Salvo el bueno de Stan Lee, todo lo demás son actores y actrices. Y el propio Stan es mayormente conocido por sus apariciones en televisión y sus cameos peliculeros. Tanto es así que en algunas salas de cine frecuentadas por canis es conocido como "el Márvel". (Verídico)
La primera Comic-Con se celebró en 1970 y contó con 145 invitados. En 1980 ya eran 5000. En 1990, 13000. En 2000, 48500. En 2010, 130000. Como se puede ver en este gráfico:
Y si atendemos al despliegue publicitario, a la esponsorización, al tamaño de los stands, las colas para conseguir autógrafos de actrices y actores,... podemos concluir que, en efecto, la Comic-Con cada vez es menos de cómic y más de todo lo demás. A Dios gracias.
Si hacemos un sondeo al azar por el amplísimo programa de actividades, por ejemplo, a las 11.00 del jueves había charlas sobre MAD, marketing en las convenciones, música de películas de superhéroes, Battlestar Galactica, noticias en internet, un encuentro con el Cartoon Club de Italia, escritores de novelas de temática paranormal, cómic de temática social, aspectos legales del cómic, uso del punto de vista como herramienta narrativa, mujeres steampunk, los premios Eisner, Bongo Comics, la serie Star-Crossed, TwoMorrows Publishing, Hasbro, Ilustración y Cómic, y escritores de Ciencia Ficción.
Si nos vamos a las 14.00 del viernes, tuvieron su momento Viz Anime, Childrens Hospital (serie de Adult Swim), Hasbro e IDW, la presentación de la colección de serie B de la Warner, The Walking Dead (la serie de tv), Chris Carter (el de Expediente X), Trinity War, Agents of Shield, Assassin Creed, Star Wars Origami, el manga Cyborg 009, bestsellers literarios, un tributo a Kim Thompson, comics digitales, el personaje gay de Archie Kevin Keller, la fanfiction, cursos de arte online o música y comics.
Como veis, una mescolanza de cosas que, de una manera u otra, más o menos indirectamente, pivota alrededor del Cómic que, en los últimos años, se ha convertido en fuente de ideas e inspiración para cine, videojuegos, animación, series,... Es cierto que el cómic en estado "puro" se ve solapado por otras artes y formas narrativas, pero también lo es que el cómic, sus contenidos y espíritu, ha "infectado" a esas artes.
Y, seamos sinceros. El cómic, por sí mismo, no tiene el poder de convocatoria para llenar un Centro de Convenciones de 130.000 personas, pero gracias a todo lo que hay alrededor, la Comic-Con ofrece una infinidad de actividades relacionadas directamente con el cómic, que ya quisieran tener nuestros eventos patrios ni la décima parte de ellos o la vigésima parte de asistencia.
Asumido entonces que sólo una parte de los asistentes es aficionado al cómic stricto sensu ¿a qué van esas 130.000 personas a la Comic-Con? ¿Merece la pena gastarse los 175 dólares? La respuesta a lo último es un rotundo "sí". La respuesta a lo anterior es más compleja y se merecerá un par de posts, claro que sí.
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