Aunque lo de “¿Cómorl? No puedor, no puedor...” lo tuvimos que decir cuando nos dio por meternos en el cine –otra costumbre es la de ir a un cine del sitio que se visita- y que nos cobraran 13.50 libras por entrada (¡20 leros!) para ver Die Hard 4.0. Por ese precio te esperarías el mejor cine del mundo. ¡Y lo era! Empire Cinemas: Asientos reclinables. Anchura y profundidad de asiento infinitas. Planta baja y anfiteatro. Iluminación indirecta que cambia de color durante la espera. Cortinas que se descorren al inicio de la proyección. Imagen y sonido digitales. Y encima, siendo lunes como era, había gente a porrillo.
Y la película muy bien. Muy digna de McClane, aunque es verdad que la escenita final con el avión desbarra un poco...
Una pregunta que todo fan mutante se hace últimamente es “¿Dónde está el Claremont?”. Pues el Claremont ha abierto un hotel. Ahí lo tenéis en la puerta. El Claremont.
Yendo camino de County Hall para la Star Wars Exhibition ves esto y te lo imaginas reventando, como en V de Vendetta. Sólo lo imaginas, porque cada diez metros había policías con metralletas. Y no lo imaginas muy alto, vayamos a leches...
En una habitación entreabierta pudimos ver a un chavalillo cruzando sables láser con una jedi muy mona. Grababan una peliculita sobre fondo verde para llevarla de recuerdo. Cobrando, imagino. La cola de padres frikis con nenes frikis esperando turno era larga y poblada.
Pero no sería esta la única vez que viéramos a la jedi mona. A las 12 se realizaba una actividad llamada Jedi School, en el antiguo salón de plenos del antiguo Ayuntamiento de Londres, un hemiciclo que ni hecho a propósito.
Los aprendices, claro, eran varios chavalillos escogidos de entre el público...
...a los que pusieron a practicar técnicas jedi, bajo las orgullosas y, quizás, envidiosas miradas de sus progenitores.
Y, de repente, qué repullo, ¡Palpatine en persona!
...acompañado, claro, por Darth Vader.
¡Sin embargo el Emperador es más chungo! ¡Todos los presentes deben utilizar la Fuerza para empujarle y alejarlo! ¡El caballero jedi anima a todos a empujar: “Don´t take photos and PUSH!!!”! ¡Y el Emperador huye con un grito de derrota!
Y por si no se ha notado, disfruté tanto o más que los críos, sí. Además los actores eran muy apañados y se dejaron fotografiar haciendo posturitas, aunque el jedi olía a coñac bastante. Un jedi borracho... Una padawana mona –aunque un poquillo bizca-... Aquí hay una historia. ¿Alguien tiene el teléfono de George Lucas?
Tras la experiencia galáctica tocaba visitar museos, como el Teatro Globe de Shakespeare, el que salía en “Shakespeare in love”. Y los carteles del museo parecían viñetas de El Jabato.Y en la tienda de regalos, entre películas shakeaspearianas ¡”V for Vendetta”!
En el Museo de Historia Natural vimos la inspiración arquitectónica para la Escuela Hogwarts...
...un animatronic de tiranosaurio a lo Parque Jurásico...
...y los obligados velociraptores.
Pero el susto me lo dio este feto malparido de dos metros de alto, digno de 2001.
...o la mismísima casa de Sherlock Holmes, en el 221b de Baker Street.
Que sí, que vale, que es de mentira, que la construyeron no hace ni treinta años, pero mola igual.
Y como último detalle friki, un cartelito salido directamente de From Hell.
Y eso es todo... ¿O no? Porque últimamente no veo nada más que Londres por todas partes. Cuando llego a casa la primera película que me encuentro en la tele es una con Colin Firth en la que hace de lord londinense que tiene una repelente hija yanqui. O vas al cine y ves 28 semanas después... O Harry Potter.
Londres por todos lados.
A lo mejor es que todas las películas suceden realmente en Londres.
Hasta Casablanca.
PD: Y muchas gracias a Pedro (Caro), por su amistad y compañía durante estos días. Algunas fotos son suyas. Las movidas, claro.