52 acaba como todas las sagas de DC, con mundos viviendo y mundos muriendo para que nada sea lo mismo. El Universo DC es un Multiverso otra vez, 20 años después de que Crisis en Tierras Infinitas intentara arreglar semejante lío. Si estuviera muerto Marv Wolfman se revolvería en su tumba.
Planeta ha conseguido el objetivo de sacar los 52 números (y el especial de la III Guerra Mundial) con puntualidad aceptable, aunque no sabemos si lo de estar tres semanas sin ver un número y recibir cuatro en cinco días tiene que ver con ellos o con la distribuidora. Con 52 se han atrevido, pero con Cuenta Atrás han regresado al más conservador formato mensual. Hacen bien, porque Cuenta Atrás, además de jugar con el truco sacadineros de los crossovers y los ties-in, es mala tirando a peor. Paul Dini es menos Paul Dini sin Bruce Timm al lado.
Nada que ver con los estupendos resultados de 52, un divertido viaje por el Universo DC con varias líneas argumentales protagonizadas por segundones y tercerones que, en las manos adecuadas, siempre resultan interesantes. Sí, Lobo, el icono de los 90, es hoy en día un personaje de tercera.
El sistema de trabajo de 52 ha sido muy similar al de las teleseries, en las que un grupo de guionistas crea el argumento general de cada capítulo recayendo de manera rotatoria la escritura del guión en uno de ellos. A pesar de ello cada número de 52 está firmado por los cuatro autores: Geoff Johns, Grant Morrison, Greg Rucka y Mark Waid. Y aunque sea un trabajo en equipo en elque todos meten mano yo me atrevería a apostar qué autor ha creado cada línea argumental.
De Morrison serían los superhéroes chinos, la isla de los científicos locos y los Jinetes del Apocalipsis. De Geoff Johns todo el tema de Booster Gold, el viaje al espacio de Adam Strange, Animal Man y Starfire, y la historia de Black Adam. De Mark Waid la historia de los superhombres de Luthor –qué final tan brutal- y la de Ralph Dibny –que final tan bonito-. De Greg Rucka el periplo de la nueva Question, demostrando una vez más lo soso que es como autor de superhéroes, mientras que en la serie de espionaje Queen & Country lo borda.
En EEUU 52 ha sido un éxito comercial y creativo, aunque Marvel no ha querido intentar un experimento semejante. En DC están tan contentos que han continuado con el formato con la ya comentada Cuenta Atrás y la futura Trinity que dependerá de qué Busiek nos encontramos, el de Thunderbolts y Astro City o el de Superman. Ya mismo para los ansiosos y dentro de un añito en versión planetaria.
Planeta ha conseguido el objetivo de sacar los 52 números (y el especial de la III Guerra Mundial) con puntualidad aceptable, aunque no sabemos si lo de estar tres semanas sin ver un número y recibir cuatro en cinco días tiene que ver con ellos o con la distribuidora. Con 52 se han atrevido, pero con Cuenta Atrás han regresado al más conservador formato mensual. Hacen bien, porque Cuenta Atrás, además de jugar con el truco sacadineros de los crossovers y los ties-in, es mala tirando a peor. Paul Dini es menos Paul Dini sin Bruce Timm al lado.
Nada que ver con los estupendos resultados de 52, un divertido viaje por el Universo DC con varias líneas argumentales protagonizadas por segundones y tercerones que, en las manos adecuadas, siempre resultan interesantes. Sí, Lobo, el icono de los 90, es hoy en día un personaje de tercera.
El sistema de trabajo de 52 ha sido muy similar al de las teleseries, en las que un grupo de guionistas crea el argumento general de cada capítulo recayendo de manera rotatoria la escritura del guión en uno de ellos. A pesar de ello cada número de 52 está firmado por los cuatro autores: Geoff Johns, Grant Morrison, Greg Rucka y Mark Waid. Y aunque sea un trabajo en equipo en elque todos meten mano yo me atrevería a apostar qué autor ha creado cada línea argumental.
De Morrison serían los superhéroes chinos, la isla de los científicos locos y los Jinetes del Apocalipsis. De Geoff Johns todo el tema de Booster Gold, el viaje al espacio de Adam Strange, Animal Man y Starfire, y la historia de Black Adam. De Mark Waid la historia de los superhombres de Luthor –qué final tan brutal- y la de Ralph Dibny –que final tan bonito-. De Greg Rucka el periplo de la nueva Question, demostrando una vez más lo soso que es como autor de superhéroes, mientras que en la serie de espionaje Queen & Country lo borda.
En EEUU 52 ha sido un éxito comercial y creativo, aunque Marvel no ha querido intentar un experimento semejante. En DC están tan contentos que han continuado con el formato con la ya comentada Cuenta Atrás y la futura Trinity que dependerá de qué Busiek nos encontramos, el de Thunderbolts y Astro City o el de Superman. Ya mismo para los ansiosos y dentro de un añito en versión planetaria.
2 comentarios:
esto no es no-spam
En mi opinion, una serie mediatizada por la duracion con algunas tramas excesivamente estiradas.
LA clasificacion por guionistas demuestra finalmente quien tiene mas talento y quien no.
Lo mejor para mi las historias de los cientificos locos.
Impacientes Saludos.
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