Y luego tenemos la sinergia creativa. O, si queréis, “influencias de ida y vuelta”, cuando los tebeos incorporan elementos aparecidos en las películas o series basados en esos mismos tebeos.
Mi ejemplo favorito es la primera película de Superman, donde el equipo de guionistas –especialmente Tom Mankiewicz, aunque Mario Puzo se llevara el mérito–, redujo al personaje a la esencia más esencial, empezando con su asunción adulta del papel de héroe y siguiendo con el Krypton frío y deshumanizado que, pocos años después, Byrne asumió brillantemente en su Man of Steel.
Otras veces la sinergia es estilística. Uno de los grandes problemas de las películas de superhéroes es el miedo a que los coloridos uniformes no queden bien en pantalla. Y es que, salvo en iconos como Superman o Spiderman, no quedan bien. Es decir, Lobezno de amarillo, se pongan como se pongan, pues no. Entonces llega Matrix y los diseñadores de la película X-Men ven el cielo abierto: cuero para todos, de ahí el ya clásico chiste del spandex amarillo. Y como Morrison siempre se fotografía con pantalones de cuero, pues cuero para sus New X-Men, una idea muy criticada pero que yo veo muy consistente con el concepto de escuela privada –escuela militar si afinamos mucho–, en la que todos, alumnos y profesores, llevan el mismo uniforme.
Raro es el personaje cuya imagen no es “actualizada” para que coincida con la mostrada en la película de turno: las escarificaciones en la frente de Bulleseye, la levita y los tentáculos del Doctor Octopus, el retorno del traje negro en Spiderman,... aunque los diseñadores de las películas están tendiendo cada vez a respetar la imagen original, como la del Hombre de Arena y su horrorosa camiseta a rayas que no pudieron evitar explicar como un “fue lo primero que encontró para ponerse”.
Si lo que pretenden con estos cambios los autores de los comics es hacer familiar la imagen del villano de tebeo a los que la han visto en el cine, tampoco es necesario que se molesten. Ni se van a dar cuenta. Si es una excusa para modernizar el look de un personaje dibujado igual década tras década, el resultado ya depende del gusto de cada cual. El caso es que a veces tengo la sensación de que hay un sentimiento de inferioridad en los creadores de los tebeos, un pensar que lo que viene de otros medios siempre es mejor. Y no es eso. Aunque a veces sí.
El mejor ejemplo son las series de dibujos animados creadas por Bruce Timm. Los tebeos de DC se han nutrido de la energía, las ideas, los diseños e incluso los personajes creados en estas series: Renee Montoya –que no tuvieron otra ocurrencia que lesbianizar- o Harley Quinn –con la que tampoco han sabido bien qué hacer-,... El lado oscuro de todo esto es Smallville.
Smallville gustará mucho o poco, pero NO es una crónica de la juventud de Superman. Al menos de ninguna versión conocida de Superman, ya sea en tebeo o en película. La premisa de la serie, esto es, la amistad de Clark y Lex, no cuadra con la enemistad de Superman y un Luthor que no sabe que Clark y Superman son la misma persona. Salvo que a Luthor le entre una amnesia que no desentonaría con este “Melrose Place con kriptonita”. Es que sólo falta que Lana Lang se quede preñada de Luthor. Así que Smallville es Smallville y no tiene nada que ver con nada. Estupendo, ¿no? Pues no.
Porque aquí que me llega Mark Waid y escribe Legado, una reescritura de los orígenes de Superman en la que ¡Lex y Clark eran amigos en el instituto! No. O sea, no. Vale que nos traguemos, ayudados por el llorado Christopher Reeve, que la gente no se dé cuenta que Clark y Superman son la misma persona, pero como dice Pepe Díaz: “Si conoces a Benavides en el colegio y quince años después se pone una capa y vuela, tú dices: anda, coño, Benavides con capa y volando”.
Crisis Infinita ha borrado de continuidad tanto la versión de Byrne como la de Waid y ahora mismo Kurt Busiek, Geoff Johns y el director Richard Donner están desarrollando un nuevo origen que tiene de todo un poco, incluyendo un bastante de la película del 78. Mientras tanto, en Smallville (je, falta el cuadro del texto de apoyo), sinergia va, sinergia viene, y tras dos temporadas en que toda la chicha eran los compañeros de Clark convertidos en monstruos por la kriptonita y al salido de Kent espiando a Lana con el telescopio, han empezado a sacar todo lo sacable: Jor-El , la Zona Fantasma, Lois Lane, la JLA, Bizarro, Supergirl,...
Ejemplos de sinergia creativa los hay para todos los gustos y de todos los colores, y seguro que vosotros tenéis otros. Y, como curiosidad ¿cuál será la próxima ola sinérgica? ¿Superhéroes vestidos de paisano como en Heroes? Bueno, eso ya lo hizo Joe Casey en Wildcats...
Al margen: Grego Lorente hizo una llamada en la sección de comentarios el día 3: “acabamos de recibir la noticia del fallecimiento de Manfred Sommer. Dedicaremos un amplio dossier a la figura de este autor en el próximo número del fanzine No Me Jodas, Pérez. Cualquier colaboración que deseéis realizar y compartir, será bien recibida. (gregolorente@gmail.com)”
Y os recomiendo esta página, donde el autor independiente Chris Wisnia se fotografía con todo dibujante y guionista que se le pone a tiro. Tiene gracia ver el careto que gasta alguno o comprobar que Steve Rude es un armario de tres puertas.
Mi ejemplo favorito es la primera película de Superman, donde el equipo de guionistas –especialmente Tom Mankiewicz, aunque Mario Puzo se llevara el mérito–, redujo al personaje a la esencia más esencial, empezando con su asunción adulta del papel de héroe y siguiendo con el Krypton frío y deshumanizado que, pocos años después, Byrne asumió brillantemente en su Man of Steel.
Otras veces la sinergia es estilística. Uno de los grandes problemas de las películas de superhéroes es el miedo a que los coloridos uniformes no queden bien en pantalla. Y es que, salvo en iconos como Superman o Spiderman, no quedan bien. Es decir, Lobezno de amarillo, se pongan como se pongan, pues no. Entonces llega Matrix y los diseñadores de la película X-Men ven el cielo abierto: cuero para todos, de ahí el ya clásico chiste del spandex amarillo. Y como Morrison siempre se fotografía con pantalones de cuero, pues cuero para sus New X-Men, una idea muy criticada pero que yo veo muy consistente con el concepto de escuela privada –escuela militar si afinamos mucho–, en la que todos, alumnos y profesores, llevan el mismo uniforme.
Raro es el personaje cuya imagen no es “actualizada” para que coincida con la mostrada en la película de turno: las escarificaciones en la frente de Bulleseye, la levita y los tentáculos del Doctor Octopus, el retorno del traje negro en Spiderman,... aunque los diseñadores de las películas están tendiendo cada vez a respetar la imagen original, como la del Hombre de Arena y su horrorosa camiseta a rayas que no pudieron evitar explicar como un “fue lo primero que encontró para ponerse”.
Si lo que pretenden con estos cambios los autores de los comics es hacer familiar la imagen del villano de tebeo a los que la han visto en el cine, tampoco es necesario que se molesten. Ni se van a dar cuenta. Si es una excusa para modernizar el look de un personaje dibujado igual década tras década, el resultado ya depende del gusto de cada cual. El caso es que a veces tengo la sensación de que hay un sentimiento de inferioridad en los creadores de los tebeos, un pensar que lo que viene de otros medios siempre es mejor. Y no es eso. Aunque a veces sí.
El mejor ejemplo son las series de dibujos animados creadas por Bruce Timm. Los tebeos de DC se han nutrido de la energía, las ideas, los diseños e incluso los personajes creados en estas series: Renee Montoya –que no tuvieron otra ocurrencia que lesbianizar- o Harley Quinn –con la que tampoco han sabido bien qué hacer-,... El lado oscuro de todo esto es Smallville.
Smallville gustará mucho o poco, pero NO es una crónica de la juventud de Superman. Al menos de ninguna versión conocida de Superman, ya sea en tebeo o en película. La premisa de la serie, esto es, la amistad de Clark y Lex, no cuadra con la enemistad de Superman y un Luthor que no sabe que Clark y Superman son la misma persona. Salvo que a Luthor le entre una amnesia que no desentonaría con este “Melrose Place con kriptonita”. Es que sólo falta que Lana Lang se quede preñada de Luthor. Así que Smallville es Smallville y no tiene nada que ver con nada. Estupendo, ¿no? Pues no.
Porque aquí que me llega Mark Waid y escribe Legado, una reescritura de los orígenes de Superman en la que ¡Lex y Clark eran amigos en el instituto! No. O sea, no. Vale que nos traguemos, ayudados por el llorado Christopher Reeve, que la gente no se dé cuenta que Clark y Superman son la misma persona, pero como dice Pepe Díaz: “Si conoces a Benavides en el colegio y quince años después se pone una capa y vuela, tú dices: anda, coño, Benavides con capa y volando”.
Crisis Infinita ha borrado de continuidad tanto la versión de Byrne como la de Waid y ahora mismo Kurt Busiek, Geoff Johns y el director Richard Donner están desarrollando un nuevo origen que tiene de todo un poco, incluyendo un bastante de la película del 78. Mientras tanto, en Smallville (je, falta el cuadro del texto de apoyo), sinergia va, sinergia viene, y tras dos temporadas en que toda la chicha eran los compañeros de Clark convertidos en monstruos por la kriptonita y al salido de Kent espiando a Lana con el telescopio, han empezado a sacar todo lo sacable: Jor-El , la Zona Fantasma, Lois Lane, la JLA, Bizarro, Supergirl,...
Ejemplos de sinergia creativa los hay para todos los gustos y de todos los colores, y seguro que vosotros tenéis otros. Y, como curiosidad ¿cuál será la próxima ola sinérgica? ¿Superhéroes vestidos de paisano como en Heroes? Bueno, eso ya lo hizo Joe Casey en Wildcats...
Al margen: Grego Lorente hizo una llamada en la sección de comentarios el día 3: “acabamos de recibir la noticia del fallecimiento de Manfred Sommer. Dedicaremos un amplio dossier a la figura de este autor en el próximo número del fanzine No Me Jodas, Pérez. Cualquier colaboración que deseéis realizar y compartir, será bien recibida. (gregolorente@gmail.com)”
Y os recomiendo esta página, donde el autor independiente Chris Wisnia se fotografía con todo dibujante y guionista que se le pone a tiro. Tiene gracia ver el careto que gasta alguno o comprobar que Steve Rude es un armario de tres puertas.
5 comentarios:
Hola, soy Pete Pegamento (bueno, si lo fuera en verdad ingresaría en un monasterio). Perdona el off topic este, pero quiero comunicarte un par de cosillas:
1- Siguiendo con el tema de los packagers asiáticos, pues hoy mismo entre mi cesta de la compra he tenido la satisfacción de encontrarme con ¡¡ EL PRIMER TEBEO DE NORMA EDITORIAL QUE NO ME PARECE CARO !!; bueno, no es que sea un regalo, pero en comparación con su tónica general, un cuaderno en tapa dura de 27x18 cm, con 128 págs. en color, POR 10 EUROS, ya es de agradecer, porque normalmente en esa casa costaría unos 16 euros como mínimo. El tebeo en cuestión es “The forty-niners”. Este precio moderado supongo que contrasta con el nº14 de "Los archivos secretos de Spirit" que sigue costando 35 eurazos (aunque está hecho con papel de culo, pero eso sí, de fabricación nacional). Bueno, como comienzo no está mal. Ya veremos cómo termina.
2- Probablemente no conozcas la obra de Robin Wood y me gustaría enviarte algunas cosas. ¿Te dejo mi dirección mail?.
Dicho todo, me queda disculparme por el citado off topic y entenderé perfectamente que borres esta entrada.
Un saludo.
¿Borrar? Nada que no sea ofensivo o fuera de lugar. :D
Sí, había leído por ahí lo de los 10 euros de The 49ers, y la verdad es que con la maravilla que es Top Ten, yo pagaría los 16, o 20. En Norma de Málaga se les había agotado, pero habían pedido nuevos. Realmente es sorprendente y yo me pregunto si no será un error. Raro raro...
Y no, no conocía a Robin Wood (así al pronto pensaba en Wally Wood)He wikipediado y hay una entrada sobre él. Encantado de que me mandes cosas de él: jemachucaf@hotmail.com
El enlace para ver el ropero de Rude no furula, me has engañado.
Arreglado. Gracias por el aviso.
¡Russ Heat sigue dibujando, magnífico! ¡Bisley, Rude y Arthur Adams son gigantescos! ¡Starlin cada vez se parece más a sus personajes, es un samurai espacial!
[Por fin he comprobado lo que ya imaginaba Scot McCloud lleva la cabeza por delante del cuerpo.]
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