lunes, 30 de julio de 2007

LONDON FRIKI TOUR ( y III)

Leicester Square es una plaza muy céntrica llena de cines, bingos y restaurantes, y cuando ves cosas como ésta no puedes reprimir un “¿Cómorl? No puedor, no puedor...”
En el suelo hay huellas de manos de famosos, como estas manazas de Arnold, que, ojo, las hizo directamente sobre el acero, no os creáis...
Aunque lo de “¿Cómorl? No puedor, no puedor...” lo tuvimos que decir cuando nos dio por meternos en el cine –otra costumbre es la de ir a un cine del sitio que se visita- y que nos cobraran 13.50 libras por entrada (¡20 leros!) para ver Die Hard 4.0. Por ese precio te esperarías el mejor cine del mundo. ¡Y lo era! Empire Cinemas: Asientos reclinables. Anchura y profundidad de asiento infinitas. Planta baja y anfiteatro. Iluminación indirecta que cambia de color durante la espera. Cortinas que se descorren al inicio de la proyección. Imagen y sonido digitales. Y encima, siendo lunes como era, había gente a porrillo.

Y la película muy bien. Muy digna de McClane, aunque es verdad que la escenita final con el avión desbarra un poco...

Una pregunta que todo fan mutante se hace últimamente es “¿Dónde está el Claremont?”. Pues el Claremont ha abierto un hotel. Ahí lo tenéis en la puerta. El Claremont.

Yendo camino de County Hall para la Star Wars Exhibition ves esto y te lo imaginas reventando, como en V de Vendetta. Sólo lo imaginas, porque cada diez metros había policías con metralletas. Y no lo imaginas muy alto, vayamos a leches...

En la Star Wars Exhibition (16.50 libras), una plétora de maquetas, naves tamaño natural, trajes originales, diseños,... Ahí van tres al azar, pero saqué un ciento de fotos.


En una habitación entreabierta pudimos ver a un chavalillo cruzando sables láser con una jedi muy mona. Grababan una peliculita sobre fondo verde para llevarla de recuerdo. Cobrando, imagino. La cola de padres frikis con nenes frikis esperando turno era larga y poblada.
Pero no sería esta la única vez que viéramos a la jedi mona. A las 12 se realizaba una actividad llamada Jedi School, en el antiguo salón de plenos del antiguo Ayuntamiento de Londres, un hemiciclo que ni hecho a propósito.
Y en estas aparecen un jedi y su padawana mona y nos explican que la cosa está mu malita y peor que se va a poner, porque el Emperador se ha cargado a casi todos los jedis y buscan nuevos aprendices
Los aprendices, claro, eran varios chavalillos escogidos de entre el público...
...a los que pusieron a practicar técnicas jedi, bajo las orgullosas y, quizás, envidiosas miradas de sus progenitores.
Y, de repente, qué repullo, ¡Palpatine en persona!
...acompañado, claro, por Darth Vader.
Pero los niños le echan un par de miriclodianos y le derrotan usando el lado luminoso de la Fuerza.
¡Sin embargo el Emperador es más chungo! ¡Todos los presentes deben utilizar la Fuerza para empujarle y alejarlo! ¡El caballero jedi anima a todos a empujar: “Don´t take photos and PUSH!!!”! ¡Y el Emperador huye con un grito de derrota!
Y por si no se ha notado, disfruté tanto o más que los críos, sí. Además los actores eran muy apañados y se dejaron fotografiar haciendo posturitas, aunque el jedi olía a coñac bastante. Un jedi borracho... Una padawana mona –aunque un poquillo bizca-... Aquí hay una historia. ¿Alguien tiene el teléfono de George Lucas?
Tras la experiencia galáctica tocaba visitar museos, como el Teatro Globe de Shakespeare, el que salía en “Shakespeare in love”. Y los carteles del museo parecían viñetas de El Jabato.Y en la tienda de regalos, entre películas shakeaspearianas ¡”V for Vendetta”!
También vimos estatuas dedicadas a 300, un estilizado guerrero que parece decir "¡Esto es Esparta! ¡Marineeerooooo!".
En el Museo de Historia Natural vimos la inspiración arquitectónica para la Escuela Hogwarts...
...un animatronic de tiranosaurio a lo Parque Jurásico...
...y los obligados velociraptores.
Pero el susto me lo dio este feto malparido de dos metros de alto, digno de 2001.
Y callejeando callejeando te encuentras una mansión donde vivió H.G. Wells...
...o la mismísima casa de Sherlock Holmes, en el 221b de Baker Street.
Que sí, que vale, que es de mentira, que la construyeron no hace ni treinta años, pero mola igual.
Y como último detalle friki, un cartelito salido directamente de From Hell.
Y eso es todo... ¿O no? Porque últimamente no veo nada más que Londres por todas partes. Cuando llego a casa la primera película que me encuentro en la tele es una con Colin Firth en la que hace de lord londinense que tiene una repelente hija yanqui. O vas al cine y ves 28 semanas después... O Harry Potter.

Londres por todos lados.

A lo mejor es que todas las películas suceden realmente en Londres.

Hasta Casablanca.

PD: Y muchas gracias a Pedro (Caro), por su amistad y compañía durante estos días. Algunas fotos son suyas. Las movidas, claro.

jueves, 26 de julio de 2007

LONDON FRIKI TOUR (II)

Se me olvidó decir que el concierto de Genesis fue una pasada. Ya no hay músicos como estos, que suenan mejor en directo que en disco. Un grandioso espectáculo y un sueño cumplido.

Seguimos: saliendo del British Museum, justo justo enfrente está la librería Gosh Comics:

Y es una librería de comics comics, sin apenas merchandising. Tiene dos plantas, pequeñas pero muy bien aprovechadas. En la primera las novedades y los tomos recopilatorios, decenas y decenas de tomos. Todo muy bien organizado y ordenado, incluyendo pequeños carteles informativos sobre el autor o la obra, y recomendaciones especiales. Metiéndote el producto por los ojos de manera sencilla y eficaz. En la planta baja tienen los típicos cajones de números atrasados, clasificados por colecciones pero, ojo, también por autores: Alan Moore, Warren Ellis, Garth Ennis,... Exacto, destacando a los autores patrios. Allí me compré el The Ultimates 2 nº 12, el del desplegable de ocho páginas que Panini dijo que iba a editar en mayo. Esta es la simpática bolsa, de papel, en la que te meten los tebeos.

Y apenas a 50 metros se sitúa el Cartoon Museum, un pequeño museo dedicado a la historieta inglesa. O, desde fuera, parece pequeño, porque los lunes cierra y no pudimos comprobarlo. Mecachis. Pero, pequeño o grande, es. ¿Tenemos en España algo semejante? ¿A treinta metros del Museo del Prado, por poner un ejemplo?

A la hora de comer alternábamos entre cocina étnica, (libanesa, tailandesa,...) y autóctona, pidiendo en los pubs los típicos fish and chips y las salchichas con puré y judías...

...que eran el plato favorito del protagonista de “Guillermito y su voraz apetito”, el personaje que salía en Zipi y Zape, en realidad una serie inglesa tremendamente popular titulada “Billy Bunter"
Un par de cientos de metros más abajo está la famosísima Forbidden Planet:
También dos plantas, pero dos plantas enormes. La de arriba repleta de merchandising. Toneladas. Y caro. Carísimo. Porque en Inglaterra hay dos categorías de precios: gratis y carísimo. Lo único que tiene un precio razonable son la música (más barata que en España) y los libros y tebeos. En la actualidad la libra se cotiza a 1.5 euros aproximadamente. El cambio "real" es 1 libra = 1 euro. Es decir, que lo que en España te cuesta 1 euro, en Inglaterra te cuesta 1 libra. Un 50% más caro. Y el merchandising, que de por sí es caro, allí ya se pone en la ionosfera.

El sótano (siempre hay sótano) tiene menores dimensiones y está ocupado por libros y tebeos. La distribución de tebeos en Inglaterra es muy curiosa. Las novedades americanas llegan a las librerías especializadas en jueves, un día después que en EEUU. Y teniendo en cuenta que el dólar está muy barato (1 libra = 2.05 dólares), los gastos de distribución no repercuten apenas en el precio del tebeo, que te lo puedes comprar a precio cuasiyanqui. El problema para las librerías es que Diamond, la distribuidora, no admite devoluciones. Si pides más de la cuenta y no los vendes, te los tienes que quedar. Y aunque siempre es interesante para una librería tener un fondo de números atrasados, -y Forbidden Planet lo tiene- llega cierto momento en el que se te acumula el material y tienes que darle salida. Para ello está la solución “paquete de cromos”: bolsas con cinco tebeos en su interior al precio de una libra la bolsa. Sólo ves el primero y una pegatina te advierte bien clarito que si desprecintas la bolsa te cobrarán el importe original de cada tebeo.

Me compré dos bolsas, a ver qué salía, y en la primera: Marvel Spotlight Civil War The Aftermath (2.99 $) - Onslaught Reborn nº 1 (2.99 $) - Onslaught Reborn 1 Variant Edition (portada de Michael Turner) (2.99 $)- 52 nº 41 (2.50 $) - Thunderbolts nº 107 (2.50 $). Es decir, todos de principios de año, incluyendo, mecachis, uno repetido, el Onslaught Reborn de, agh, mis adorados Loeb y Liefeld, con portada, ouch, de Michael Turner, “el hombre que no dibuja pies ni sabe de anatomía”. Son 13.97 $, unas 7 libras, a precio de portada. La segunda bolsa contenía Ultimate XMen nº 75 (3.99 $) - Superboy nº 10 (1.50 $) - Bullet Points nº 1 (2.99 $) - Pride & Joy nº 4 (2.50 $) Wildstorm Summer Special (5.95 $). Aquí hay más diversidad. El Superboy es de Tom Grummett, del año 95, y el de Wildstorm del 2001, pero trae dibujos de los artistas de Gaijin Studios: Brian Steelfreeze, Jason Pearson, Adam Hughes,... Casi 8 libras de tebeos. No es mal negocio, aunque no es el método más conveniente para completar colecciones.

También compré el recopilatorio de Robocop de Frank Miller, Steven Grant y Juan José RyP, inédito en España a pesar de tener dibujante español, un factor que parece que las editoriales, al contrario que en otras épocas, no tienen en cuenta a la hora de contratar material extranjero. Será que ya nos hemos acostumbrado. Lo que se me pasó, tonto de mí, fue comprar un 2000 AD, el tebeo inglés por antonomasia, cuna del Juez Dredd y campo de entrenamiento de todos los guionistas ingleses que se precian de tal.

En el Reino Unido el comic yanqui sigue dos vías. Está la distribución directa a librería de tebeos americanos y luego hay reediciones de ese mismo material para quiosco, aproximadamente nueve meses después de la publicación del original. Es decir, lo mismo que hacen aquí Planeta y Panini pero sin tener que traducir. De DC se ocupa Titan Books y de Marvel, Panini. Me compré el número 1 de Justice League Legends, 72 páginas con portada de cartón que recoge el nº 1 de la nueva JLA de Brad Meltzer, y el nº 1 de Justice, de Alex Ross. Peor papel que aquí, pero sin ningún gazapo apreciable, aunque, ya digo, en este caso no hay que volver a rotular ni nada por el estilo. A 2.60 libras (3.90 €), no está mal del todo.

La tercera parada librera ya necesitaba metro. Y al ladito de la estación de Notting Hill Gate está Book & Comics Exchange, una librería perteneciente a una cadena de tiendas de segunda mano a la que fotografié con la tapa del objetivo puesta. Todas las tiendas de viejo huelen igual, aquí y en Londres, aunque las de aquí no te ponen música de The Smiths, ni tienen miles de tebeos americanos, desde los años 60 hasta el mes pasado. No todos baratos, vale, pero sí variados y apetecibles. Como curiosidad, el segundo número del Superman de Pacheco se cotizaba a 50 peniques. Y había, cómo no, un sótano, un “bargain basement”, “sótano de ofertas”, que sí, que tenía muchos tebeos a 10 peniques, pero parecía el sótano de “La matanza de Texas”, y no estuve ni un minuto. Qué yuyu, de verdad. Entre otras cosas pillé un número de Justice League of America de George Pérez, con un inmundo papel amarillento y unas líneas negras con sólo un 60% de negro y un color asqueroso de puntitos... Una maravilla, de veras, y por sólo una libra.

Más maravillas, el próximo día. Habrá Jedis borrachines, dinosaurios chillones y espartanos modositos, más fotos y menos texto...

Y, de propina, un
mapita con la ruta de hoy, direcciones y demás, por si a alguien le viene bien...

miércoles, 25 de julio de 2007

INTRIGAS LEGALES

Finalmente no va a hacer falta inundar las calles con banderas republicanas. Un coscorrón en forma de multa, dice la prensa, y todo este follón de El Jueves quedará, sólo, en una campaña publicitaria muy efectiva aunque, estoy seguro, no intencionada.

La campaña continúa, y he visto en La Sexta que en el número de esta semana aparece una página con supuestas portadas todavía más brutas y con peor gusto que la famosa/infame. Como diciendo: podríamos haberlo hecho peor. Y es cierto. Siempre se puede ser más bruto, hiriente y soez. Es un efecto entrópico: el caos es fácil; el orden, difícil. Lo difícil es ser fino, irónico, inteligente, hacer gracia sin sangre...

Nunca he sido comprador habitual de El Jueves, aunque sí lector regular porque había amigos que lo compraban. Sí que tengo bastantes Pendones del Humor y similares: del añorado Ivá, de J.L. Martín, Óscar, Monteys, Fontdevilla,... Mantener la gracia y la originalidad semana a semana no es que sea difícil, es que raya la imposibilidad. Y acaban por hacerse repetidos, acudiendo al chiste que saben o suponen que siempre hace sonreír a sus habituales. Claro que ¿cuántas veces puedes poner a Jordi Pujol como si fuera Yoda? ¿O reírte de un Aznar que ya hace tres años que ni pincha ni corta? Si es que hasta cuando la polémica sobre las caricaturas de Mahoma sacaron a un Aznar disfrazado de Capitán Trueno...

El caso es que Guillermo y Fontdevilla han comparecido y han explicado el proceso de creación del famoso/infame dibujo ante el juez Del Olmo, que a estas alturas de la película debe de estar pensando: “Para qué me meto en nada”. Y, dicen en la prensa, ha quedado bastante convencido. A ver si es verdad. Si es así, será debido a una mezcla de explicaciones coherentes y un deseo de zanjar un enojoso asunto.

Y, al hilo de esto, debo confesar que nunca acabé de entender por qué David Ramírez perdió, en segunda instancia, la querella de Antonio Martín. Dejando aparte a los oportunistas –siempre los hay– que aprovecharon la ocasión más para zurrarle a Martín que para defender a Ramírez, siempre tuve claro que el dibujante nunca intentó insultar ni injuriar al ex–editor de Planeta, sino ilustrar una situación bastante comentada en su momento, la enemistad entre Cels Piñol y Martín, en la que todos mantenían la compostura cara al público, pero se ponían a parir a las primeras de cambio. En todo caso, y aunque nos quisieron hacer creer eso vía tebeos reivindicativos, no se trató en aquel caso de un ataque a la libertad de expresión, sino de una persona que se sintió insultada y ejerció su derecho legal, de un juez que le dio la razón y de una defensa que no supo hacerle entender que no era así.

Mañana seguimos viajando...

martes, 24 de julio de 2007

LONDON FRIKI TOUR (I)

Creo que todo el mundo odia a esos amigos que se van de viaje y luego se empeñan en enseñarte las fotos y los videos. Podéis odiarme. Sé que alguno lo hacéis.

Realmente no tenía intención de contar nada de mi reciente viaje a Londres, porque poquito tiene que ver con la temática del blog, salvo, quizás, hablar de las librerías que he visitado o de cómo editan allí los tebeos, pero me he encontrado con la sorpresa de que Londres es una ciudad con un frikismo latente. O eso, o es que uno ha desarrollado un friki-radar. Pero no, esto no me ha pasado en ningún otro sitio.

Porque, claro, llegas a tu habitación y se parece a la de Los Roper. Obsérvense los variados papeles pintados y la moqueta. Más hort... británico, imposible. Además, el libro de la mesilla de noche es “Los hijos de Anansi”, que me llevé para los ratos aeroportuarios, y que resulta que está ambientada... en Londres. Y yo no lo sabía. El libro, por cierto, sorprendentemente gracioso para ser de Neil Gaiman, aunque con la misma temática de dioses-que-caminan-entre-los-hombres de casi siempre.
En la Rueda del Milenio acababa un capítulo de Global Frequency, el de la experta en parkour que intentaba evitar que un terrorista detonara una bomba biológica. Tengo que releerlo, porque no tengo yo muy claro desde donde saltaba la tipa a la noria esta. Buena serie, por cierto.

Y muy cerca, en County Hall, el antiguo ayuntamiento, te encuentras un montón de stormtroopers apuntándote. Y es que resulta que allí se celebraba la Star Wars Exhibition, una exposición de parafernalia de la Guerra que, aprovechando que el Támesis pasa por Londres, nos prometimos visitar.

Resulta que ese día, el sábado 7, el Tour de Francia salía de Londres, y las calles más céntricas estaban cortadas al tráfico. Sin un coche, y con gente con más pintas de cerveza de la cuenta encima, aquello parecía 28 días después. Por cierto, que la cerveza inglesa es para mariquitas. Con razón pillan las que pillan cuando se vienen para acá y descubren la Cruzcampo...

Por todas partes te encontrabas edificios faliformes de las que hablaban en From Hell, como esta Iglesia de Lancaster Gate.

Y resulta que todos los domingos las verjas de Hyde Park se transforman en una galería de arte. Entre los muchos cuadros, estas muestras de frikismo pictórico, incluyendo émulos del odioso Roy Lichtenstein.


En las tiendas de Notting Hill abundaban los bolsos estilo Austin Powers. También había una tienda de comics antiguos y de ocasión, pero de eso hablaremos más adelante.
La principal razón del viaje era asistir al concierto que mi grupo favorito, Genesis, daba en Londres. Entre su discografía dos canciones hacen referencia a Superman. Y tocaron ambas. En The Carpet Crawlers tenemos:

Mild mannered supermen are held in kryptonite

Y en Land of Confusion, la del video de Spitting Images

Oh, superman, where are you now?
When everything's gone wrong somehow?
The men of steel, these men of power
Are losing control by the hour

En youtube hay cienes y cienes de videos del concierto, en los que podéis ver las pantallas de alta definición más grandes del mundo, entre otras cosas.

Camino del British Museum te topabas con tiendas de juguetes con escaparates como éste:

Y el British, supuesto epítome de la cultura, es, en realidad, un foco de frikismo. Entre las cosas que los ingleses rapiñaron por todo el mundo tenemos este ejemplo de arte secuencial, unas metopas arrancadas del Partenón que muestran una pelea entre un centauro y un lapita. Sí, amigos, Fidias hacía tebeos de granito. El lapita, por cierto, no era muy espabilado, porque si pretendía darle una patada en los jenofontes al centauro, como que no es ahí.


O esta lucha entre las amazonas de Hipólita y los soldados de Heracles, esculpida en el siglo XXV a. G. P. (antes de George Pérez).
En la zona dedicada a Asia vimos una hoja de tachi como la que buscaba Ronín insistentemente.
Y mucho antes de los Diez Grandes que aparecen en 52 estaban los Ocho Taoistas Inmortales, un supergrupo de la mitología china, cada uno con su propio superpoder, desde manejar una espada matademonios hasta tener un abanico que revive a los muertos. ¿Cómo es que nadie ha hecho un tebeo de esto? Ahí los tenéis, coreando su grito de batalla: ¡Taoistas reuníos!
Y en la próxima entrega ¡tebeos y librerías!