Es un gustazo tener amigos, en este caso Pepe Díaz, que lo iluminan a uno cuando algo se le escapa, es decir, casi siempre. Gracias a él me he enterado de que las páginas negras de Planeta, como el Correo comentado en el post anterior, son consecuencia de hacer una edición para dos países, en este caso España e Italia.
Como todo el mundo sabe, para imprimir son necesarias cuatro planchas por página: magenta, cián, amarillo y negro. La imprenta da cuatro pasadas, una por color, y la mezcla de esos cuatros colores en distintos porcentajes da el resultado final. Al imprimir las dos versiones utilizan las mismas planchas siendo la única diferente la de negro, esto es, aquella en la que van los textos.
Es decir, que todo lo que no es común a las dos ediciones, fundamentalmente rótulos y textos, va en escala de grises. Por eso los títulos de los capítulos van en blanco y negro. Por eso los títulos van encerrados en recuadros. Por eso en algunas colecciones optaron por respetar el multicolor título original y ponerle un asterisco que llamaba a una traducción a pie de página. Por eso en los diálogos de los personajes nunca veremos ningún texto a color. Por eso se produjo el error en Crisis Infinita de confundir pliegos en italiano con pliegos en español. Por eso las contraportadas interiores y los artículos son páginas en blanco y negro. Es incluso posible que en la página en la que aquí ponen un Correo en la edición italiana aparezca otro tipo de contenido, pero siempre en blanco y negro.
La razón es obvia: abaratar costes. De esta manera, en vez de tener que hacer ocho planchas (cuatro más cuatro) por página sólo hay que hacer cinco planchas, las tres de color y dos de negro, una por edición. Modificar un rótulo en rojo, por decir algo, ya supone modificaciones en, al menos, las planchas magenta y amarilla, que serían distintas para cada edición.
Y entiendo perfectamente que la Editorial intente minimizar costes. Es incluso posible que este sistema disminuya las posibilidades de cancelación de las series. Pero no debería ser a costa de la calidad. Incluso diría que es aceptable que textos y similares vayan en blanco y negro y una infinita gama de grises, siempre que con esos elementos se hagan cosas vistosas, cuidadas y de calidad.
Como todo el mundo sabe, para imprimir son necesarias cuatro planchas por página: magenta, cián, amarillo y negro. La imprenta da cuatro pasadas, una por color, y la mezcla de esos cuatros colores en distintos porcentajes da el resultado final. Al imprimir las dos versiones utilizan las mismas planchas siendo la única diferente la de negro, esto es, aquella en la que van los textos.
Es decir, que todo lo que no es común a las dos ediciones, fundamentalmente rótulos y textos, va en escala de grises. Por eso los títulos de los capítulos van en blanco y negro. Por eso los títulos van encerrados en recuadros. Por eso en algunas colecciones optaron por respetar el multicolor título original y ponerle un asterisco que llamaba a una traducción a pie de página. Por eso en los diálogos de los personajes nunca veremos ningún texto a color. Por eso se produjo el error en Crisis Infinita de confundir pliegos en italiano con pliegos en español. Por eso las contraportadas interiores y los artículos son páginas en blanco y negro. Es incluso posible que en la página en la que aquí ponen un Correo en la edición italiana aparezca otro tipo de contenido, pero siempre en blanco y negro.
La razón es obvia: abaratar costes. De esta manera, en vez de tener que hacer ocho planchas (cuatro más cuatro) por página sólo hay que hacer cinco planchas, las tres de color y dos de negro, una por edición. Modificar un rótulo en rojo, por decir algo, ya supone modificaciones en, al menos, las planchas magenta y amarilla, que serían distintas para cada edición.
Y entiendo perfectamente que la Editorial intente minimizar costes. Es incluso posible que este sistema disminuya las posibilidades de cancelación de las series. Pero no debería ser a costa de la calidad. Incluso diría que es aceptable que textos y similares vayan en blanco y negro y una infinita gama de grises, siempre que con esos elementos se hagan cosas vistosas, cuidadas y de calidad.
Claro que hay que saber hacerlas.