jueves, 27 de agosto de 2009

LOEBADAS: INTERLUDIO (PALABRA DE LOEB, PALABRA DE MILLAR)

"Cuento las mejores historias que puedo"
Jeph Loeb. Lo dice dos veces cuando es preguntado por las reacciones de los fans ante Ultimatum y Hulk.

"Desaparezco diez minutos y todo el condenado lugar se va al infierno"
Mark Millar. Diálogo de Nick Furia en Ultimate Comics Avengers nº 1. Probablemente el diálogo con más subtexto que haya publicado Marvel últimamente.




martes, 25 de agosto de 2009

LOEBADAS: LOS PEORES DEL MUNDO

Si con Superman le había ido bien y con Batman aún mejor, tenerlos a ambos ya tenía que ser la repanocha. Eso debieron pensar cuando le encargaron a Loeb Superman-Batman, heredero de aquel mítico World’s Finest. Y la jugada, comercialmente, les salió bien. Ya el resto,… buf.

Este fue el primer gran experimento de la fórmula Loeb que venga, todos a la vez: como buena obra de Loeb, Superman-Batman tiene no uno, sino varios dibujantes estrellas, Ed McGuinness, el difunto Michael Turner y Carlos Pacheco. Y también hay un montón de personajes que entran y salen sin ton ni son. El Universo DC, básicamente. Además, se trata de una obra hecha al gusto del dibujante de turno.

Loeb utiliza un enojoso recurso estilístico consistente en cuadros de texto con los pensamientos de los personajes protagonistas. Lo enojoso es que los pensamientos están relacionados, ya sea por complementariedad o por contraste, lo que hace la lectura reiterativa y pesada. Un ejemplito:

SUPERMAN: Mis padres me enseñaron a defender la justicia.

BATMAN: El asesino de mis padres nunca se enfrentó a la justicia.

SUPERMAN: Vine de otro planeta con poderes y habilidades superiores a las de los otros nombres.

BATMAN: Me arropo en las mismas sombras que usó ese asesino para esconder su cara de mí.

SUPERMAN: Me conocen como héroe, como inspiración, como campeón.

BATMAN: Me conocen como un mito urbano, una criatura temible, el hombre del saco.

SUPERMAN: Ha sido una buena vida.

BATMAN: Es una vida que no le desearía a nadie.

SUPERMAN: Me duele la cabeza.

BATMAN: Tengo que comprar aspirina.

Vale, lo último me lo he inventado yo, pero captamos la idea, ¿verdad? Un coñazo. Y así número tras número.

La primera saga es Enemigos Públicos, con Ed McGuinness. La historia empieza con que el humano que sirvió de modelo para Metallo podría ser el asesino de los padres de Batman, y luego aparece un Superman tipo Kingdom Come para matar a ambos soltando pistas de un futuro apocalíptico. Todos recordamos que Loeb escribió Heroes, ¿verdad? Los diálogos son de risa: el Superman viejuno le dice a Batman: “Deberías haberme matado cuando tuviste la ocasión. Pero eso nunca sucederá. Te quito la ocasión, la que al final no aprovecharás”. Cuanto más lo lees más estúpido parece.

Mientras, un meteorito del tamaño de Brasil se dirige hacia la Tierra en plan Armageddon. El presidente Luthor suma dos y dos y dice, genialmente: “como el ñosco es de kriptonita ¡el culpable tiene que ser Superman!” Si Luthor defendiera un Sistema Público de Salud nadie le creería, pero algo así, que es el colmo de la lógica y el buen sentido, se lo traga todo el mundo, claro que sí.

Luthor se rasca el hueco de la muela y ofrece mil millones de dólares a quien le traiga a Superman. Todo el Universo DC, villanos y héroes se lanzan a la caza y captura de Superman y su aliado. El mundo se acaba, el ñosco nos va a aniquilar, pero todos, ale, a por Superman y Batman. Lógica Loeb 100% garantizada. Al final son Hawkman y el Capitán Marvel los que les derrotan, pero, atentos, en otra loebada genial el Hawkman y el Capitán Marvel que regresa son ¡Batman y Superman disfrazados! ¡Sí señor! ¡Hagamos la ola! ¡Superman guarda su uniforme, capa incluida, bajo el del Capitán Marvel! ¡Se pone unas botas sobre otras botas! Y, ¿dónde puñetas guarda Batman la capa????

Mientras Bats y Supes juegan a los disfraces Luthor se chuta superesteroides y se coloca una armadura de Apokolips para el enfrentamiento final, mientras que el nuevo Juguetero, un niño japonés, inventa un Mazinger mitad Batman mitad Superman, para machacar al ñosco de kriptonita, que el Capitán Atom, heroicamente, conduce hasta su objetivo. Había mil billones de formas de hacer eso, pero Loeb escoge la más ridícula posible.

"¡La maldad y el terror, Koji puede dominaaarrrrr!"

Finalmente hay una peleíta con Luthor, que desaparece en una explosión para reaparecer en la última viñeta en plan “¡Volveré!”. La viñeta, por cierto, nos suena.



Sí, por favor, Lobezno, si te lo encuentras, mátalo.

La segunda saga, La superchica de Krypton, muestra que en el interior del kryptoñosco había una nave espacial, y dentro de la nave ¡Supergirl!, Sí, sí, ¡Supergirl dentro de un ñosco de kriptonita!, Supergirl que roba el Batplano, se da su paseíto en pelotas, repite la escena de Terminator para conseguir una gabardina y es capturada por Batman. Superman que, mira tú por donde, ha estado pensando todo el episodio lo solito que está, ahora tiene una prima. La prima aprende inglés y a enseñar el tanga en un plis plas, y sufre un intento de secuestro ¡por parte de Wonder Woman!, que quiere llevársela para entrenarla en Isla Paraíso. Nada de preguntar “oye, que os parece si…”. No, no, la secuestra porque le sale de su amazónico potorro, para justificar otra estúpida pelea marca Loeb.

"¡Stop, in the name of looooove!"

Todos se van a la Isla, y son atacados ¡por un ejército de Doomsdays!, (en Hulk sale un ejército de Wendigos, por cierto) una distracción para secuestren a la niña (que más que hija de Krypton parece hija de Jack Bauer) y se la lleven a Apokolips, para lavarle el cerebro y hacerla líder de las Furias Femeninas. Ah, de rebote muere Harbinger, la de Crisis, que sale para que la maten, mismamente.

Wonder Woman, Supergirl, Harbinger, Amazonas, Furias Femeninas,… todo es una excusa para que Michael Turner dibuje sus nínfulas de culito respingón. ¡Si es que hasta la Abuela Bondad tiene el culito respingón!

Total, que rescatan a la niña, y Supes le regala su primer traje de Supergirl, con su top y su faldita, del que Superman dice, oh, autohomenaje, "Te lo hizo mi mamá"

¡Es que las visten como pilinguis!

Justo entonces Darskseid vuelve y mata a Supergirl. Superman, iracundo, en venganza, incrusta al villano en el Muro de los Nuevos Dioses, algo que sólo le habrá pasado, eh, unas seis o siete veces.

Pero, atentos, que ahora viene lo bueno. ¡Supergirl no estaba muerta, que estaba de parranda! Es que Wonder Woman, en connivencia con Superman, la teletransportó justo cuando los rayos mortales de Darkseid la alcanzaron. Y digo yo, que si Superman lo sabía ¿por qué tanta ira y tanta venganza? Lógica Loeb 100% en estado puro.

La tercera saga Poder Absoluto, la dibuja Carlos Pacheco, un enamorado de las versiones alternativas, y de eso, claro que sí, va la historia. Tres enemigos de la Legión de Superhéroes alteran el tiempo, matan a todos los héroes antes de que lo sean, pero dejan vivos a Clark y Bruce, a los que crían para que sean los dictadores del mundo. Wonder Woman recluta a Los Luchadores de la Libertad y en la pelea se produce un cataclismo temporal que va llevando a Superman y Batman de línea temporal en línea temporal, y, por supuesto, los cambios que se van produciendo afectan a uno sí, a otro no, unos recuerdan, otros no,… Porque ya se sabe el peligro que tiene una paradoja temporal en mano del que convierte todas sus historias en paradojas temporales,… sin querer.


Culito con culito...

Por supuesto tenemos decenas de personajes que salen y entran sin ton ni son, e incluso una aparición, creo yo, pero tampoco estoy seguro, del Superman de la Edad de Plata, el que Alan Moore finiquitó en su clásico Qué le pasó al Hombre del Mañana, pero no me hagáis mucho caso porque a esas alturas de la historia yo ya no sabía quién era quién ni donde estaba nadie.

Eso sí, yo creo que esta historia es de lo mejorcito que hizo Pacheco para DC. Una cosa primorosa. Un desperdicio de talento.

McGuinnes vuelve en la cuarta y última saga de Loeb en la colección y vuelve ¡Con una venganza!, que es como se llama la historia. Porque, amiguitos, los antagonistas son unos Vengadores-Ultimates alternativos. Y resucita el Capitán Atom, no sé muy bien como, y salen, sin venir a cuento, Bizarro y Batzarro (sic), y versiones de Spiderman y Lobezno, y aparecen los universos de Batman Beyond y Red Son, y un Batman de kryptonita, y una Superwoman y una Batwoman, y Superman libera a Darkseid del Muro y se queda atrapado dentro, ¡y hay una partida de ajedrez con figuritas de los personajes! ¡jugada por el Joker y por Mr. Mxyztplk! Y un Superchico rubito y mono, y todas las Supergirls habidas y por haber, y un Hulk de kriptonita (verde), y decenas de Superman y Batman de universos alternativos, y una fusión Batman-Superman como si esto fuera Dragon Ball Z, y al final el malo era el Joker con los poderes de Batmito y, y,… y si no estáis hiperventilando con un ataque de ansiedad como yo estoy haciendo ahora mismo, ni sois personas, ni tenéis sensibilidad, ni sentimientos, ni nada. Y el final, bendito final, es Mxyztlpk, duende ex machina, arreglándolo todo como si no hubiese pasado nada. Señor, qué depresión… La misma solución, por cierto, que en la ofensiva saguita de Los Ofensores en Hulk. Encima de malo, repetido.


El horror, el horror...

Lo peor es que un editor (Eddie Berganza, bergante diría yo) aprobó esto. Y que la gente lo compraba. Y mucho. Lo cual ha animado a Loeb para que siga haciendo la misma mierda una y otra vez. Como bien decíais alguno, lo malo no es que lo haga Loeb, sino que encima, le imiten. Si veis que alguien lo hace ¡disparad a matar!

domingo, 23 de agosto de 2009

LOEBADAS: LOEB, LOEB AND AWAY

Hay ciertos guionistas que en algunos momentos de su carrera se han especializado en “tapar huecos”, es decir, contar historias que añadirían nuevos detalles y profundidad a los orígenes y primeras aventuras de los personajes. Verbigracia, Las Historias Jamás Contadas de Spiderman de Kurt Busiek, algunas miniseries de Los Vengadores y La Patrulla-X de Joe Casey o, claro está, la mayor parte de la obra de Jeph Loeb con Tim Sale, probablemente lo más digno que haya escrito nuestro amigo Jeph.

Aunque yo creo que parte del mérito se lo tenemos que dar a Tim Sale, que incidió en el género con Darwyn Cooke en Superman Kriptonita. No en vano en los créditos de sus colaboraciones Loeb y Sale aparecen conjuntamente como “narradores”. Tanto las “miniseries de colores” (Spiderman:Azul, Daredevil: Amarillo y Hulk: Gris) como Superman: Las Cuatro Estaciones tienen la suficiente solvencia y las necesarias dosis de nostalgia como para apelar al fan más veterano. Además carecen de una de las marcas de la casa Loeb, la multitud de personajes que entran y salen sin ton ni son. Y llamadme ñoño, pero esa escena en la que un niño admira el traje de Superman y él le dice “Me lo hizo mi mamá” es que es muy bonita. Y retconizada, por cierto.

Mientras que las historias de Marvel beben, claro está, del trabajo seminal de Stan Lee, la de Superman cuenta el primer año del personaje respetando al milímetro el trabajo de John Byrne. Por supuesto, y sería tema de otro post, de Byrne no queda ya en Superman ni los pliegues de la capa, y fue Loeb uno de los pioneros en esta desbyrnezación en los treinta y pico números que escribió de su serie regular.

Fue la época en la que Joe Kelly también pululaba por las series de Superman tomadas al asalto por el “amerimanga”, en las personas de Ed McGuinnes y el difunto y añorado Mike Wieringo. La época en la que DC seguía encadenando evento tras evento, sin orden ni concierto (Emperador Joker o Nuestros mundos en guerra), y que el bueno de Jeph iba encajando como podía en su serie en las que, de vez en cuando, pasaban cosas que tenían que ver con Superman y sólo con Superman, como Regreso a Krypton.

La premisa de Regreso a Krypton es digna de Loeb. Superman descubre que Krypton no era la sociedad fría y deshumanizada que contó Byrne, sino la más positiva de la Edad de Plata. Resulta que Jor-El engañó a su hijo con esa versión chunga para que Kal-El no sintiera morriña de esa sociedad perfecta de coches voladores y cintas en el pelo. ¡Pues para eso no le cuentes nada, hombre! No sólo eso, sino que aprovechaba la ocasión para viajar en el espacio-tiempo e ir a saludar a papá y salvar Krypton y lo que encartara, claro que sí.

Al final tenían que explicar que aquel Krypton había sido creado en la Zona FaNtasma por Brainiac-13, descendiente futuro del Brainiac original, que había viajado en el tiempo al presente y que se había basado en los recuerdos pasados de Jor-El. Bueno, al menos Lois y Clark se traían de recuerdo un Krypto con superpoderes, otro paso en la desbyrnezación, aunque esta versión de Krypto tampoco duró mucho. (Huy, spoilers. Te jo…, que diga, lo siento)

También de esta convulsa época es la historia de Lex Luthor como Presidente de los Estados Unidos, una buena idea, de desarrollo irregular y resolución horrible. El momento de gloria de Luthor fue su actuación en Nuestros Mundos en Guerra, donde dirigía a las fuerzas de resistencia terrestres. Mira tú por donde Luthor sabía con antelación que el ataque extraterrestre se iba a producir pero se hizo el longuis, como hizo Roosevelt, dicen, cuando Pearl Harbour. Pero Luthor es malo y Roosevelt bueno, que conste.

Los capítulos de Loeb de esta saga estaban repletos de cuadros de texto con fragmentos de discursos de Presidentes en tiempos de crisis, que convertían la lectura de la saga en un auténtico pestiño.El uso y abuso de los cuadros de texto siguió en Superman-Batman, génesis y epítome del estilo loebiano actual.

Pero eso es, como diría Rudyard Kipling si hubiese conocido Internet, otro post.

miércoles, 19 de agosto de 2009

PERSONAS NON GRATAS

Que no nos engañen: Internet no ha revolucionado las cosas, sino la manera en la que hacemos las cosas, maledicencias y cotilleos incluidos. En el artículo ya comentado en nuestro anterior post, Córdoba toma postura contra esa tendencia rompiendo un par de lanzas, una por un artista “de la casa” (normal) y otra por un directivo de la competencia (no tan normal). Ambos comparten una cierta mala prensa o, mejor, un cierto mal Internet.

Larroca. La única obra de Marvel que ha ganado un Eisner este año es Invincible Iron Man, a la mejor nueva serie. En América, como aquí, unos se llevan la pasta y otros los premios. Su dibujante es Salvador Larroca que, obviamente, tiene su gran parte en el éxito obtenido, pero el premio ha sido para la obra, no para él directamente. Es igual, pero no es lo mismo.

Córdoba se queja de que el tema ha pasado desapercibido, siendo como es el primer autor español que alcanza un premio así. De hecho yo me enteré por el comentario de Córdoba. El problema es que Larroca no gusta, aunque nos lo llenen de premios y nos lo publiquen en tomos a todo lujo. No gusta su estilo y no gusta él, por desafortunadas intervenciones en revistas como Dolmen o en foros de Internet, donde llegó incluso a amenazar con demandas judiciales. Entiendo su malestar, porque a ninguno nos agrada que nos critiquen y se hable mal de nosotros o de nuestro trabajo, pero esto último es algo que todo artista debe admitir. El silencio es siempre la mejor respuesta, aunque también es verdad que hubo algunos comentarios bastante impropios.

A mí tampoco me gusta Larroca como artista, y ya lo escribí hace un par de años. No había leído Invincible Iron Man, pero ayer me hice con un par de números. Y no. Lo siento, pero no. Una línea –sin entintar- cada vez más indefinida, ausencia de volúmenes, dependencia total del color, falta de personalidad en los personajes,… El conjunto de la serie será merecedora del premio, pero Larroca nunca lo ganará como dibujante. Ahora bien, sigue siendo el tío más cumplidor y profesional del comic americano, y también habría que premiar esa actitud. Valga este Eisner como recompensa. Si yo fuera él, ya me dolería el brazo de hacerle cortes de manga a todos los que, de una forma u otra, le hemos criticado.

Y enhorabuena, claro.

Pérez. El despido de Antonio Pérez como Director del Departamento de Comics de Planeta es un tema un poco más delicado. Pérez ha sido más o menos el Lucifer de la industria española. No se contaban cosas buenas de él, como el mismo Córdoba confiesa en su artículo. Pérez era el Director de Ventas durante las etapas de Antonio Martín y Jesús Pece. Su nombre subió a los foros por el litigio sobre el dominio planetacomic, del que se señaló como instigador a Antonio Pérez. Era la típica lucha de David contra Goliath, en las que todo el mundo se pone de parte de David. Menos los jueces, en este caso.

En paralelo a este asunto judicial circuló por internet un informe anónimo (que aún se puede googlear) que daba detalles, pelos y señales de conductas irregulares. De esto hace varios años y, hasta donde yo sé, esta información no ha tenido repercusiones, aunque en las teorías conspiraonicas siempre hay oscuros poderes que protegen a los malos, y la falta de pruebas es una prueba en sí misma. O a lo mejor, cuando el río suena… Ni idea.

José Luis Córdoba insinúa que la pérdida de los derechos de Marvel en 2004 no le sentó nada bien a Pérez. Normal, porque de repente la sección a la que pertenecía –pero que aún dirigía Jesús Pece- se quedaba casi sin trabajo. Y, según parece, a Pérez, cuando algo no le sienta bien, se le nota. Córdoba insinúa que en esa tesitura la empresa matriz parecía tentada de dejar de publicar tebeos, y que Pérez insistió para que él Departamento se mantuviera. Probablemente, en una situación económca como la actual no lo hubiera conseguido.

El caso es que, como sabemos, Pérez, ya Director del Departamento y con Jaime Rodríguez como Director Editorial, se agenció los derechos de DC y de Disney, pero el gran problema es que Panini no sólo se llevó los derechos de Marvel, sino que detrás se fueron los packagers que los hacían e incluso, poco después, a Alejandro Viturtia. Los dos o tres últimos años en Planeta han sido un despropósito de malas ediciones y peores realizaciones técnicas, y un intento tras otro de consolidar una línea y un equipo editorial que se ha saldado con contrataciones y despidos que han sido bastante comentados. Intuyo que trabajar en ese Departamento de Planeta ha debido ser bastante estresante. Por decir algo.

Podemos pensar que el despido de Pérez, (producido en los últimos días de julio, justo antes de las vacaciones de agosto, todo un clásico) ha sido motivado por su mala gestión editorial, pero parece que ha sido porque lo ha hecho demasiado bien. Como cuenta Córdoba, 2007 fue un año con unas ventas de record, y el Director de Panini le otorga parte del mérito a la labor de Pérez. Y tiene mérito publicar unos tebeos tan mal hechos y que nosotros los compremos a porrillo. Pero mientras lo de los tebeos sigue funcionando bien económicamente, las otras secciones de Planeta están teniendo bastantes problemas. En las próximas dos semanas, por ejemplo, vamos a ver anunciados en la tele muchos menos fascículos de Grandes batallas de la Guerra de Crimea o de coleccionables de Farolas del mundo.

Desde que a Antonio Martín le encargaron el Departamento de Comics de Planeta a principios de los 80, éste ha sido una auténtica República Independiente (o, como poco, un Estado Libre Asociado) dentro del entramado de la empresa. En los últimos dos o tres años ha entrado gente nueva como directivos en Planeta con una nueva visión del organigrama de la empresa. Eso, y la crisis económica, está obligando a reestructurar los departamentos de la casa y, tiene toda la pinta, el Departamento de Comics, pequeño pero muy rentable, va a ser absorbido por la nueva estructura.

De ahí que se esté prescindiendo de todos los puestos redundantes, como los de Antonio Pérez y algunos de sus colaboradores, por ejemplo la encargada de Prensa. Otros puestos, como los de los encargados de negociar los derechos de publicación, se han incorporado al organigrama general de la empresa, y los técnicos (David Hernando, Ignasi Estapé,…) mantienen su cargo.

¿Es esto bueno o malo? A mí me preocupa. Mucho más que cuando dentro del Departamento se producían altas y bajas, porque había un Departamento y un intento de crear un equipo y de resolver los problemas que se estaban produciendo. Ahora todo puede depender de personas que no entienden las peculiaridades del producto y de los lectores a los que va dirigido. Y eso no va a ser nada bueno. Aunque también podemos tener suerte y que dejen trabajar a los que conocen el tema.

Y, ya puestos, podrían volver a publicar los nombres del staff editorial y dejar de ser las únicas publicaciones españolas en las que no aparece esa información. Aún nadie ha sabido explicarme el por qué de esa negación de información. A mí me da mal rollo.

lunes, 17 de agosto de 2009

CARTA DEL DIRECTOR

Lo que menos se espera uno en medio de agosto es un artículo como el de José Luis Córdoba Director de Publicaciones de Panini. Su escrito parte de una gran verdad: en Internet se escriben muchas tonterías, mejorando lo presente. El caso es que los lectores con acceso a Internet llevamos más de diez años teorizando con más o menos fundamento sobre la edición de tebeos y no sé por qué exactamente ahora, ni antes ni después, Córdoba se harta y se lía la manta a la cabeza.

El artículo es muy interesante, y recomiendo su lectura fervientemente. Y, por supuesto, no puedo resistirme a comentar las cosas que me han llamado la atención.

Córdoba da cifras. El mutismo de la industria sobre las cifras es ya legendario y motivo de queja de los internautas. Las editoriales no dan datos por la misma razón que yo no voy diciendo por ahí lo que gano: porque a nadie le importa. Literalmente. En América los datos se dan porque es, o era, obligatorio por ley, para acogerse a beneficios postales. Además, los comics en EEUU llevan publicidad, y los anunciantes prefieren siempre los productos con más difusión, que es la misma razón por la que en España la televisión, la radio y la prensa escrita se somete a los estudios de OJD o a la EGM. Para los tebeos, que no llevan apenas anuncios, no es necesario dar sus cifras. Por eso es muy interesante que Córdoba dé unas pocas, aunque tampoco es que haga un estudio exhaustivo ni mucho menos.

Churras y merinas. Córdoba se enfanga en una comparación entre los precios de los libros y de los tebeos para demostrar que los tebeos no son caros ante las quejas constantes sobre los precios. Creo que no hay que establecer comparaciones, sino analizar el producto por sí mismo, porque una cosa es el precio y otra el valor. Las cosas son caras si el lector lo decide así. A mí el libro sobre Kirby de Rossell no me parece caro, pero he leído muchas quejas sobre su precio. La solución es fácil: si te parece caro, no lo compres. Nadie tiene obligación de poner las cosas al precio que nos gustaría. El editor decide el precio, y si la gran mayoría decide que se ha pasado, peor para él, pero si el número suficiente de lectores compra, el editor sale a su balcón y se ríe de los llorones y los quejicas. Ese es el juego, pero parece que no acabamos de entenderlo. Joer, es que no habría ni que explicarlo.

¿Se sigue vendiendo Spiderman en quioscos? Yo no pensaba que Spiderman vendiera tanto. Córdoba dice que la tirada de la revista El Espectacular Spiderman es de 40.000 y que vende 22.000. Es una tirada para distribución en quiosco, donde la norma es imprimir siempre un poco menos del doble de las ventas previstas. Nunca lo he entendido bien del todo, pero es así. De Panini a mi quiosquero sólo le llegan las series con numeración alta (Patrulla-X, Daredevil, Capitán América, Nuevos Vengadores,…) mientras que las recientes ya no las recibe (X-Force, Poderosos Vengadores, Invasión Secreta,...). Como excepción, el número especial de Obama. La revista de Spiderman le llega, pero el tebeo no, y no lo acabo de entender, porque una venta podría llevar a otra. Sin embargo mi impresión es que Panini está abandonando el quiosco como canal de distribución de los tebeos. En el artículo apenas nombra al quiosco.

Algunas cifras no cambian. Córdoba da los 4000 ejemplares como media de la tirada de los tebeos. Es la misma cifra que oficiosamente manejábamos hace diez años. Me imagino que no es malo mantener el nivel.

Lo del manga no es para tanto. Lo dice Córdoba y me lo han venido diciendo los libreros que conozco. El manga sigue vendiendo bien, pero el peso de las ventas recae en los tebeos de superhéroes. Al fin y al cabo el lector de superhéroes actual puede llevar perfectamente 25 o 30 años siguiendo a Daredevil o a la Patrulla-X y tiene poder adquisitivo como para permitirse unas compras sustanciosas. En el manga no hay productos de publicación indefinida, y por mucho que se reedite Bola de Dragón cada vez lo hace con menos tirada porque el efecto novedad ya se ha perdido hace mucho tiempo. Muchos de mis alumnos que compraban manga lo dejaron cuando acabaron los títulos que seguían y ninguna novedad les entraba por los ojos.

Las empresas editoras son empresas. Llevamos diez años oyendo la misma tontería, carne de teoría conspirativa, y Córdoba arremete contra ella: que las grandes editoras tienen pérdidas en la mayoría de sus títulos pero que se mantienen por el apoyo de la empresa matriz. Si eso fuera cierto, la empresa matriz ya hubiera echado el candado al chiringuito hace años. Y quien piense otra cosa no es que no sepa de empresa, es que no sabe de la vida.

Lo que dice de la política de Panini. Córdoba confiesa que Panini, al contrario que el resto de editoriales, se basa en las ventas casi inmediatas. Hace sus previsiones teniendo en cuenta lo que se va a vender cuando el producto sale a la venta y no las ventas de atrasados. Así ajustan las tiradas evitando gastos de almacenamiento y si algún título tiene especial demanda al cabo de año o año y medio sacan el tomito recopilatorio. Esto choca con el deseo que tenemos los lectores de encontrar números atrasados en la librería si es que no pudimos comprarlos en su día o se trata de un producto que no llamó nuestra atención en su momento. Sin embargo ese stock es dinero que el librero tiene puesto ahí en un producto que se va a comer con papas como no lo venda y del que no tiene posibilidad de devolución. Esas colecciones completas de Biblioteca Marvel que vuestro librero tiene cogiendo polvo en las estanterias desde hace años es dinero que tiene casi perdido.

Lo que no dice de la política de Panini. El margen del librero sobre el precio de portada de los tebeos de Panini es del 30%, con derecho a devolución. Planeta da un 50%, pero sin derecho a devolución, y un 30% en segundos pedidos, también sin derecho a devolución. Con Panini ganas menos, pero también arriesgas menos.

Crisis, pero no tanto. También coincide Córdoba con lo que me cuentan mis amigos libreros: que la crisis se nota, pero mucho menos que en otros sectores. El de la librería generalista, sin ir más lejos. Los compradores de tebeos somos poquitos, pero fieles.

Córdoba acaba su artículo hablando del despido de Antonio Pérez y del Eisner de Larroca, pero eso va a ser tema para la próxima entrega.

viernes, 14 de agosto de 2009

INVASIÓN (no muy) SECRETA

Siguiendo la política de este su blog de no destripar argumentos hasta que no se han publicado en España, le vamos a dar un repasito a Invasión Secreta, con la que servidor se lo ha pasado muy bien.

La idea es muy sencilla: una infiltración de skrulls para una invasión en toda regla y no para algún estrafalario plan que envuelva omniondas o cubos cósmicos. De esas ideas que no sabes cómo no se les había ocurrido antes a nadie. El artífice, Brian Bendis, no puede ocultar que una de sus fuentes de inspiración es la nueva y magnífica versión de Battlestar Galactica, con sus cylons de forma humana infiltrados y, sobre todo, esa justificación religiosa de un paraíso en forma de planeta Tierra que hay que alcanzar aunque sea (mejor si) aniquilando a la raza humana.

Invasión Secreta es probablemente el evento mejor planificado que yo haya leído nunca, anticipado casi un año antes, cuando Elektra resultaba ser una agente skrull. Ese acontecimiento y sus implicaciones han sido el hilo conductor de las series de Vengadores desde entonces: el miedo, la duda, la desconfianza como armas de un futuro plan de invasión. Brillante y sutil.

Con la miniserie principal se acaban las sutilezas. Los skrulls salen del armario e inutilizan las defensas de la Tierra, capturando a Reed Richards (no aprenden: un tiro en la cabeza y a otra cosa), propagando un virus anti-stark y mandando a los grupos de Vengadores a la Tierra Salvaje, para tenerlos entretenidos allí peleándose con un grupo de impostores con uniformes ochentosos. Mientras, una armada de super-skrulls toma Manhattan, siguiendo las reglas no escritas de la invasión extraterrestre.

Lo de los super-skrulls es otra idea tan simple como feliz. ¿Por qué quedarse en imitar los poderes de Los 4 Fantásticos? Aunque, la verdad, algunos son tan ridículos como esa mezcla de Kingpin y Cabeza de Martillo que salía en Punisher.

A partir de ahí todo es pelea y explosiones, viñetas inmensas repletas de personajes en las que Leinil Yu demuestra que es buen dibujante pero que no es George Pérez en esas lides. Como momentos más interesantes tenemos a la Reina Skrull convenciendo a Stark de que es un agente durmiente, o el plan de reserva del falso Pym, convirtiendo a la Avispa en una bomba andante. Como tebeo de peleas masivas no está mal (aunque Geoff Johns los escribe mejor), pero momentos como la estampida de dinosaurios sacan nota alta en la sección de anticlímax.

Tanta acción contrasta con el espíritu de traición e infiltración que se insinuaba en los meses previos. Sin embargo ese espíritu sí está presente en los capítulos de las series de Vengadores que, en un golpe sencillamente genial, se convierten en el relato de la infiltración skrull, al estilo de los flashbacks de series como Perdidos, pero dejándolos fuera de la miniserie principal. Y cómo he disfrutado con esos capítulos. Alguno hasta me ha dejado con la boca abierta, como cuando he comprendido que la Elektra skrull se sacrificaba aposta para empezar a crear el clima de desconfianza entre los héroes, acrecentando el que ya había tras Guerra Civil.

Otro acierto de este evento es resistir la tentación de adjudicar a los skrulls todo lo que ha pasado en el Universo Marvel en los últimos tres o cuatro años. No, Tony Stark no era un skrull. Tuvo sus momentos de agilipollamiento, pero ya está. Los skrulls no tuvieron nada que ver con el Día M, ni con la Guerra Mundial Hulk, ni con Guerra Civil,… Ya estaban preparando sus planes, pero esperaban pacientemente y veían estos acontecimientos como una señal divina y como ventajas tácticas en su futuro ataque. Brillante.

Como pega, la campaña publicitaria “Acepta el cambio”, que sugería una invasión supuestamente incruenta en la que los skrulls proponían una supuesta coexistencia de extraterrestres y humanos. Luego, de eso, nada. La frase tenía segunda parte: “Acepta el cambio o te mato. Y aunque lo aceptes, no te prometo nada” porque no dejaba de tener gracia ver a esos skrulls diciendo “Él te ama” mientras vaporizaban a la gente con sus rayos de la muerte

Editorialmente Marvel ha sabido explotar el filón. Mientras que las series más vendidas (Spiderman, Thor, Los Cuatro Fantásticos, X-Men,… y algunos grupos sin serie como Inhumanos) tenían miniseries aparte, las series más flojitas sí tenían sus crossovers incrustados en la colección con el objetivo de llamar la atención de los lectores.

Marvel repite otra vez la jugada de sus anteriores eventos. Los acontecimientos narrados no se encierran en sí mismos, sino que dan lugar a un nuevo status quo. El Universo Marvel sí cambia tras cada evento, cambia su presente, y no su continuidad (toma nota de una vez, Didio) y eso influye en los personajes y en las tramas futuras.

Ver a Norman Osborn como nuevo Jefe de Seguridad planetario, conspirando con algunos de los villanos-antihéroes del Universo Marvel, es una gran idea. Es hacer Presidente Luthor, pero bien, y es una promesa de historias muy interesantes. De todas formas este Osborn hace tiempo que no me cuadra con el asesino de novias y el enterrador de viejas vivas que ya conocíamos. Es un personaje muy chulo pero no es el personaje que conocía. A lo mejor es otra consecuencia del malhadado Un Día Más.

Por cierto, Mephisto tampoco era un skrull.

miércoles, 12 de agosto de 2009

LOEBADAS: LUCHA DE TRAQUEAS

Ya no compro tebeos de Loeb, y si los leo es por deber a mi blog y a vosotros mis lectores (de nada, de nada XD). Lo que sí hago es ojear sus tebeos en la librería, y cada vez que abro uno me encuentro una patochada. Por ejemplo:


Hulk Rojo mantiene colgada de una cadena a Hulka. Si la Valquiria y Thundra no acceden a hacer guarreridas españolas con él (como lo cuento), tirará de la cadena (ejem) y le partirá el cuello. Además, mientras se deciden o no, Hulka se está, lógicamente, ahogando. ¿Lógicamente?

La escena, en sí misma, no está mal planteada, pero si nos fijamos bien empieza a haber problemas. Hulka se está ahogando porque la cadena hace presión sobre su traquea. La presión la provoca exclusivamente su peso, desde el momento en el que Hulk Rojo no está pegando tirones ni moviendo la cadena de ninguna manera. Hulka pesa unos 300 kg (tú debajo, nena), es uno de los seres más fuertes del Universo Marvel, capaz de levantar 100.000 kg., y altamente invulnerable, como hemos visto en decenas de aventuras. Yo tengo serias dudas de que a un ser así 300 kg de presión en el cuello la puedan ahogar. Una duda muy friki, pero duda. Pero a Loeb le conviene porque si no, se le fastidia la escenita, y, claro, Hulka ni puede romper la cadena, ni se debate apenas, ni nada de nada.

La cosa no es que sea grave, al lado de otras barrabasadas ya vistas, pero la escena me recordaba a algo, y al fin caí. Me recordaba a esta viñeta del capítulo 13 de Victoria Oscura:

Batman sí es un ser humano. Se supone que es el más desarrollado físicamente del mundo, con una fuerza y una velocidad comparables o superiores a la de cualquier atleta, pero humano. Así que sí, ahogarse, se ahoga. Sus 110 kg de puro músculo (hummmm) hacen la suficiente presión para que ello, inexorablemente, ocurra. ¿Cómo se libra Batman de esta muerte segura? ¿Le ayuda Catwoman? ¿Coge un afilado batarang y corta la cuerda?

Ni hablar.

Batman, con la sola fuerza de sus piernas y brazos empuja contra la pared y es capaz de llegar al tejado. ¡Toma ya! ¡Con un par! ¿Qué murciélago ni murciélago? ¡Un saltamontes!!! Ahora en serio, ¿podría un ser humano algo así?

Desempolvando mis oxidados conocimientos de Física y preguntando a un compañero de trabajo, he supuesto que Batman es una esfera maciza de 110 kg (así es como hacen los problemas los físicos, a mí no me miréis) y les he aplicado las fórmulas del péndulo parabólico. Si la cuerda mide 1.5 m me sale que Bats tiene que salir despedido de la pared con una velocidad de 30´58 km/h para poder alcanzar el punto más alto y llegar a la azotea. ¿Es eso mucho? Si se tratara de un salto en vertical (que es más sencillo), con esa velocidad inicial llegaría a una altura de 3´75 m. El record actual de salto de longitud está en 2’45. Y recordemos que se está ahogando (o debería) y eso merma las capacidades físicas de cualquiera.

Vale, vale, es Batman y puede eso y más. Incluso se puede contorsionar en el aire para ayudarse, pero es que para conseguir ese impulso debe ejercer una fuerza de 400 kg contra la pared, que unida a su propio peso de 110 kg da lugar a una resultante de 415 kg, más que suficiente para romperle el cuello a cualquier humano por muy desarrollado que esté.

De acuerdo, son disquisiciones muy frikis, pero de lo que se trata es que tenemos un autor que nos cuenta que 300 kg pueden ahogar a Hulka mientras que Batman es capaz de soportar tensiones mucho mayores sin mayor problema. Saltándose siempre las reglas, las físicas y las narrativas, pasándoselas por el forro con tal de que la brillante escena que se ha inventado no se le fastidie y haciendo gala de una incoherencia sin límites. Aquí Loeb, aquí, unos enemigos.

PS. De todas formas esto es pecata minuta comparado con aquella escena de Hartigan en Sin City, rompiendo el cristal de la ventana, cogiendo un pedazo con los pies, cortando la cuerda con él como si fuera un contorsionista del Circo del Sol... Si es que Frank Miller cuando se pone, se pone.

Actualización: Me rectifican, y con razón, que en esa aventura Batman lleva armadura en el cuello. Así que no, no se ahogaría. No sólo eso, sino que ¡se demostraría que al fin Batman tenía un plan! Lo del saltito inverosímil sí lo seguimos manteniendo. Y Hulka no se ahogaría por su propio peso. Ea.

domingo, 9 de agosto de 2009

LOEBADAS: HULK TIENE UN MARTILLO

Relanzadas casi a la vez, Thor y Hulk son antítesis una de la otra. Mientras que Thor es pausada (quizás más de la cuenta), apenas tiene acción y se basa en la construcción de ambientes y personajes, Hulk es acción, acción y además, acción. De la mala. Tienen en común a dos guionistas que han hecho carrera en cine y televisión, pero mientras que Straczinsky creó Babylon 5 y escribe guiones para Clint Eastwood (adorémosle), a Loeb lo van echando de todas las series donde le dejan poner las zarpas.

En su propia serie hemos visto cómo Thor se está ocupando casi exclusivamente de reconstruir Asgard, de ahí que, salvo para echarle la bronca a Tony Stark, poco contacto esté teniendo con el resto de personajes Marvel. Tiene lógica que su atención sólo se distraiga con sucesos realmente graves como Invasión Secreta. Lo cual poco le importa a Loeb. Él quería a Thor y ahí que se coge a Thor, que se presenta en la obligada última página, sin que se sepa cómo ni por qué. La pelea, por supuesto, es ridícula.

Hulk Rojo siempre tiene un plan. Lo dice él mismo, en un momento de la pelea. Ha estudiado a sus adversarios y sabe cómo derrotarlos a todos. Incluso a Thor. Aunque él mismo confiesa que pensaba que estaba muerto. Wow, tiene planes hasta para los muertos. Por si resucitan. Si eso no es estar preparado… Mucho más preparado, por supuesto, que el Batman de Loeb, que nunca tiene un plan ni nada que se le parezca.

El plan anti-Thor de Hulk Rojo es sencillo. Agarra el martillo de Thor, salta con todas sus fuerzas ¡y se ponen en órbita! Thor, que puede volar, que dispara rayos con el martillo, que podría debatirse, lo único que hace es sorprenderse. Patidifuso, no se cree que Hulk pueda coger su martillo encantado de Uru “salvo que en ausencia de mi padre…”.

En pleno salto Hulk le demuestra lo listo que es y, de paso, lo ingenioso que es Loeb como escritor, que es de lo que se trata. Le dice que lo que hace es llevarlo a él, no al martillo, y que si bien el encantamiento del martillo es cierto, en gravedad cero no funciona.

Cágate, lorito.

Primero, y Thor lo sabe y no debería tener dudas, el encantamiento del martillo sigue funcionando, como se vio en Fantastic Four nº 536, donde el doctor Muerte lo intentaba coger y al final el único que pudo fue Donald Blake. Y segundo, el encantamiento dice: “Quien sostenga este martillo, si es digno, tendrá el poder de Thor”. No dice “Quien sostenga este martillo, si es ingrávido, tendrá el poder de Thor”. Dignidad y gravedad. Velocidad y tocino.

Los universos de ficción tienen sus propias reglas, muchas veces inverosimilitudes que el lector/espectador debe aceptar para entrar en el juego. Tan inverosímil es que haya un asesinato en cada sitio que visita Jessica Fletcher (“Se ha escrito un crimen”) (1) como que haya monstruos rojos capaces de saltar hasta la órbita terrestre. Lo importante es que esas inverosimilitudes deben formar un sistema lógico consistente, decidible y completo para poder ser aceptadas por el lector. Un mal escritor pasará de las reglas del juego con tal de usar sus ideas. Como un Loeb cualquiera.

El martillo de Thor tiene un hechizo que impide que nadie indigno pueda sostenerlo. Esa es la regla. No se trata de un hechizo que lo haga pesado ni nada por el estilo. El Capitán América, por ejemplo, lo ha cogido. O Superman. Es decir, si aplicamos la lógica de ese hechizo, Hulk Rojo tampoco podría cogerlo, ni usarlo, en el espacio ni en ningún sitio. El martillo, no sé, se quedaría estancado en una posición, sin moverse, o repelería al que quisiera cogerlo. Da igual. Si no es digno, no puede usarlo.

Pero en el Loebverso sí puede y apaliza a Thor con su martillo. Porque en el Loebverso se respetan las leyes de la Física.

Por supuesto, eso es mentira.

Primero. Si Loeb supone que el martillo tiene una gran masa (y una gran densidad), la seguirá teniendo en el espacio. Contra lo que nos podamos pensar, si tú no eres capaz de mover algo en la Tierra, no podrás moverlo en el espacio. No mucho, al menos. Un astronauta que flota no puede mover su estación espacial y sacarla de órbita. Porque la fuerza del astronauta sigue siendo la misma, y si la masa que quiere mover es grande, la aceleración que imprime será minúscula. Sin embargo Hulk Rojo maneja el supuesto martillo superpesado como si fuera una piruleta.

Segundo. Si Hulk es capaz de ponerse en órbita es porque su salto tiene una velocidad de, al menos, 11200 m/s (la llamada velocidad de escape) . Cuarenta veces la velocidad del sonido. Es imposible que te escuchen hablar en esas condiciones, porque el sonido de la voz se queda atrás.

Tercero. En el espacio no hay aire. Tampoco se puede hablar. Hulk y Thor hablan en el espacio, en la Luna y donde les encarte, que para eso están en el Loebverso.

Cuarto. Al primer martillazo, y con semejante fuerza, Hulk mandaría a Thor volando fuera de órbita. De hecho, acción-reacción, Hulk también.

Quinto. Si le das vueltas al martillo sobre tu cabeza, tú también girarás como una peonza porque no tienes suelo donde apoyarte.

Corolario: Todo Universo de ficción tiene unas reglas. O las sigues, o las cambias justificando por qué. Sea como sea debes saber llegar hasta el final y no sólo cuando te convenga. Si no, eres un mal escritor. Si no, eres un fantoche capaz de hacer cosas como ésta:

En la próxima entrega, otra lucha épica entre la Lógica, la Física y la estulticia.

PS. Por supuesto recomendamos (y no sólo a Loeb) el libro La física de los superhéroes, de James Kakalios, para quien tenga curiosidad sobre estos temas.

(1) Algún día se demostrará que Jessica Fletcher era una asesina en serie que se apañaba para culpar a inocentes de los crímenes que ella cometía.

jueves, 6 de agosto de 2009

LOEBADAS: EL EFECTO CALIPPO

Loeb escribió cuatro capítulos de la serie Smallville y en dos de ellos aparecía la kriptonita roja, que sacaba el lado malvado de Clark, aunque más bien era el lado macarra. Durante cierto tiempo Jeph Loeb fue “el hombre que introdujo la kriptonita roja en Smallville” para los regocijados medios especializados. Esto grabó en su cerebro una idea fija: “pasar de verde a rojo es bueeeenooooooo”

Y tiempo le faltó cuando Marvel le encargó la nueva serie de Hulk tras War World Hulk. Su nuevo Hulk sería… ¡rojo! Y, atentos,… ¡malvado! Y un poquillo macarra también.

Como buena obra de Loeb, Hulk tiene no uno, sino varios dibujantes estrellas, Ed McGuinness, secundado por Arthur Adams y Frank Cho. Y también hay un montón de personajes que entran y salen sin ton ni son: Doc Samson, María Hill, Iron Man, Hulka, Ross, la Guardia de Invierno, Rick Jones (transformado en una Abominación que no es verde, sino… azul) , Thor, Ares, la Cosa, Mr. Fantástico, Namor, los Wendigos, Caballero Luna, Miss Marvel, Vigía, Valquiria, Tundra, la Mujer Invisible, Spiderwoman, Tormenta, Tigra, Gata Infernal, Viuda Negra, Hermano Vudú, Estela Plateada, Dr. Extraño, Barón Mordo, Terrax, Tiburón Tigre, Jarella, Galactus, Clea, Spiderman … Y esto sólo en los doce primeros números. Porque, y esta es otra de las ideas fijas de Loeb, el truco para hacer buenas historias consiste en enfrentar al protagonista con todo bicho viviente del Universo en cuestión.

Y no sólo eso, sino que la serie empieza, no os lo podéis ni imaginar, ¡con un asesino misterioso! Y avanza a base de cliffhangers de personajes que aparecen espectacularmente en la última viñeta (yawn), número tras número. Loeb, desbordante de imaginación, hasta tiene tiempo de reunir a los Defensores originales y enfrentarlos, no miento, no bromeo, ¡a los Ofensores! en, colmo de la originalidad, una pelea organizada por el Amo del Juego.

Y ya, para acabar, el remate del tomate (rojo) es que coge a Hulka y, sí, ya sé lo que estáis pensando, “no, no es posible, no se atreverá, es imposible tanta desfachatez”. ¡Pues sí! ¡Es posible! ¡Y a las pruebas me remito!



Vale, es un spoiler, ¡pero si sigues esta serie te mereces esto y más! Pero esto no acaba aquí. ¿Es posible que haya algo más? Pues sí.

Audrey.

Audrey Loeb. La hija de Jeph. Ya enchufada por papi. Escribiendo un complemento en forma de historieta de corte infantil de una página en las que aparece un Hulk verde, un Hulk rojo y, demostrando que es hija de su padre, ¡¡¡un Hulk azul!!! ¡¡¡¡Azuuuuuuuuuul!!!! (Imaginad lo anterior gritado por Carlos Pumares y os hacéis una idea).

No sabemos qué más cosas volverá rojas (o azules) la familia Loeb. De hecho sospechamos que su primera fechoría fue el paso del Calippo verde al Calippo rojo (que es el malo). Continuaremos investigando.

En las próximas entregas ¡más Hulk! ¡Magia contra Física! Y ¿quién es más fuerte? ¿Batman o Hulka?

martes, 4 de agosto de 2009

LOEBADAS: ¡SANTO LOEB, BATMAN!

Jeph Loeb ha cimentado parte de su fama en sus historias con Batman y en su colaboración con Tim Sale. Como bien apuntaba Calduch hace unos posts, algo pasa cuando se juntan Loeb y Sale. Quizás, como decía Jack Nicholson en Mejor Imposible, “Tú me haces querer ser mejor”. De todas formas, analizadas a fondo, sus Batman tampoco es que sean para tirar cohetes.

Como buena obra de Loeb, El Largo Halloween tiene un dibujante estrella, Tim Sale, y un montón de personajes que entran y salen sin ton ni son: Catwoman, Solomon Grundy, Joker, el Hombre Calendario, Hiedra Venenosa, Acertijo, Espantapájaros, el Sombrerero Loco,… El Largo Halloween, es largo y aburrido. Batman se tira un año intentando detener a un asesino en serie, cimentando su fama de Peor Detective del Mundo. Loeb usa y abusa de la referencia cinematográfica en esta continuación de Año Uno: la historia empieza como El Padrino, con una boda de gangsters, y acaba como Falso Culpable (la asesina es la mujer del fiscal) pasando por inevitables momentos Silencio de los Corderos, un recurso este el referencial que amateuriza una obra si abusas de él. El mayor mérito es el desarrollo de Harvey Dent y su conversión en Dos Caras, que fue una de las referencias para la última película de Batman.

Como buena obra de Loeb, Victoria Oscura tiene un dibujante estrella, Tim Sale, y un montón de personajes que entran y salen sin ton ni son: Catwoman, Solomon Grundy, Joker, el Hombre Calendario, Hiedra Venenosa, el Pinguino, el Sombrerero Loco, Mr. Frío,... Esta continuación de la obra anterior es un poco más entretenida, aunque sólo sea por tener menos páginas. Si profundizamos más, vemos que la estructura es muy parecida a la anterior, enfrentándose casi a los mismos villanos en los mismos momentos de la historia, incluyendo una reunión final de los mismos. Por supuesto, hay un asesino y Batman no da una. Y además te cuenta el origen de Robin, bastante mejor, por cierto, que en All-Star.

Como buena obra de Loeb, Silencio tiene un dibujante estrella, Jim Lee, y un montón de personajes que entran y salen sin ton ni son: Killer Croc (sustituyendo a Salomon Grundy como oponente brutote), Catwoman (con la enésima escena de persecución por los tejados), Hiedra Venenosa, La Cazadora, Superman, Harley Quinn, Joker, Acertijo, Talia, Luthor, Ras Al Ghul (con la enésima escena de esgrima en el desierto), Espantapájaros, Dos Caras (al que por enésima vez le han hecho la estética),… También hay un asesino desconocido, Silencio, cuya identidad conoces la primera vez que aparece, un supuesto amigo de la infancia de Bruce Wayne, y que, parece, muere en mitad de la historia, para despistar. Sí, vamos, anda, como si no hubiéramos leído Diez negritos, Jeph Loeb. Al final de la historia, Catwoman dice: “Deja de ser detective por una vez”. ¡Pero si nunca lo es!

Como buena obra de Loeb, Catwoman: Si vas a Roma,… Para ser sincero, a estas alturas ya me había cansado de Loeb y no me la he leído. Seguro que es la obra maestra que me convencería de las bondades de Jeph Loeb. Mecachis.

Jeph Loeb aplica en su trabajo con Batman la máxima hollywodiense de la superproducción: si funciona la primera vez, vuelve a contar la misma historia en las secuelas. El problema es que la primera vez ya aburría.

En la próxima entrega nos enfadaremos y nos volveremos más fuertes ¡y más rojos!

domingo, 2 de agosto de 2009

LOEBADAS: EL TOMATE DE ULTIMATES ( y 2)

Seguimos.

Muere Wanda y Magneto manda a la Hermandad de mutantes a por el cadáver. ¿No era más fácil que Pietro se la llevara a supervelocidad? Tras otra pelea absurda, se llevan la muerta y Pietro se une a ellos. Y justo cuando se han ido, que oportuno, llega Lobezno, enseñando las garras para que se vea que es Lobezno. (Sigh)

El bueno de Loeb se tira casi un capítulo ¡para un flashback! Un flashback en el que cuenta que Lobezno le puso los cuernos a Magneto antes de que nacieran Wanda y Pietro, pero que Magneto les pilló en lo más menudito y lo lanzó más allá de los Cárpatos. Lo cual no fue óbice ni circunstancia para que Lobezno se uniera años después a la Hermandad y que Magneto le aceptara tan gustosamente. Porque Magneto es un genocida antihumano, pero tolerante como él solo. O desmemoriado, no sé. Además, nos cuentan que los dinosaurios de la Tierra Salvaje fueron creación de Wanda, mira qué bien. Medio capítulo, en definitiva, para dar una información innecesaria y justificar (?) que Lobezno se una a los Ultimates.

Medio grupo se va para la Tierra Salvaje, la guarida de Magneto, y el otro se queda investigando la muerte de Wanda. La Avispa, sagaz como ella sola, sospecha de Pantera Negra a la par que se extraña de la ausencia del Capitán América. Lobezno huele a Pantera, se huele la tostada, pero no dice nada, ni le enseña las garras ni nada. En vez de preguntarle, “¿pero qué haces?” le dice, “no te retires de mi vista”, frase cool donde las haya. Wov.

Los acontecimientos se precipitan, más que nada porque nadie aseguraba que Madureira fuera a dibujar más de cinco capítulos. Los que van a la Tierra Salvaje se unen a la rebelión de Ka-Zar contra Magneto, y la Avispa descubre que el malvado Ultrón es el asesino de la Bruja y que va a reemplazar a los Ultimates por dobles mecánicos y malévolos, plan increíble y original como pocos.

Los Ultimates robóticos atacan la Tierra Salvaje sin razón aparente, hay una pelea de todos contra todos y ganan los Ultimates humanos. (Yawn). Ah, también se revela que Pantera Negra era realmente el Capitán América. El por qué y el para qué permanecen en la ignorancia más absoluta, aunque Loeb tiene querencia a que los personajes se hagan pasar por otros por motivos incomprensibles, como ya veremos.

Magneto y los Ultimates discuten sobre la responsabilidad de la muerte de Wanda y sobre el hecho de que quizás ella cambió la programación de Ultrón para que el robot se enamorara de ella. Y en medio de la discusión Ojo de Halcón le dispara a Magneto con una ballesta que hace bang. Sólo estaban hablando, no había pelea ni nada, si acaso un poco de violencia verbal, ni Magneto le había hecho especialmente nada a Ojo de Halcón, pero... Todo muy lógico.

El caso es que el cenutrio de Pietro, que intentó coger la bala que mató a Wanda y no pudo, porque era una bala autopropulsada, no es capaz de coger la flecha y en cambio protege con su cuerpo a su padre. Ea. Otro muerto. Magneto clama venganza, y se va llevándose su ciudadela con él. Luego clama venganza ¡contra toda la humanidad! ante el cadáver de su hijo. A ver, que a Wanda se la carga Ultrón que, vale, lo creó Pym, y a Pietro se lo carga Ojo de Halcon. ¡Pues entonces que clame venganza contra Pym y contra Ojo de Halcón, puñetas!

Tras la vengativa perorata deja el cadáver de Pietro sobre la losa “para ir a enterrar a su hermana”, dice. ¿Y por qué no les entierra a los dos? Otra lobeada más. A lo mejor por eso el cadáver llora. Sí, sí, echa su lagrimita. Llora como cadáver lo que no supo defender como mutante. ¿Está muerto o acaso la lagrima es una sutil pista de lo contrario? Lo de la lagrimita post morten, por cierto, también se vio en un capítulo de Heroes, donde “moría” Tracy Strauss, la trilliza de poderes frígidos interpretada por Ali Larter.

Y el remate del tomate, el acabose, el no va más, la revelación del siglo, el final que revoluciona la historia de la narrativa mundial, es la última página en la que se muestra que el cerebro tras toda esta trama ¡es el doctor Muerte!!! Y ahí se acaba.

En realidad, la cosa sigue en Ultimatum, pero esperaremos a que la publique Panini. Un adelanto: es aún peor.