La idea de “Un año después” ha resultado ser un saco de nueces, escasas y ruidosas. Se supone que se trataba de reiniciar las series DC tras Crisis Infinita, presentando a todos los personajes con un año más y en situaciones novedosas. Lo del año más, pues vale. Lo de novedoso, pues no.
Es decir, Superman sigue casado con Lois, sigue sin hijos, sigue luchando por la verdad, la justicia y todo lo demás, sigue trabajando en el Planet... Batman sigue siendo multibillonario, sigue soltero, Alfred sigue vivo, Robin sigue siendo Tim Drake, Dick Grayson sigue siendo Nightwing, Gordon es otra vez comisario,... A Wonder Woman sí que la han cambiado un poco más: Diana está infiltrada en una agencia de asuntos metahumanos y hay una nueva Wonder Woman, pero durará poco, seguro... Ojo, hay un nuevo Flash. Otro nuevo Flash. Sigue habiendo Titanes, sigue habiendo Outsiders, sigue habiendo JLA, sigue habiendo JSA. Con algunos nuevos miembros y un par de lesbianas, pero sin grandes cambios... Quizás el giro más original es el que presenta a Green Arrow como alcalde de Star City, pero ya hay un magnífico Ex Machina con un alcalde superhéroe... Y el argumento más impactante quizás sea la maternidad soltera de Catwoman, impactante, sobre todo, para una sociedad tan pacata como la yanqui.
Los resultados de esta jugada han sido muy discretos, y DC, en la persona de su Editor, Dan Didio, ha pecado de tímida. Una estrategia así necesita de más osadía y de autores que cumplan con las expectativas, pero la plantilla de DC no ha sufrido grandes variaciones. A los habituales Johns, Rucka, Morrison, Waid o Winnick se han unido Kurt Busiek y un puñado de autores procedentes de otros medios, como Allen Heinberg, Brad Meltzer y Jodi Picoult, que han demostrado que sus otras ocupaciones les merecen más tiempo y trabajo. En 1985 Dick Giordano no tuvo demasiados reparos en jubilar a Curt Swan, Carmine Infantino, Jim Mooney, Cary Bates,... y darles cancha a Byrne, Pérez, Miller,...
Las editoriales yanquis, en general, son cobardes y supersticiosas. Temen que los cambios que puedan introducir no gusten a los fans y que éstos les den la espalda. Por no disgustar al cada vez más menguante grupo de fans de toda la vida no introducen cambios que podrían atraer la atención de nuevos lectores. En ese sentido Marvel se está arriesgando un poquito más, pero sólo un poquito.
Y ya que las editoriales están contratando guionistas de televisión y novelistas, podrían seguir el criterio de las series de televisión más punteras, cuyos giros argumentales, que incluyen la muerte inmisericorde de personajes, consiguen atraer temporada tras temporada la atención de los espectadores. Y, ojo, había quien decía hace diez años, cuando lo único que valía la pena era Urgencias, que la serie televisiva de continuará era un formato sin futuro.
El "truco" es echarle ganas e imaginación y cruzar los dedos. Pero en DC parece que lo único que hacen es cruzar los dedos.
Es decir, Superman sigue casado con Lois, sigue sin hijos, sigue luchando por la verdad, la justicia y todo lo demás, sigue trabajando en el Planet... Batman sigue siendo multibillonario, sigue soltero, Alfred sigue vivo, Robin sigue siendo Tim Drake, Dick Grayson sigue siendo Nightwing, Gordon es otra vez comisario,... A Wonder Woman sí que la han cambiado un poco más: Diana está infiltrada en una agencia de asuntos metahumanos y hay una nueva Wonder Woman, pero durará poco, seguro... Ojo, hay un nuevo Flash. Otro nuevo Flash. Sigue habiendo Titanes, sigue habiendo Outsiders, sigue habiendo JLA, sigue habiendo JSA. Con algunos nuevos miembros y un par de lesbianas, pero sin grandes cambios... Quizás el giro más original es el que presenta a Green Arrow como alcalde de Star City, pero ya hay un magnífico Ex Machina con un alcalde superhéroe... Y el argumento más impactante quizás sea la maternidad soltera de Catwoman, impactante, sobre todo, para una sociedad tan pacata como la yanqui.
Los resultados de esta jugada han sido muy discretos, y DC, en la persona de su Editor, Dan Didio, ha pecado de tímida. Una estrategia así necesita de más osadía y de autores que cumplan con las expectativas, pero la plantilla de DC no ha sufrido grandes variaciones. A los habituales Johns, Rucka, Morrison, Waid o Winnick se han unido Kurt Busiek y un puñado de autores procedentes de otros medios, como Allen Heinberg, Brad Meltzer y Jodi Picoult, que han demostrado que sus otras ocupaciones les merecen más tiempo y trabajo. En 1985 Dick Giordano no tuvo demasiados reparos en jubilar a Curt Swan, Carmine Infantino, Jim Mooney, Cary Bates,... y darles cancha a Byrne, Pérez, Miller,...
Las editoriales yanquis, en general, son cobardes y supersticiosas. Temen que los cambios que puedan introducir no gusten a los fans y que éstos les den la espalda. Por no disgustar al cada vez más menguante grupo de fans de toda la vida no introducen cambios que podrían atraer la atención de nuevos lectores. En ese sentido Marvel se está arriesgando un poquito más, pero sólo un poquito.
Y ya que las editoriales están contratando guionistas de televisión y novelistas, podrían seguir el criterio de las series de televisión más punteras, cuyos giros argumentales, que incluyen la muerte inmisericorde de personajes, consiguen atraer temporada tras temporada la atención de los espectadores. Y, ojo, había quien decía hace diez años, cuando lo único que valía la pena era Urgencias, que la serie televisiva de continuará era un formato sin futuro.
El "truco" es echarle ganas e imaginación y cruzar los dedos. Pero en DC parece que lo único que hacen es cruzar los dedos.
1 comentario:
Todo son ciclos para luego volver a los inicios. Los superheroes nunca mueren se renuevan para luego volver a sus origenes. es lo que hay...
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