Bienvenidos al, probablemente, post más contradictorio de este vuestro blog.
Cuando Hugh Everett publicó su teoría física de los universos alternativos en 1957 los únicos que le hicieron caso fueron los escritores de ciencia-ficción y los guionistas de tebeos. Hugh Everett hizo mucho daño a los tebeos.
Y mira que al principio la cosa tenía gracia: a partir de esta teoría, los héroes de los años 40 de DC, como todos sabemos, estaban en una Tierra distinta a los de sus contrapartidas de los 60. La cosa se fue complicando con Tierras malvadas, Tierras nazis y otra infinidad de Tierras que tanto han dado que hablar en DC. Ahora mismo hay 52, aunque según quién te lo cuente hay alguna más o alguna menos. En Marvel hay más de 200, que es cuando me cansé de contar.
Como suele pasar lo que en principio era una idea graciosa, acabó siendo un comodín facilón para guonistas sin ideas o con prisas. Una idea lo suficientemente aplaudida por los fans como para ser el leitmotiv de colecciones como What If..?, cuya traducción sería “que hubiera pasado si no hubiera pasado lo que pasó”. Se trataba de coger un acontecimiento destacable del Universo Marvel, cambiarlo y ver las consecuencias. Cosas tipo “Qué hubiera pasado si Tio Ben no hubiera muerto” o “Si Gwen Stacy no hubiera muerto” o “Si Tía May hubiese muerto” o “si Elektra no hubiera muerto”,… Vamos pillando la idea ¿no?
Pues lo que hubiera pasado es que las cosas hubiesen ido mucho peor que como sucedieron “realmente”. El Universo Marvel cumple la máxima leibniziana de que es el mejor de los mundos posibles, y casi todos los What Ifs acababan como el rosario de la aurora salvo en el caso de que Elektra no hubiera muerto, que según Miller se iba a comer perdices con Murdock, mientras que “realmente” acabó suplantada por un skrull.
Cuando DC, ingenua ella, se quiso cargar las tierras infinitas a golpe de Crisis no tardó sin embargo en sacar sus Otros Mundos, que no eran igual, pero eran lo mismo. Aquí la premisa era colocar a un personaje (mayormente a Batman o a Superman) en otro contexto histórico. Ya sabéis: Batman contra Drácula, Batman contra Jack el Destripador, Superman en la Edad Media, Superman en la Unión Soviética,… y contar qué hubiera pasado, generalmente las muertes de personajes generalmente poco matables en el universo “normal”.
Algunos autores han manifestado reiteradamente su gusto por este tipo de aventuras, como Carlos Pacheco, ya sea en Avengers Forever o en Superman/Batman. Incluso Arrowsmith es una historia alternativa de la I Guerra Mundial en la que se lucha con magia. Y de Avengers Forever surgió X-Men Forever y casi a continuación Exiles, en la que los mutantes protagonistas saltaban de Universo en Universo, a veces ya conocidos y en otras creados ad hoc.
Otro que se ha apuntado últimamente a esta moda es Mark Millar con su 1985, que presenta el salto de los personajes Marvel a un Universo como el nuestro, o El viejo Logan, que muestra un futuro posible de Lobezno.
La fórmula, en principio facilona y cómoda, cansina y agotada, sigue teniendo aceptación. Al fan más acérrimo siempre le hace tilín que le expriman aún más las historias que tanto le gustaron. Es el síndrome “papá, cuéntame otra vez” al que tan bien se agarran las editoriales.
Yo ya estoy cansado desde hace tiempo de este tipo de historias y de autores que dedican sus esfuerzos en ellas en vez de intentar crear algo más original, algo que no beba tanto del esfuerzo de sus antecesores, de los juguetes de Jerry y Joe, de Stan y de Jack,… No me gusta que haya historias alternativas...
Cuando Hugh Everett publicó su teoría física de los universos alternativos en 1957 los únicos que le hicieron caso fueron los escritores de ciencia-ficción y los guionistas de tebeos. Hugh Everett hizo mucho daño a los tebeos.
Y mira que al principio la cosa tenía gracia: a partir de esta teoría, los héroes de los años 40 de DC, como todos sabemos, estaban en una Tierra distinta a los de sus contrapartidas de los 60. La cosa se fue complicando con Tierras malvadas, Tierras nazis y otra infinidad de Tierras que tanto han dado que hablar en DC. Ahora mismo hay 52, aunque según quién te lo cuente hay alguna más o alguna menos. En Marvel hay más de 200, que es cuando me cansé de contar.
Como suele pasar lo que en principio era una idea graciosa, acabó siendo un comodín facilón para guonistas sin ideas o con prisas. Una idea lo suficientemente aplaudida por los fans como para ser el leitmotiv de colecciones como What If..?, cuya traducción sería “que hubiera pasado si no hubiera pasado lo que pasó”. Se trataba de coger un acontecimiento destacable del Universo Marvel, cambiarlo y ver las consecuencias. Cosas tipo “Qué hubiera pasado si Tio Ben no hubiera muerto” o “Si Gwen Stacy no hubiera muerto” o “Si Tía May hubiese muerto” o “si Elektra no hubiera muerto”,… Vamos pillando la idea ¿no?
Pues lo que hubiera pasado es que las cosas hubiesen ido mucho peor que como sucedieron “realmente”. El Universo Marvel cumple la máxima leibniziana de que es el mejor de los mundos posibles, y casi todos los What Ifs acababan como el rosario de la aurora salvo en el caso de que Elektra no hubiera muerto, que según Miller se iba a comer perdices con Murdock, mientras que “realmente” acabó suplantada por un skrull.
Cuando DC, ingenua ella, se quiso cargar las tierras infinitas a golpe de Crisis no tardó sin embargo en sacar sus Otros Mundos, que no eran igual, pero eran lo mismo. Aquí la premisa era colocar a un personaje (mayormente a Batman o a Superman) en otro contexto histórico. Ya sabéis: Batman contra Drácula, Batman contra Jack el Destripador, Superman en la Edad Media, Superman en la Unión Soviética,… y contar qué hubiera pasado, generalmente las muertes de personajes generalmente poco matables en el universo “normal”.
Algunos autores han manifestado reiteradamente su gusto por este tipo de aventuras, como Carlos Pacheco, ya sea en Avengers Forever o en Superman/Batman. Incluso Arrowsmith es una historia alternativa de la I Guerra Mundial en la que se lucha con magia. Y de Avengers Forever surgió X-Men Forever y casi a continuación Exiles, en la que los mutantes protagonistas saltaban de Universo en Universo, a veces ya conocidos y en otras creados ad hoc.
Otro que se ha apuntado últimamente a esta moda es Mark Millar con su 1985, que presenta el salto de los personajes Marvel a un Universo como el nuestro, o El viejo Logan, que muestra un futuro posible de Lobezno.
La fórmula, en principio facilona y cómoda, cansina y agotada, sigue teniendo aceptación. Al fan más acérrimo siempre le hace tilín que le expriman aún más las historias que tanto le gustaron. Es el síndrome “papá, cuéntame otra vez” al que tan bien se agarran las editoriales.
Yo ya estoy cansado desde hace tiempo de este tipo de historias y de autores que dedican sus esfuerzos en ellas en vez de intentar crear algo más original, algo que no beba tanto del esfuerzo de sus antecesores, de los juguetes de Jerry y Joe, de Stan y de Jack,… No me gusta que haya historias alternativas...
...pero me gusta leer historias alternativas.
Porque que te cuenten que el Superman de la Edad Media forjó Excalibur tiene su punto. Como lo tiene descubrir que Batman encaja a la perfección en el Londres victoriano. O que de algunos What if salgan personajes tan bonitos como Spidergirl. O ver a Spiderman y Conan mano a mano, el crossover imposible que sólo puede pasar en una colección así.
O sea, que no, pero sí. O viceversa. Placeres culpables, que se dice.
Porque que te cuenten que el Superman de la Edad Media forjó Excalibur tiene su punto. Como lo tiene descubrir que Batman encaja a la perfección en el Londres victoriano. O que de algunos What if salgan personajes tan bonitos como Spidergirl. O ver a Spiderman y Conan mano a mano, el crossover imposible que sólo puede pasar en una colección así.
O sea, que no, pero sí. O viceversa. Placeres culpables, que se dice.
1 comentario:
Pues pasa como con los crossover, que de ser algo extraordinario que los convertían en deseados pasaron a ser el pan nuestro de cada día, y aunque sean divertidos ya no es lo mismo.
Porque en un universo donde existen personas con superpoderes, ¿es necesario que haya universos paralelos para tener historias interesantes?
Yo estoy en contra (aunque también me gusta leerlos ;D )
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