Superman debería tener el mejor comic del mundo. Es, probablemente, el personaje más famoso y el origen de una industria multimillonaria. Como si Tintin hubiera causado una plétora de aventureros adolescentes de línea clara.
A Superman lo han conocido generación tras generación no sólo por los tebeos, sino, sobre todo, por los seriales de radio, películas y series de animación que ha protagonizado. Los más jovencitos lo están conociendo por los dibujos animados, la serie Smallville, las reposiciones de las pelis de Christopher Reeve y por la peli de Bryan Singer. Huy, la peli de Bryan Singer...
Ya hemos comentado que la fidelidad al personaje es la clave del éxito de las actuales películas de superhéroes, y no me refiero al milimetrismo de 300, sino a la esencia de los dos primeros Spiderman o al primer Superman. Bryan Singer, con la pretensión de darle profundidad al personaje lo hace padre. Es decir, se lo carga. Los últimos veinte años han visto a los iconos de las grandes compañías casados e incluso con hijos. Una idea que, en el momento de su realización, tiene mucho impacto mediático pero que años después se convierte en un lastre para los guionistas. Un matrimonio puede ser feliz o infeliz. La infelicidad siempre es, narrativamente, más interesante, mientras que la felicidad es, por definición, rutinaria. Bonita para vivirla y aburrida para contarla. Así que para mantener el interés, a la larga tienes que cargarte matrimonios y paternidades. Peter Parker tenía una niña de la que nunca más se supo (no, Mayday Parker es de un universo alternativo, no vale) y su matrimonio a ver cómo acaba tras la saga "One More Day".
La peli de Singer, aun con logros puntuales, ha dañado la imagen del personaje, presentando un Superman que se va cinco años al espacio sin avisar, dejando a los humanos que se las apañen, e ignorando que le ha hecho un hijo a Lois Lane. Si encima te sale una película en la que el plan de Luthor es una tontería (ni Roca el de Marbella sería capaz de vender un chalet construido en los peñascos que Lex crea en medio del mar) y Superman se pasa media película transportando cosas de acá para allá, pues ya me contarás.
Singer ha declarado que su película es heredera de las de Richard Donner. Lo que no esperaba era que Donner le diera un sopapo en forma de tebeo. Aunque me imagino que su envolvimiento en la saga “Último hijo” que publica actualmente Planeta habrá consistido en un par de charlas con el coguionista Geoff Johns, su nombre aparece firmando una historia que cuenta cómo Superman se convierte en padre sin los lastres de la auténtica paternidad.
Resumen rápido: un cohete llega a Metrópolis con un niño de origen kriptoniano y Superman, para evitar que los militares se apropien de él, lo adopta llamándole, en un bonito detalle, Christopher. Qué sencillo y cuántas posibilidades, para un tebeo y para una película. Los sentimientos paternales de Lois y Clark y los conflictos que les provocan pueden llegar a un público adulto. Las barrabasadas de un niño superpoderoso de cinco años apelarían a un público infantil. Se pueden establecer comparaciones en forma de bonitos flashbacks con la educación que le dieron a Kal-El los Kent y la que le dan la pareja Kent-Lane al nuevo niño... Y si encima el niño es hijo de los criminales de la Zona Fantasma y todo forma parte de un plan maligno, las posibilidades de acción son infinitas. Hasta puede aparecer Lex Luthor, con un descapotable y diciendo al bajarse: “He venido en cuanto me he enterado”... Ah, no, que eso es de la serie Smallville...
Hacía tiempo que un tebeo de Superman sito en la continuidad principal no era tan interesante.
Singer y la Warner insisten en que habrá secuela de la película del 2006. Con más acción, dicen, aunque del niño, Jason, nadie dice nada. La rumorología es poco de fiar pero hay cierta insistencia en que la productora pretende un nuevo comienzo para el personaje, al estilo del Batman de Nolan o del Hulk que están rodando actualmente. Pero en el caso de Superman parece difícil por la proximidad de la película anterior y por la intervención de Singer y Brandon Routh, que implicaría una continuidad, aunque el hecho de que los guionistas de la entrega anterior hayan declinado escribir el nuevo guión apuntaría en la dirección del nuevo comienzo.
A Superman lo han conocido generación tras generación no sólo por los tebeos, sino, sobre todo, por los seriales de radio, películas y series de animación que ha protagonizado. Los más jovencitos lo están conociendo por los dibujos animados, la serie Smallville, las reposiciones de las pelis de Christopher Reeve y por la peli de Bryan Singer. Huy, la peli de Bryan Singer...
Ya hemos comentado que la fidelidad al personaje es la clave del éxito de las actuales películas de superhéroes, y no me refiero al milimetrismo de 300, sino a la esencia de los dos primeros Spiderman o al primer Superman. Bryan Singer, con la pretensión de darle profundidad al personaje lo hace padre. Es decir, se lo carga. Los últimos veinte años han visto a los iconos de las grandes compañías casados e incluso con hijos. Una idea que, en el momento de su realización, tiene mucho impacto mediático pero que años después se convierte en un lastre para los guionistas. Un matrimonio puede ser feliz o infeliz. La infelicidad siempre es, narrativamente, más interesante, mientras que la felicidad es, por definición, rutinaria. Bonita para vivirla y aburrida para contarla. Así que para mantener el interés, a la larga tienes que cargarte matrimonios y paternidades. Peter Parker tenía una niña de la que nunca más se supo (no, Mayday Parker es de un universo alternativo, no vale) y su matrimonio a ver cómo acaba tras la saga "One More Day".
La peli de Singer, aun con logros puntuales, ha dañado la imagen del personaje, presentando un Superman que se va cinco años al espacio sin avisar, dejando a los humanos que se las apañen, e ignorando que le ha hecho un hijo a Lois Lane. Si encima te sale una película en la que el plan de Luthor es una tontería (ni Roca el de Marbella sería capaz de vender un chalet construido en los peñascos que Lex crea en medio del mar) y Superman se pasa media película transportando cosas de acá para allá, pues ya me contarás.
Singer ha declarado que su película es heredera de las de Richard Donner. Lo que no esperaba era que Donner le diera un sopapo en forma de tebeo. Aunque me imagino que su envolvimiento en la saga “Último hijo” que publica actualmente Planeta habrá consistido en un par de charlas con el coguionista Geoff Johns, su nombre aparece firmando una historia que cuenta cómo Superman se convierte en padre sin los lastres de la auténtica paternidad.
Resumen rápido: un cohete llega a Metrópolis con un niño de origen kriptoniano y Superman, para evitar que los militares se apropien de él, lo adopta llamándole, en un bonito detalle, Christopher. Qué sencillo y cuántas posibilidades, para un tebeo y para una película. Los sentimientos paternales de Lois y Clark y los conflictos que les provocan pueden llegar a un público adulto. Las barrabasadas de un niño superpoderoso de cinco años apelarían a un público infantil. Se pueden establecer comparaciones en forma de bonitos flashbacks con la educación que le dieron a Kal-El los Kent y la que le dan la pareja Kent-Lane al nuevo niño... Y si encima el niño es hijo de los criminales de la Zona Fantasma y todo forma parte de un plan maligno, las posibilidades de acción son infinitas. Hasta puede aparecer Lex Luthor, con un descapotable y diciendo al bajarse: “He venido en cuanto me he enterado”... Ah, no, que eso es de la serie Smallville...
Hacía tiempo que un tebeo de Superman sito en la continuidad principal no era tan interesante.
Singer y la Warner insisten en que habrá secuela de la película del 2006. Con más acción, dicen, aunque del niño, Jason, nadie dice nada. La rumorología es poco de fiar pero hay cierta insistencia en que la productora pretende un nuevo comienzo para el personaje, al estilo del Batman de Nolan o del Hulk que están rodando actualmente. Pero en el caso de Superman parece difícil por la proximidad de la película anterior y por la intervención de Singer y Brandon Routh, que implicaría una continuidad, aunque el hecho de que los guionistas de la entrega anterior hayan declinado escribir el nuevo guión apuntaría en la dirección del nuevo comienzo.
Y en estas ha aparecido Mark Millar para decir que él es el hombre para “llevar a Superman al siglo XXI”. Más sobre eso, en el próximo post.
9 comentarios:
Totalmente de acuerdo con tus comentarios, para ver a un Superman transportista y a un Luthor especulador mejor no hagas una nueva película de Superman... o mejor dicho haz una nueva película de Superman, pero nueva del todo.
No la intentes enlazar con lo que pasó hace 20 años para cargarte lo que ocurre en las 2 horrendas tercera (peliculón al lado de la siguiente) y la cuarta. Y más para contar lo mismo.
La peli de Singer lo que tiene y lo que trae es un saco de morriña a todos los fans del señor Christopher Reeve. Una vez superado el impacto inicial de ver de nuevo al Supes volando por la pantalla y sí, reconociendo haber aplaudido como los del estadio de beisbol cuando posa el avión sobre la hierba, luego la sensación que te queda es como la del que se queda al lado del microhondas de casa viendo la cuenta atrás para sacar el cafelito de por la mañana.
... y con el niño, ojun. ¿Qué hacemos ahora con el niño? Pues te lo digo yo, harán como con Jar Jar Binks. Ahora lo ves, ahora no lo ves.
Me ha llegado la primera frase de la entrada.
Hacia tiempo que no disfrutaba leyendo Superman, y lo he hecho con este número. Gracias a Geoff y a Richard. (aunque sospecho que más a Geoff que a Richard).
Que JASON ni que JASON!!!!!!!!!!!
Eso que es? un chiste/guiño con SON?
el nombre de su sobrino?
CHRIS.
Gol por la escuadra a Singer ( al que tanto defendí) y sus dos guionistas imberbes....
Hay cosas que no pueden ser de otra forma. Solo con eso me han ganado.
Espero que me sigan ganando en los siguientes numeros. La última viñeta promete....
Y adelantándome al siguiente post.
Entiendo un poco las razones de DC para rechazar la oferta de Millar, pero este es el tipico caso en que se puede ganar muuuuucho más de lo que se puede perder.
Ese hombre ama profundamente al personaje. Y además tiene talento. y esa combinación no debería desaprovecharse por muy marvel guy que digan que es.
El amor no basta.
Más sobre eso...
A mi Superman, por muy icono que sea, siempre me ha parecido un personaje que funciona mejor en miniseries o proyectos especiales que en su propia cabecera, sin embargo con la etapa de Johs y Donner he picado y me alegro de ello. Me está encantando la historia que tienen montada.
Buena reflexión. Yo incluso diría que cualquier personaje funciona mejor en etapas de relativa duración, que son las que recordamos, y que el resto se lo podrían ahorrar. Pero, claro, la obligación de todo negocio es ganar pasta.
Pues de seguir así, pronto estará todo inventado: Superman de Tierra 1, 2, X, Betis 0, Superboy, Superman muere pero no muere, Superman que mata a otro Superman, Superman casado con Lois, Superman viejo y Superman joven (no Superboy), Superman rojo y Superman azul, Superman que presencia la muerte de Lois por vejez, Superman que tiene un hijo, Superman que adopta un hijo... vamos, que pronto guionizará sus aventuras Ana Rosa Quintana.
P.D. ¿Qué tal un crossover entre Superman y Shakira?. Bueno, también nos vale Superman vs SuperLópez.
Stan Lee introdujo el melodrama en los comics de superhéroes y en esas seguimos. Porque La Patrulla-X, sin ir más lejos, es un culebrón de aupa, cuernos e hijos secretos incluidos. Y en el melodrama las posibilidades son infintas.
¿Y podría ser ese uno de los motivos de "empacho"?, porque puede que las estadísticas dicten lo contrario (lo desconozco), pero en un numeroso sector de lectores de nuestra generación (de los que yo conozco), los reiterativos mutantes hace ya un tiempecillo que dejaron de ser parte de nuestras compras.
Ya voy entendiendo por qué me gustan cada vez más la línea Vértigo y similares, el cómic europeo y otras cosas distintas a las mallas de colores. Eso no quita que de vez en cuando se escriban números memorables, con los superhéroes de siempre, que se hacen y yo sigo comprándolos (por supuesto), pero series regulares... no me convencen.
¿Y podría ser ese uno de los motivos de "empacho"?, porque puede que las estadísticas dicten lo contrario (lo desconozco), pero en un numeroso sector de lectores de nuestra generación (de los que yo conozco), los reiterativos mutantes hace ya un tiempecillo que dejaron de ser parte de nuestras compras.
Ya voy entendiendo por qué me gustan cada vez más la línea Vértigo y similares, el cómic europeo y otras cosas distintas a las mallas de colores. Eso no quita que de vez en cuando se escriban números memorables, con los superhéroes de siempre, que se hacen y yo sigo comprándolos (por supuesto), pero series regulares... no me convencen.
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