diciendo que la película es un asco y que te devuelvan el dinero. Regresa a la librería con el libro que acabas de leer, ciscándote en el autor y pidiendo tus 17 euros. O con un dvd. O un videojuego. O un tebeo. En el negocio del ocio si compras y el contenido no te gusta, te aguantas. Porque nadie te da a catar antes de comprar. ¿O sí?

Hace ya muchos años que la industria del videojuego regala demos con las dos o tres primeras fases del juego. Cada vez es más común que en las webs de las editoriales te puedas descargar en pdf el primer capítulo del best-seller de turno. O que algunos trailers, como el de El diablo viste de Prada te enseñe casi diez minutos de película sin cortes, trampas ni cartón. Y esta práctica está llegando al mundo del tebeo. Sobre todo, y como casi siempre, en Estados Unidos.

Es cada vez más común que páginas de noticias como Newsarama o Comic Book Resources ofrezcan las primeras páginas o incluso el primer número de determinadas series, una práctica imitada por algunas pequeñas editoriales españolas. La revista Wizard también lo hace con asiduidad. Lo cual te evita tener que fiarte del crítico de turno o, peor, de las promociones siempre engañosas e interesadas.

Lo cual no es nada nuevo, todo sea dicho de paso. Al fin y al cabo se trata de hojear (y ojear) antes de comprar. Lo que hemos hecho toda la vida en el quiosco o librería. El problema es que las editoriales te dejan "hojear" muy poco de lo que realmente publican cada mes. Aunque siempre hay maneras de hacerlo.
Un amigo se baja los tebeos yanquis por emule o bittorrent en formato cbr, se los lee por encima y así decide si se va a comprar o no la edición española. Yo soy de los de grapa y papel, y lo seguiré siendo. Aún así, desde que he cambiado de 15 a 19 pulgadas (de monitor, malpensados) sí que he picado con los tebeos en formato electrónico. Usando los programas de intercambio de archivos es posible leer un jueves el Civil War que ha salido el día anterior en EEUU y comprobar que, aunque con sus momentazos, es una serie bastante deslavazada. Aún así, me la compraré cuando salga en España.

Grego Lorente escribía hace poco que "para criticar algo hay que leerlo, y para leerlo hay que comprarlo". Se trata de una postura ética, obviamente. El pirateo, aunque sin tanta fuerza como en otros medios, también está en los tebeos, faltaría más. Y sí, puede que no sea ético, pero es legal. Y lo dice la SGAE, ojo: "Según la Ley de Propiedad Intelectual una obra ya divulgada puede ser reproducida sin autorización del autor cuando dicha reproducción se hace "para uso privado del copista" y siempre que la copia no sea objeto de utilización colectiva ni lucrativa. Por tanto, un usuario particular no tiene que solicitar autorización del autor/es de una obra musical o audiovisual cada vez que graba la misma para su propio uso, y sin que vaya a ser objeto de negocio." Y si es legal y encima te sirve para decidir si algo merece la pena ser comprado, miel sobre hojuelas. ¿O no?

¿Cuál es el último tebeo que te ha hecho sentirte engañado? ¿Lees tebeos en formato digital? ¿Cómo es posible que haya gente con tiempo para escanear un tebeo, con lo coñazo que es eso?

sábado, 13 de enero de 2007

LA NECESARIA ONOMATOPEYA

Presa de los remordimientos, el doctor Al Killian redacta una nota de suicidio en su PC, la manda a imprimir, apoya el cañón de su pistola contra su ojo derecho y... (Pulsa la imagen para verla a más tamaño)

A ver, recapitulemos. Vemos abatirse el percutor de la pistola en la viñeta 2 y a la guapa científica entrar en la habitación. Debe ser científica, porque es guapa y lleva bata. Si fuera fea llevaría una fregona y sería la mujer de la limpieza. Y, ¿por qué entra? Ella misma lo dice: “¿Al? Ha habido un disparo...” Ajá. Ella ha oído un disparo. Es lógico. Hemos visto que ha habido un disparo. Casi no hacía falta el aclaratorio diálogo. Así que el sonido del disparo debe haberse producido entre la viñeta 2 y la viñeta 3. Seguimos. Ella se queda espantada, sin palabras. Mecánicamente, con la mirada fija en la horrible escena, coge un papel de la impresora y... Un momento, un momento. Si está mirando el cadáver de Killian ¿cómo es que se da cuenta de que en la impresora hay un papel? De hecho, en la viñeta 3 se ve la impresora, y no parece haber un papel. Ah, espera, en la viñeta 4, si te fijas mucho mucho se ve una hoja saliendo. Pero esto no contesta a la pregunta. ¿Cómo sabía ella que de la impresora estaba saliendo un papel si ni ha mirado en dirección al aparato? Nosotros sí podemos saberlo porque anteriormente vimos al doctor darle al botón “Print”, pero a ella le falta esa información. Espera, a ver... Claro. Es que ha oído salir la hoja. Ella sí, pero nosotros no. Y nosotros no lo hemos “oído” porque en este tebeo ¡no hay onomatopeyas!

Las imágenes corresponden a Iron Man volumen 4 nº 1 (Edición USA), obra de Warren Ellis y Adi Granov, publicado por Panini en un reciente tomo. En concreto provienen de las páginas 9 (viñetas 1 y 2) y 10 (viñetas 3 a 6). Y el párrafo anterior describe el proceso mental que me llevó a comprender la escena tras el primer momento de desconcierto. No hubiese tenido esos problemas de comprensión si en la viñeta 4 hubiera una pequeña onomatopeya tipo “VRRRT! VRRRT! VRRRRT!” indicando el sonido de la impresión y dando la pista de cómo la científica ha notado que el doctor ha dejado una nota de sucidio. Pero Warren Ellis es un guionista de los que no usan onomatopeyas.

La onomatopeya es una expresión del “ruido ambiente” de la escena y uno de los recursos más característicos del comic. No sólo transmite información sino que puede ser utilizado para dar énfasis o conducir la historia por caminos determinados. Algunos personajes, snikt, bamf, son reconocibles a partir de una onomatopeya. Soberbios usos de la onomatopeya los tenemos en la obra de Will Eisner o de Walt Simonson, ayudado por el gran rotulista John Workman, o Howard Chaykin. Sin embargo, en el tebeo americano de los últimos años se ha extendido prescindir de ellas, como de los bocadillos de pensamiento o los cuadros de texto de enlace (“Entretanto”, “Más tarde”). Una cierta escuela de guionistas asume que si ve una explosión el lector sabe que hay un BOOM muy grande, que si oye una metralleta suena RAT-TAT-TAT,... Todo depende, pues, de la habilidad del dibujante. Sin embargo, yo pienso que una explosión con un BOOM es más explosión que sin él.

Esta corriente de narrativa sin onomatopeyas, como tantas otras, proviene de Alan Moore, que si bien no la inventa, sí que la usa con profusión. Sus tres obras de referencia no presentan onomatopeyas, aunque sí las usa en los tebeos de la línea ABC.

Tomando los últimos treinta tebeos que he comprado, veintidós usan onomatopeyas y ocho no. Obviamente la calidad de una obra no se puede medir por el uso u omisión de algún recurso estilístico, mientras el resultado sea óptimo y coherente. Porque en el tomo de Iron Man que hemos usado como ejemplo sólo hay tres onomatopeyas, todas ellas usadas para corregir la pobre narrativa del estático dibujante. Y eso, la habilidad de los autores, es el quid de la cuestión.

¿Es la onomatopeya un recurso en extinción? ¿Cuál es tu onomatopeya favorita? ¿A qué huele el silencio?

miércoles, 10 de enero de 2007

Kriptonita deAgostini

Aún siendo el personaje de cómic más conocido, Superman nunca ha tenido demasiada pujanza comercial en España. Por dos razones. Primero, que realmente el personaje tiene pocas historias realmente remarcables y muchas etapas muy flojas. La omnipotencia es atractiva, pero difícil de escribir. Segundo que, generalmente, ha sido publicado de manera muy deficiente. Y en esas estamos ahora mismo.

La edición de Planeta deAgostini ha consistido en dos números de Action Comics, un capítulo de Adventures de Superman y un número de Superman con la saga de Azzarello y Jim Lee, todas puestas una detrás de otra. Y al final las portadas originales y las páginas de publicidad necesarias para rellenar. Sin más ni más: ni separación entre historia e historia, ni un resumen de la línea argumental vigente ni artículo explicativo ni nada.

Y lo mismo con Batman, que dejé de comprar en el número 4 cuando el tiroteo entre mafias rusas que estaba leyendo se convirtió en un tiroteo entre jamaicanos, al estar unidos el final de un capítulo de Batman con otro de Detective Comics y no darme cuenta hasta varias páginas después debido al similar estilo de los artistas y, sobre todo, a que nada indicaba que se había cambiando de serie y de historia.

La solución es tan fácil como separar cada historia del resto por una portadilla en la que aparezcan la portada del comic original y el resumen de la historia.. O mediante una publicidad, ¿por qué no? No es tan difícil. Spiderman es el caso. Panini lo hace así. Y lo hace así porque Planeta lo hacía así. Y eso es lo vergonzoso, que Planeta no sea capaz de copiarse a sí mismo y, durante año y medio, haya convertido las ediciones de los personajes DC punteros en una auténtica vergüenza, por no decir una estafa.

Y el responsable es el Director Editorial, Jaime Rodríguez, que se hizo como editor principalmente en el manga, en ediciones, consistentes en, precisamente, capítulos del personaje de turno puestos uno detrás del otro y dejando toda la publicidad para el final. Pero el sistema no es aplicable a distintas colecciones del mismo personaje. Rodríguez, además, es el responsable de ediciones de From Hell, en la que desaparecían textos; de Maus, que hizo que Spiegelman amenazara con abandonar el stand de la editorial; o de que las páginas originalmente a color de algunos mangas se conviertan en manchas infectas de grises. Parece, menos mal, que la llegada de David Hernando como Editor DC está cambiando las cosas. Más sobre esto más adelante.

Sólo hacían falta un poco de conocimiento, criterio, ganas de hacer bien las cosas y respeto por los lectores. Cosas de las que Rodríguez parece carecer por lo visto hasta ahora.

Cuando oigáis a alguien decir que DC no vende en España pensad en los Rodríguez del comic que, salvo en la gran época de Zinco, han hecho de las suyas a lo largo de los años. Algo sobre lo que he escrito para el próximo número del fanzine No me jodas, Pérez editado por nuestro habitual Grego Lorente.

¿Tiene DC público en España? ¿Qué percepción tienen los aficionados de esta editorial? Y que me perdonen los Rodríguez, pero, ¿por qué hay tanto Rodríguez incompetente en puestos de responsabilidad?

lunes, 8 de enero de 2007

UNA PALABRA
Suponte que te lees una historia de más de 7800 páginas y que la última palabra de la última página te obliga a reconsiderar todo lo leído de cabo a rabo, mostrándotela desde una nueva óptica, añadiendo más matices y significados a la historia.

La historia es El lobo solitario y su cachorro, el clásico indiscutible del manga obra de Kazuo Koeki y Goseki Kojima. No voy a glosar las excelencias de esta obra, pero sí destacar el mérito de mantener el interés de una historia en tal cantidad de páginas, el extraño privilegio de poder usar todas esas páginas, y de utilizarlas para mostrarte las costumbres del Japón del siglo XVII, llegando al descaro de gastar veinte páginas para contarte cómo plantaban arroz o cómo pescaban o cómo cosían las redes para, a continuación, mostrarte escabechinas capaces de desestabilizar la pirámide de población nipona.

El lobo solitario y su cachorro es obra de obligada lectura para cualquiera que disfrute de esto de las viñetas. Es un ejemplo de, como dicen algunos, "las posiblidades del medio", donde cabe la acción, la aventura, lecciones de Historia y Antropología e incluso sus momentos explícitamente sexuales.

Hay que leerla, aunque sea para luego decir que no te ha gustado. Cómprala, pídela prestada o, si la Biblioteca que te toca más cerca es de esas que va introduciendo el comic en sus estanterías, sugiere que la compren. Total, seguro que en estúpidas novelas sobre el Grial se han gastado diez veces lo que cuestan los 20 tomos de Planeta deAgostini.

¿Has leído este tebeo? ¿Qué te ha parecido? ¿Te crees que todas las japonesas del siglo XVII tenían unas tetas enormes?

sábado, 6 de enero de 2007

AÑO NUEVO, PRECIOS NUEVOS

En un cuadrito de la página 2 de los tebeos de Panini de enero nos encontramos que “Debido a la actual situación del mercado y al incremento de diversos costes, después de mantener durante cinco años los precios congelados, nos vemos obligados a subirlos. Confiamos en que con vuestro apoyo la situación nos permita ¡mantenerlos a lo largo del próximo lustro!”

La palabra “situación” aparece dos veces. Comentar cual es la “situación del mercado” daría para diez blogs así que lo dejaremos pasar. Remarcable es que, llevando dos años publicando Marvel, Panini se adjudique el mérito de cinco años de congelación de precios. Que tampoco son cinco, ya que la última subida de Forum fue en mayo de 2002.

Los tebeos de 1,70 € pasan a 1,95 € (una subida de14,7 %), los de 2,90 € a 3,25 € (12%) y los de 3 € a 3,35 € (11,66 %). De esta manera se equiparan los precios de Panini y de Planeta, que ya aplicó la subida cuando empezó a publicar DC. Otra cosa es que la calidad técnica de lo publicado sea equiparable. Más sobre esto más adelante.

Según el
INE, los precios entre mayo de 2002 y diciembre de 2006 han subido un 14,1%, con lo que la subida de Panini ha sido un poco menor que el IPC (Índice de precios al consumo), si bien es cierto que en el proceso editorial se usan productos y servicios que no vienen recogidos en el cálculo del IPC.

Si aceptamos que el tebeo de 95 pesetas (0,57 €) de 1984 equivale al de 1,95 € de 2007 nos encontramos con que el IPT (Índice de precios al tebeo) en estos 23 años vale 242 % mientras que el INE nos cuenta que el IPC es el 176%. Y se queja la gente del precio de la vivienda.

A opinar tocan: ¿Son caros los tebeos? ¿Es el precio la razón de la impopularidad actual de los tebeos como forma de entretenimiento? ¿Soléis usar nata montada en vuestros juegos sexuales?