lunes, 26 de febrero de 2007

EMPAQUETADORES

Hubo una época en la que los tebeos de una editorial se hacían en la editorial. Es decir, que el grueso del cuerpo técnico se encontraba en una misma oficina trabajando codo con codo. En la Forum de los 80, Antonio Martín dirigía y Pere Olivé diseñaba, ayudados por un reducido grupo de colaboradores, nombres que ahora suenan lejanos, como Marce Hernández o Elena Gueimunde. Probablemente los traductores, articulistas, profesores y doctores, es decir, Pérez Navarro, trabajaban en casa, pero sea como sea todos los que hacían tebeos en Forum cobraban de Forum.

En los 90 Planeta DeAgostini publicaba todo Marvel, Image, manga... Editar tantos títulos conllevaba contratar más personal y, consecuentemente, ampliación de oficinas y de material ofimático, cada vez más necesario pero aún caro. La otra opción consistía en contratar los servicios de una empresa externa que coja el material original yanqui, la traducción, los artículos y las publicidades y con todo eso haga un paquete que finalmente va a imprenta. Lo de “empaquetar” un tebeo no puede ser una expresión más fea, pero la palabreja inglesa ha triunfado y hoy todo el mundo usa el término packager. El packager más famoso quizás sea el Estudio Fénix
que hoy en día hace de todo menos tebeos: fascículos, revistas, libros, publicidad e incluso juguetes. Los trabajadores de estas empresas suelen ser gente joven, bien preparada, aficionada a los comics y con muchas ganas de hacer las cosass bien. Lo malo es que muchas veces el tiempo y el dinero contratados no dan para mucho.

El uso de este tipo de empresas supone un ahorro económico para la editorial pero dificulta la supervisión por parte de la misma. Además obliga a marcar directrices comunes de diseño y producción y la revisión y corrección de un producto acabado es más difícil que la de uno cuya realización ves días a día.

Una rápido escrutinio revela que Panini utiliza como mucho, tres packagers:

  • Forja Digital S.L.: X-Factor, Spiderman, X-Men los 198, The Pulse, Daredevil, Hulk...
  • Estudio Din&Amita: Los 4 Fantásticos, Patrulla-X, X-Men Génesis Mortal, Ultimate X-Men, Lobezno, X-Men, Capitán América, Jóvenes Vengadores, Los Nuevos Vengadores, Ultimate Spiderman, The Ultimates, Supreme Power: Hyperion...
  • Estudio Fénix: The Punisher,...

Planeta usa los servicios de al menos ocho:

  • Pacmer S.A: Crisis de Identidad: Prólogo.
  • Magic Press Srl: Green Lantern, Manhattan Guardian, Catwoman, El día de la vengaza,...
  • 9 letras: Superman, Solo, Green Arrow, Manhunter,...
  • Cosa Studio: Outsiders, Wonder Woman,..
  • Estudi D’art-tres: Superman de Pasqual Ferry...
  • Fanhunter S.L.: Clásicos DC Green Lantern, Superman-Batman,...
  • CP, SCP: Hellblazer,...
  • Pilar Tomeo y Carlos Montes: 100 balas;...

Cuando Panini tomó Marvel también heredó de Forum las empresas de packaging mientras que Planeta no parece haber encontrado un par de packegers que se puedan ocupar de toda la producción de su línea editorial. Quizás sea porque las empresas contratadas no tienen las capacidades necesarias para publicar tanto tebeo a la vez o por crear un ambiente de competencia entre los proveedors que provoque la bajada de los precios. Obviamente, un editor de Panini lo tiene más fácil que uno de Planeta ya que siempre es más operativo tratar con un par de empresas que con ocho, cada una con sus peculiaridades. Y probablemente esto sea una de las explicaciones de las pésimas ediciones que Planeta nos está regalando de un tiempo a esta parte.

Mi dentista solía decir: “Lo barato sale caro”. Desconozco cuánto paga Planeta a cada packager pero intuyo que no lo bastante para que podamos ver ediciones con la calidad esperable.

¿Conoces a alguien que trabaja en algún packager? ¿Cómo se apañan las señoritas de El Corte Inglés para hacer esos paquetes tan estupendos? ¿Cuántos chalets se habrá comprado mi dentista a mi costa?

PD: El viaje, muy muy bien. Regresaron, sanos y salvos, 81 alumno/as, ni uno más, ni uno menos... espero.

martes, 20 de febrero de 2007

PARÉNTESIS

Hasta las cejas con los preparativos del viajito. Iba a postear sobre los packagers pero no me va a dar lugar, así que lo dejamos para el lunes que viene por la noche. A los veintipico que se pasan por esta página a diario (veintipico más de lo que esperaba) o al que visita veintipico veces al día la página (ya te vale) muchas gracias y espero que os sigáis asomando de vez en cuando. Por cierto, leer, leeis, pero no escribís. Jo...

Hasta el luneeeees.

domingo, 18 de febrero de 2007

ODIO A LOEB

1970 no fue un buen año para la Humanidad. Se separaron los Beatles, nací yo y Jeph Loeb leyó su primer tebeo.

Jeph Loeb es el perfecto ejemplo de cómo prosperar en la industria del tebeo con un talento muy justito y una gran dosis de suerte, influencias y relaciones personales. Un paseo por su biografía así lo demuestra.

Tras descubrir los tebeos hace que su padre le compre a un vecino una colección con todos los comics Marvel de los 60. Sus padres se divorcian y su padrastro resulta ser el vicepresidente de la Universidad donde se saca sus títulos de escritor. En 1985 escribe la película de Michael J. Fox De pelo en pecho y el Commando de Arnold Schwarzenegger. Luego escribe la secuela de De pelo en pecho con Tim Kring. En 1989 escribe un guión para adaptar Flash y conoce a Janette Khan, presidenta de DC, que extasiada de encontrar a un guionista de Hollywood al que le gustan los tebeos, le propone escribir para su editorial.

Y, efectivamente, cuando DC publica su versión de Challengers of the Unknown con Tim Sale, se le publicita como el guionista de De pelo en pecho y Commando, presentando como un logro que un escritor de Hollywood se digne a realizar tebeos, en un ejercicio de catetismo y baja autoestima realmente remarcable. El tebeo en sí pasa sin pena ni gloria pero posibilita una relación duradera con Sale que da lugar a The Long Halloween, -un pastiche de películas que empieza como El Padrino y acaba como Presunto inocente-, y Dark Victory. Ambas parasitan del Año Uno de Frank Miller y presentan a Batman como el detective más imbécil del mundo. Con Superman For All Seasons lo único que hace es añadir empalago a la versión de Byrne.

Pero el caso es que la fórmula funciona y el tándem Loeb-Sale presenta sus versiones “año 1” de Spiderman (Blue), Daredevil (Yellow) y Hulk (Grey) readaptando los trabajos de Lee, Kirby y Ditko. Lo único bueno, ver a Tim Sale seguir con maestría la senda de Alex Toth. Loeb, listo él, se da cuenta que el éxito está en unirse a gente de éxito. No tuvo mucha vista colaborando con Rob Liefeld, pero la campanada la da con Hush, una historia de Batman en 12 números que suponía el reencuentro de Jim Lee con el tablero de dibujo. La historia es un batiburrillo sin pies ni cabeza en el que adivinas quién es el malo misterioso en la primera viñeta en la que aparece y que sólo sirve para que Lee se pueda dibujar a toda la galería de villanos de Batman. La historia arrasa entre el público.

Loeb sigue perfeccionando estilo propio y se da cuenta de que no sólo hay que juntarse con dibujantes de éxito sino que debe escribir para lucimiento de los mismos. En Superman-Batman le pregunta a McGuinnes ¿qué quieres dibujar? “A todos los personajes del Universo DC. ¡Y un robot gigante!” ¡Hecho! ¿Y Michael Turner? “Estilizadas jovencitas de culitos prietos. ¡Y que salga Darkseid!” ¡Pues ahí tienes a Supergirl, todas las amazonas y a Darkseid. Aunque no pegue ni con cola. ¡Y Batman se pelea con él a puñetazos!! ¿Y mi Pacheco? ¿Qué quiere? “Eso ni se pregunta, pisha. ¡Universos alternativos! Y contar el origen de Batman, que aún no lo había hecho”. ¡Maaaarchando!... Que las historias sean un sinsentido continuo no impide el éxito de la colección.

Entretanto, Loeb ha vuelto a llamar la atención de la industria televisiva, y escribe un episodio de Smallville. Desde entonces Loeb es presentado enfáticamente como “el que introdujo la kriptonita roja en Smallville”. Lo que no dice es dónde se la podría haber introducido... J.J. Abrams le contrata como asesor para Lost, lo cual puede explicar el fiasco que ha acabado resultando la serie, y Tim Kring, otro amiguete de años mozos, le mete en el equipo de la más que notable Heroes, donde, maldición, firma el mejor episodio hasta la fecha de esta serie, aunque hay que tener en cuenta que los guiones de la tele se escriben en equipo. Además, su colega Sale es el auténtico artista de los tebeos de uno de los personajes de la serie, que es autor de comic-books. Todo queda entre amigos.

Recientemente Loeb ha perdido a su hijo Sam por cáncer. El número 26 de Superman-Batman lleva guión del chiquillo y dibujos de un montón de artistas de primera fila que donaron su sueldo a una entidad benéfica que lleva el nombre de su hijo. No lo he leído pero dicen que no está nada mal. Seguro que mejor que los 25 capítulos anteriores.

Desgracias personales aparte, la estrella de Loeb no se apaga y Quesada le hace contrato en exclusiva. Aparece como asesor de todo lo que rodea a Civil War, aunque su sugerencia más notable es que la ciudad destruida en la batalla de superhéroes del primer capítulo sea su Stamford natal. Y lo mismo hasta le hacen Hijo Predilecto por eso... Entre los inminentes cometidos de Loeb están tomar Lobezno (lo que le faltaba al mutantecanadiensedelasgarrasdeadamantium) y destroz... continuar The Ultimates con un recuperado Joe Madureira y con McGuinnes. Pero vamos, que con Madureira también triunfo yo.

Por si alguien no se ha leído el título y/o no acaba de quedar claro, lo repetiré: no me gusta Loeb. Escribe mal, es ñoño y tiene la originalidad de una barra de pan Bimbo. Pero tiene éxito. Su caso es muy común no sólo en el campo del tebeo, sino en cualquier ámbito laboral. Más vale caer en gracia que ser gracioso. Y no es el único. Más sobre eso más adelante.

¿Cuántos Loebs hay en la oficina en la que trabajas? ¿Cuál es el Loeb de Planeta? ¿Es verdad que si dices tres veces "Jeph Loeb" delante de un espejo se te aparece Jaime Rodríguez?

miércoles, 14 de febrero de 2007

PORQUESES

La semana que viene voy de viaje cinco días con los niños del Colegio a Castilla y León. Y no, no es divertido. Preparar algo así lleva varios meses, y los días previos el ritmo de trabajo se acelera exponencialmente. Por eso, algo cortito. Unos cuantos porqueses mientras "vigilo" un examen:

¿Por qué Panini le ha dado más brillo a sus portadas?

¿Por qué los tebeos de Planeta, puestos sobre una mesa, se rizan espectacularmente en un par de horas?

¿Por qué no hay nadie que controle que el rotulista no intercambie el contenido de los bocadillos?

¿Por qué no hay nadie que controle que el traductor haga bien su trabajo?

¿Por qué se contratan a traductores que no saben nada de lo que están traduciendo?

¿Por qué en los tebeos de Planeta no se adaptan los títulos de la historia al castellano y se dejan en inglés con una traducción al pie de página?

¿Por qué Panini hace ediciones especiales para librería que consisten en exactamente el mismo contenido con portada distinta?

¿Por qué Panini hace ediciones especiales para librería que consisten en exactamente el mismo contenido con exactamente la misma portada y un cartelón que dice que es edición especial?

¿Por qué Panini tira piedras sobre su propio tejado editando exclusivamente para librería tebeos como Ultimates 2 o X-Men Genesis Mortal que tienen formato de quiosco?

¿Por qué en algunos tebeos de Norma no ves por ningún lado referencia a traductores, rotulistas...?

¿Por qué Planeta contrata los servicios de al menos ocho empresas de packaging distintas?

Más sobre esto, más adelante.

Peláez, mira tu examen, que te estoy viendoooo....

viernes, 9 de febrero de 2007

EL PUNTO DE ARRANQUE

La situación es más que familiar. Un nuevo guionista, profusamente promocionado en las webs de noticias, prometiendo una nueva dirección para la serie que le ha sido adjudicada, un nuevo rumbo plagado de ingeniosas situaciones y sorprendentes giros argumentales.

El problema es que cuando una serie tiene más de cuarenta años a sus espaldas las novedades, el ingenio y las sorpresas son bastante difíciles, así que el voluntarioso guionista al final se limita a hacer alguna de las siguientes cosas:

Opción A: Un personaje más o menos importante resucita.
Opción B: El pasado que crees conocer es mentira.
Opción C: Un personaje más o menos importante muere.

Todo esto viene a cuento de Ed Brubaker, cuya aún corta carrera en Marvel se está distinguiendo por el uso y el abuso de los tres tópicos anteriores. Así, en Capitán América, Bucky ha vuelto de entre los muertos convertido en un ciborg asesino, nada menos. En X-Men Génesis Mortal resulta que lo que contaron en el Giant Size X-Men de 1975 que originó la actual Patrulla X es mentira y, encima, el Profesor X es un cabronazo manipulador. Otra vez. Y en Daredevil a las primeras de cambio se cargan a Foggy Nelson. Tres de tres. Impresionante.

¿Es eso malo? No necesariamente, y Brubaker es un ejemplo. A pesar de los poco originales orígenes, sus series están bien escritas, son interesantes y avanzan con coherencia. Algo de lo que tendrían que aprender los Jeph Loeb del mundo. Más sobre eso más adelante.

¿Queda algo original que contar? Probablemente, desde Homero, no. Pero siempre quedan maneras originales de contarlo. Me imagino que por eso no hemos cambiado todavía nuestra afición a los tebeos por la horticultura ecológica.

Por 25 céntimos: Historias en las que personajes hayan muerto, resucitado o su pasado no era el que se creía. Oportunidad única para forrarse

martes, 6 de febrero de 2007

GUSTO POR EL DISGUSTO

Hay varios autores que parecen que han hecho su marca de fábrica de la descripción minuciosa de lo desagradable. Y no me refiero al más rancio underground, productora de historias en las que tíos subidos en globos defecaban en la gente. Siempre hay quien a este tipo de cosas le sacan un significado profundo. La sociedad, el poder, la angustia vital,... En realidad la cosa iba de mierda y sólo de mierda. Ganas de dar el cante.

Pero no, yo hablo de obras del llamado mainstream firmadas por tipos como Garth Ennis o Warren Ellis y dibujadas por Steve Dillon o Darick Robertson, que suelen colaborar todos con todos en historias en las que lo escatológico es el centro. Así, de memoria, recuerdo aquella mafiosa amputada de Punisher, al calvo de Preacher que acabó meando por un tubo de goma, gatos con tres ojos que daban grima orinando en esquinas en Transmetropolitan, enanos que vivían en alcantarillas y amputaban piernas para poner al personal a su altura otra vez en Punisher, el humor chocarrero de La Brigada de Fusileros, mutilaciones detalladas por doquier,...

Ese confundir la trasgresión con la guarrería no hace sino ocultar las evidentes virtudes de estos guionistas y dibujantes. Ennis tiene un don con los diálogos que le permiten escribir episodios enteros de gente hablando y sabe describir personajes como nadie. En Preacher lo bueno no es ese descendiente subnormal de Jesucristo o el tarado follagallinas aquel, sino la bonita historia de amor de Jesse y Tulip, la amistad entre Jesse y Cassidy o ese Santo de los Asesinos parando un tanque con el pie y acribillándolo con sus revólveres. Steve Dillon tiene mano con las expresiones y es de los mejores colocando a los personajes en las viñetas. Ellis tiene grandes ideas, más que ideas, conceptos, que suele rematar mal, cierto, y esperad al fin de Planetary, ugh, aunque su sentido de la estructura nadie la puede discutir. Robertson es buen diseñador de personajes, un narrador más que competente y tiene mucho sentido del humor... Mucho talento que se pierde en lo superfluo.

Se quejaba Moore de que los imitadores de Watchmen se concentraban en el tono oscuro y no en los evidentes hallazgos narrativos de su obra. El clan de Ennis y Ellis se mal imitan a sí mismos recurriendo siempre a ese tono de cacapeoculopis mal llamado adulto en vez de concentrarse en sus puntos fuertes.

Y el caso es que, de vez en cuando, les da por eso. El Fell de Ellis merece bastante la pena sin entrar en lo escatológico. Y el otro día leí la historia de Punisher llamada El Tigre, aparecida en el tomo homónimo con dibujos de John Severin, en la que la historia, sin ser excepcional, estaba bien contada, tenía sentimiento y no se refocilaba en lo mundano, y eso que la historia daba para eso. Si encima tienes a todo un clásico como Severin, que con su trazo tembloroso aún le da sopas con hondas a muchos “modelnos”, y contando con un color de Paul Mounts que imita las tramas manuales de manera primorosa, pues el resultado es más que apreciable.

Es decir, que cuando quieren, lo hacen, Aunque me imagino que esto será como la tele: cuanto peor, mejor y más vendes.

¿Está reñido el talento con el buen gusto? ¿Cuál es tu programa de telebasura favorito? ¿Cuál es tu tebeo de comicbasura favorito?

PD. Hablando de lo cual: hace unos días DC les ha cancelado a Ellis y Robertson, tras seis números, The Boys, una (otra) sátira superheróica llena de salpicaduras, mutilaciones y hámsters rectales. Ya les vale.

domingo, 4 de febrero de 2007

LA EDAD DE LATA (Apéndice)

La edición en blanco y negro añade un elemento de suspense a este Green Lantern: sólo nos enteramos que el peligro es amarillo (sin doble intención) cuando lo dice el personaje. Un episodio de Superman con las kriptonitas de colores puede ser la leche en este formato.
Y, vale, Abin Sur, miedo no tendría Hal Jordan, pero muy espabilado tampoco era, que se le venía encima un monstruo amarillo y sólo de acordaba de la jodía anomalía cuando le arreaba con el anillo...

sábado, 3 de febrero de 2007

LA EDAD DE LATA

Hay pocos tebeos con los que me ría yo más que con un comic book americano de los inicios de la Edad de Plata, alrededor del año 60. Me he leído el primer tomo del Clásicos DC Green Lantern y aún me duelen los ijares.

Y es que todo resulta ridículo: el origen, los poderes y el fallo de esos poderes, esa “impureza necesaria en su propia naturaleza que hace que el anillo sea inútil contra cualquier cosa amarilla” que el editor, Julie Schwartz, repetía machaconamente en cada historieta. De resulta de lo cual, en cada capítulo el pobre Hal Jordan se enfrenta a misiles amarillos, monstruos amarillos y rayos amarillos. Y lo mejor es que sus enemigos no saben nada del amarillo y su efecto sobre el anillo. Es pura casualidad. ¡Pintan los misiles de amarillo por pura estética! O ese diálogo de la portada del número 1: “Un enemigo desconocido ¡maneja los hilos de un monstruoso títere que dispara rayos letales contra mí!” Coñio, y lo mejor es que es verdad. O ese monstruo autorreflexivo que piensa: “Qué extraño... sé que soy una “amenaza aterradora”, pero no sé qué significa eso..., ni lo que debo hacer...” Y esos secundarios, aquel mecánico esquimal de apodo Caratarta. Sí, sí. Esquimal y Caratarta. O esa Carol Ferris, más caliente que una perra y digna heredera de la sagaz Lois Lane, enamorada de un tío con antifaz y mallas que se peina igual que Hal Jordan, habla igual que Hal Jordan, que nunca está a la vez que Hal Jordan, pero, oye, que no es Hal Jordan...

Y no se trata sólo de este tebeo, o de DC. Ahí quedaba ese Thor con su Jane Foster, esos Vengadores a los que acompañaban a todas partes la pandilla de radioaficionados de Rick Jones o ese Spiderman que aseguraba que nadie sospechaba que él era Peter Parker mientras se balanceaba con un criminal maniatado...

Sin embargo, esa ingenuidad, ese “todo vale”, fueron el humus en el que se forjaron los últimos cincuenta años de comic book americano. Nos pueden parecer ridículos, pero son el inicio de la evolución que, para bien y para mal, han dado lugar a todas las Crisis Infinitas y todas las Guerras Civiles con las que hoy nos bombardean. Hoy, desde luego, tienen más valor sentimental e histórico que artístico. En el caso de este Green Lantern sirve, sobre todo, para ver evolucionar artísticamente a Gil Kane, el creador del standard de los puñetazos superheroicos.

Arte. No era “arte” lo que se buscaba, sino la funcionalidad y la producción masiva. Hoy, parece, el público exige más, tiene un concepto de entretenimiento más sofisticado y los tebeos están mucho mejor escritos y dibujados, son más... “artísticos”. Mi pregunta es si dentro de cincuenta años nuestras Dinastía de M o 52 serán vistos como buenos, o simplemente correctos, tebeos o con el cachondeo que provocan estos primeros tomos de las Bibliotecas Marvel y los Clásicos DC.

¿Qué tres tebeos te llevarías a una isla desierta? ¿Hay cursos de Formación Profesional en la rama de electromecánica en el Círculo Polar Ártico? ¿Será verdad que el calentamiento global provocará subidas del nivel del mar de 16 centímetros?