sábado, 24 de enero de 2009

PLANETA IGNOTO

Me acabo de dar cuenta de que en la página de créditos de los tebeos de Enero de Planeta ya no aparece el staff planetario. De José Manuel Lara Bosch a Carlos Gómez, todos desaparecidos. Incluso Yoshimi Ito: no te conocimos lo bastante, pero ya te echamos de menos.
¿Falta de espacio? ¿Modestia reencontrada? ¿Deseo de anonimato? ¿Escabullimiento del punto de mira? ¿Abducción en masa? ¿Pasajeros del Oceanic 815?
¿Dónde éstá Iker Jiménez cuando lo necesitamos?

miércoles, 21 de enero de 2009

REIVINDICANDO LOS VENGADORES DE BENDIS

Hace tres o cuatro años en Marvel se dieron cuenta de que hacía tiempo que Los Vengadores habían dejado de ser un tebeo divertido y, sobre todo, vendedor. Desde los primeros episodios de Kurt Busiek y George Pérez, nada menos. Cuando Pérez se fue, Busiek empezó a desvariar hasta aquella Guerra de Kang que no había por donde cogerla. La cosa no la podían arreglar ni Geoff Johns, que al menos se pudo convencer de que lo suyo es DC, ni el papafrita de Chuck Austen. Un desastre.

Así que Quesada, que es como esos médicos que sólo saben recetar paracetamol y mucho agua, recurrió a uno de sus salvavidas habituales: el, en este caso, inesperado Brian Bendis. Inesperado porque Bendis nos tenía acostumbrados a tebeos de ambiente urbano y con protagonista único. Los cuchillos de la crítica empezaron a afilarse.

Y con razón. Para empezar, el casting no podía ser más facilón, añadiendo a los obligados Iron Man y Capitán América el pluriempleado Lobezno y el solitario por antonomasia Spiderman, metido con calzador en el grupo. Al principio a Bendis se le notaba anquilosado y sin mucha habilidad para manejar un reparto coral. Las aventuras de estos Nuevos Vengadores tenían poco que ver con la herencia de los cuarenta años anteriores. Desde luego no era la típica serie de “estamos en el salón de la Mansión, pasa algo, vamos, lo arreglamos, y volvemos a la mansión, y así una y otra vez”.

A lo tonto a lo tonto los Vengadores se convirtieron en el punto focal del Universo Marvel. Todas las grandes sagas de los últimos años han tenido como agentes destacados a los Vengadores. Así sus acciones originaron Dinastía de M, en su seno se gestó la división entre héroes que dio lugar a Guerra Civil, protagonizada por los dos Vengadores por antonomasia, el Capitán América e Iron Man; fue Tony Stark quien ocasionó y arregló, con ayuda de Vigia, World War Hulk; y las primeras pistas sobre Invasión Secreta también se dieron en la serie de Los Nuevos Vengadores.

No sólo eso, sino que Guerra Civil ocasionó la división de Vengadores entre los prófugos dirigidos por Luke Cage y los Poderosos Vengadores adeptos al nuevo orden, protagonistas de uno de los spin-off más coherentes que recuerdo. Esta sí es una serie de supergrupo clásico, con su enfrentamiento con un Ultron muy original, la gran idea de la plaga de simbiontes y el derrocamiento del Doctor Muerte, que, este sí, tenía armas de destrucción masiva.

Invasión Secreta, que al final ha resultado ser la menos secreta de las invasiones, es básicamente un crossover entre los dos grupos de Vengadores. Probablemente por eso en Marvel tuvieron el acierto de convertir durante el evento a ambas series en flashbacks que explican los entresijos de la invasión skrull. Ya hablaremos de Invasión Secreta allá por agosto, pero podemos adelantar que lo más interesante no es la miniserie en sí misma, sino la situación en la que queda el Universo Marvel tras la saga, que incluye una tercera serie de Vengadores, Los Vengadores Oscuros, que actualiza la mejor idea de la Marvel de los 90.

Yo me lo paso muy bien leyendo los Vengadores de Bendis. No son perfectos pero son tremendamente entretenidos, pasan muchas cosas y esas cosas son trascendentes, producen cambios constantes y originan nuevas historias.
¿Quién da más?

martes, 13 de enero de 2009

LA ARRUGA ES BELLA

¡Pero que bonito! ¡Bonito de veras!

Como lo prometido es promesa, este año también me he comprado la obra ganadora del Premio Nacional del Cómic, Arrugas, de Paco Roca . Obra maestra. De veras.

El tema se las trae. Las peripecias en una Residencia de la Tercera Edad de un grupo de abueletes en los que el paso del tiempo hace mella por días. Andadores, manías raras, pastillas a tutiplén y Alzhéimer son su rutina. Lo más fuerte que se pueden permitir es una infusioncita de té verde. Y aún así tienen vida, aunque sea una vida anclada en el pasado.

Con su justo punto de sensiblería, la fuerza de Arrugas está tanto en lo que cuenta como en el espléndido uso de sus recursos narrativos. El guión es una delicia cuyas referencias son tanto las propias experiencias del autor como películas del estilo de Cocoon, Despertares o Perfume de mujer. Eso sí, en pocos sitios he visto nada tan bonito como la escena del campanario. Pero bonito de verdad.

Y como no sólo hay que tener cosas que contar sino saber contarlas, este tebeo es un prodigio del uso de recurso como el flashback, nunca tan apropiado como en esta historia de personas que tienen tan presente el pasado. Que no nos engañe la aparente sencillez de la diagramación de la página. Hay mucha ciencia y más complejidad de lo que parece en esta historia sin textos de apoyo y que consigue eso tan difícil de poder leerse bien.

Uno siempre duda en esta clase de premios, si no será un premio a toda una carrera aprovechando que el autor ha creado una obra apreciable. No es el caso. Paco Roca, aunque con una trayectoria más que apreciable es aún joven (sólo un añito más que yo) y va a tener mucho tiempo para que le den galardones conmemorativos.

La editorial original de Arrugas es la francesa Delcourt. Desconozco los avatares editoriales de la obra, y por qué acabó siendo editada en Francia, pero estoy seguro de que resulta duro vender una historia con esta temática, mucho más aquí que más allá de los Pirineos, donde tienen más apertura de miras. Como duro resulta para un lector pijamero o japo atreverse con un tebeo así.

Menos mal que hay premios que ayudan a que obras tan maravillosas como esta se difundan más. O amigos que la recomiendan fervientemente.

Aquí, un amigo.

jueves, 8 de enero de 2009

LA MODA ZOMBI

Ya no nos asustamos como antes. Ahora los vampiros son una tribu urbana en el peor (¿mejor?) de los casos o unos mojabragas que esperan redimirse por amor. Frankenstein es un pobre alma carne de psiquiatra. El hombre lobo no es peor que cualquier psicópata de los que salen en los periódicos. Y lo de las momias daría más miedo si en vez de maldición tuvieran una hipoteca de 45 siglos por la pirámide. Vivimos una época de apariciones y ectoplasmas de ojos rasgados. Y de zombis.

Los zombis empezaron como falsos muertos controlados mágicamente mediante vudú y pociones raras, pero llegó George A. Romero y cambió el origen mágico por el radiactivo, más acorde con los miedos de los años 60. Estos zombis sí eran muertos vivientes, comían carne humana, eran contagiosos y aunque eran muy lentos siempre se apañaban para pillar a sus pobres víctimas.

Los zombis de principios de siglo ya no se llaman zombis, sino infectados, como decían en Muchachada Nui. Este origen biológico es lógico en la era del sida, el ébola y la gripe aviar. Además estos zombis corren que se las pelan y acojonan que no veas.

El resurgir del zombi gracias a películas como 28 días después o videojuegos como los Resident Evil tiene su lógica porque incide en los miedos de nuestra época. De hecho no sé si alguien se habrá inventado al terrorista zombi, pero no me extrañaría. Eso ya sería el summum.

Los nuevos zombis son fruto de la manipulación genética y el contagio, una masa informe de seres asquerosos que desean convertirte en uno de ellos, y cuya extensión supone el fin de la civilización tal y como la conocemos. Ninguna otra clase de monstruo despierta esos sentimientos tan inquietantes y tan cercanos que se ven personalizados en el arquetípico grupo de supervivientes que, ñaca, van cayendo uno tras otro. Y también está la fascinación de lo asqueroso, como cuando te arrancas una postilla antes de tiempo, te revientas un grano bien gordo o te remueves con la lengua esa muela careada o con ganas de caerse. Sí, venga, decid que no… XD.

Los zombis ya no son patrimonio ni del cine ni de los videojuegos. Aparecen en libros, como Guerra Mundial Z (de Max Brooks, hijo de Mel Brooks, y que ha sido uno de mis regalos de Reyes). En televisión, como en la miniserie inglesa Dead Set (en la que los únicos supervivientes son los aislados concursantes de Gran Hermano). Y en tebeos.

El más famoso es Los muertos vivientes, que lleva cinco años de publicación y de la que ya se habló por aquí a cuenta de su guionista, Robert Kirkman, que se apunta a los zombis torpones y a un reparto de supervivientes realmente magnífico. Lo dije y lo repito: pedazo de serie de televisión si HBO o Showtime se animaran.
Marvel Zombies surgió de una idea loca de esas que sólo Mark Millar parece tener. Tras debutar en Ultimate Fantastic Four, en Marvel decidieron estirar el filón y recurrieron, cómo no, a Kirkman, que optó por la vía del cachondeo, convirtiendo a los personajes Marvel en zombis parlanchines, histéricos, famélicos y con remordimientos pasajeros.

Mucho menos afortunado estuvo Warren Ellis con Blackgas. Primero porque Max Fiurama es un mal dibujante, y segundo porque Ellis tampoco se lució mucho. No te crees a la protagonista, que de pija californiana pasa a ser un trasunto de Bruce Willis por su capacidad inventiva a la hora de cepillarse a los monstruos. Si encima te cargas a la prota en el penúltimo capítulo, le das el protagonismo a un nuevo personaje y a ese personaje enseguida le cae encima una bomba atómica lanzada por el Gobierno para acabar con la epidemia, el chasco se hace evidente. Pero ya sabemos que Ellis no sabe acabar sus historias.

He leído en alguna página yanqui que el de zombis es ya el segundo género más importante en los tebeos americanos. Probablemente exageran, pero la moda está ahí. ¿Os sentís partícipes de ella o pensáis, como decía Steven Grant el otro día, que ya están demasiado vistos? (Iba a decir que ya apestan, pero esa es la broma fácil XD)

lunes, 5 de enero de 2009

LO QUE VENDRÁ (O NO)

¿Será el 2009 el año en el que Planeta consiga editar en condiciones? Es decir: Puntualmente. Sin fallos técnicos. Sin intercambiar portadas italianas y españolas. Respetando el producto original... Que ya llevan cuatro años así, leches. Y la actual y poco atractiva DC no ayuda: he visto ya el listado de enero y hay muy poquito que me llame la atención.

¿Apostará Planeta por autores españoles? Tiene pinta de que sí, y apuntando al mercado que ya tienen Ponent Mon o Astiberri.

¿Y Panini qué? Este año lo van a tener marcado por Invasión Secreta, que ha resultado ser la menos secreta de las invasiones. Ya hablaremos de eso. Lo interesante es la situación del Universo Marvel tras el evento. La idea es genial.
¿Seguirá DC tan aburrida como el año pasado? Pues tiene toda la pinta.

¿Veremos Watchmen en marzo en cines? Con el pleito entre Warner y Fox (que cada día cae peor) aún no se sabe.

¿Remontará Heroes el vuelo? Como sigan con sus viajes en el tiempo y con sus tebeos proféticos lo veo muy negro.

¿Cuál será la “siguiente gran cosa”? O mejor ¿habrá “siguiente gran cosa”?

¿Aguantará este blog un tercer año? (Por cierto, mañana cumplimos dos). Pues ni idea, pero entre tanto nos divertiremos.

¿Me aguantará el PC otro año más?...

Pero la gran pregunta es ¿Afectará la crisis económica a los tebeos? ¿A favor? ¿En contra?

¿Y vosotros, queridos/as míos/as? ¿Tenéis alguna otra expectativa, duda o esperanza? ¿A qué esperáis para usar los Comentarios?

EL 2008 DE ¡YO DIGO NO!

Con un pelín de retraso toca resumen anual. (¿Os he contado mis cuitas con el ordenador? Hm, sí, creo que sí.)

Planeta o el eterno frenesí. En Planeta empezaron el año reestructurando el organigrama de la empresa y lo acabaron casi sin publicar tebeos. Lo de anunciar casi 60 novedades para el Salón del Manga y quedarse en 10 mal contadas ha sido apoteósico. Anabelle Espada tiró para Norma y Jaime Rodríguez abandonó el mundo del tebeo. En medio, nuevas pifias packageras y una pequeña polémica a cuenta del tratamiento que Dolmen dio a todas estas noticias, digno del informativo de Pedro Piqueras.

Panini o la cómoda monotonía. Panini tiene un plan editorial sin fisuras y la suerte de publicar una Marvel de lo más entretenida. Lo malo es que no tiene pinta de que vayan a arriesgar mucho en el futuro con nuevos formatos o estilos, salvo en la reedición de Clásicos. Clásicos Marvel, claro. También se está confirmando la tendencia a no publicar las nuevas series en quiosco.

Otras editoriales. Norma, La Cúpula y Glenat (editorial de madre francesa publicando manga en España, toma globalización) siguen a lo suyo y les va bien. Las más pequeñajas también han conseguido un nicho estable. Ivrea se ha especializado en manga, Aleta con producciones propias, italianas e Invencible, Astiberri va diversificando sus temas, De Ponent, Dibbuks y Diábolo dando oportunidades a autores españoles, Apa Apa con tebeos más experimentales, y algunas otras que van sacando una o dos novedades al mes. Hacía tiempo que no había tanta variedad en el mercado. Que dure.

El (deseado) crepúsculo de Jeph Loeb. A finales de año fue despedido de Heroes. En un capítulo de la serie tuvo la caradura de hacer que apareciera una librería de comics repleta de tebeos… escritos por él. La causa de su despido no fue esa, sino el desbarajuste argumental y los penosos índices de audiencia de la serie más prometedora de los últimos cinco años. Sin embargo el lector de tebeos tiene más tragaderas, y en noviembre Loeb colocaba Ultimatum #1 y Hulk #8 en los puestos 1 y 3 de los más vendidos.

Cansancio bloguero. Se está comentando mucho que el fenómeno bloguero está perdiendo auge a favor de las redes sociales o de microblogging, como el Twitter. En el caso del blogueo tebeero, aunque los clásicos resisten, sí que parece que también estamos –me incluyo- perdiendo el entusiasmo primigenio, algo, por otra parte, natural. La verdad es que uno acaba cansándose, aunque sea un poquito, de hablar tanto de Planeta, de Didio y de Loeb, y los temas generales se van agotando, lo que explica que publiquemos de manera más irregular. Como efecto colateral los trolls, nuestra mayor y segura fuente de audiencia, también se cansan. Mecachis.

Los “nuevos” guionistas. Les dimos un repaso a Dan Slott, que va subiendo y ya está escribiendo una serie de Vengadores. A Dwayne McDuffie, que triunfó en los dibujos animados pero que aburre con sus tebeos. A Robert Kirkman, que tras un paso irregular por Marvel, se ha dedicado a sus estupendos tebeos de Image y tan bien le va que le han hecho socio al mismo nivel que los fundadores que aún se mantienen en la editorial. Y a Greg Pak, que hizo World War Hulk y que, aunque sigue en Marvel (Hercules, Skaar, War Machine,…), nadie habla ya de él.

Año peliculero. El caballero oscuro, Iron Man y El Increíble Hulk fueron éxitos de taquilla e, increíblemente, de crítica. Increíblemente porque eran buenas y los críticos lo reconocían. Sin embargo la película sobre superhéroes más taquillera, es la olvidable Hancock, que te vendían como una comedia, y así empieza, y luego la terminan de una manera tan estúpida como supuestamente dramática.

Alterando universos. Un Día Más cumplió, bajo una granizada de críticas, su misión de devolver a Peter Parker al estado solteril y enmascarado, aunque ello significara alterar los últimos 20 años de la historia de Marvel. No cumplió su misión de aumentar las ventas, que era de lo que se trataba. También hablamos de cómo DC lleva esos mismos 20 años reinventando su Historia una y otra vez en vez de mirar hacia delante. Como prueba, la miniserie de Geoff Johns y Gary Frank en la que recuentan por enésima vez el origen de Superman y todo porque DC no tuvo la valentía de empezar desde cero todas las series de su Universo cuando acabó Crisis en Tierras Infinitas.

El odiado Didio. No ha dado ni una. Ninguna de las nuevas colecciones ha tenido el menor éxito, ha habido colecciones anunciadas que al final no salieron y, sobre todo, el gran megaevento, Final Crisis, ha acumulado retrasos impensables que seguramente han acabado con el poco fuelle que de por sí tenía y anulado cualquier efecto que fuera a tener en la enésima reescritura del Universo DC. Y, sin embargo, dicen que los directivos de Warner, la casa madre, están contentos con él. Me lo expliquen…

Para no alargar esto más, que siempre están los que no son de mucho leer y los libros de Harry Potter le duran dos años, haremos una segunda parte con pronósticos, deseos y expectativas. Dentro de un rato.

domingo, 4 de enero de 2009

YO HE VENIDO A HABLAR DE MI PELÍCULA

Servidor, por esas circunstancias azarosas de la vida, es coguionista de la película de animación El lince perdido , que se estrenó el día de Navidad. Quizás hayáis oído hablar de ella en prensa o televisión. Este es el trailer, y está especialmente recomendada para padres treintañeros que quieren tener entretenidos a sus pequeños retoños y retoñas.



Aparte de un ejercicio de publicidad descarada este post es mis propios “extras de dvd”. Porque ¿os habéis fijado en que los pobrecitos guionistas nunca son entrevistados? Los directores, los productores, el de los efectos especiales,... Esos sí, pero al guionista, que lo zurzan. La vida es injusta con los guionistas. Bueno, vamos allá.

¿De quién es una película? Las películas son un trabajo colectivo en el cada miembro del equipo se refiere a la película como “mi película”. Pero se habla de “una película de (nombre del director)” y, en este caso, hay dos, Manuel Sicilia y Raúl García. Si os veis esta pequeña entrevista, realizada por hoycinema.com. , me ahorraréis mucho de escribir.

Primus inter pares. Raúl García es el animador (etimológicamente, el que da alma) de personajes como el Genio de Aladdin o las gárgolas de El Jorobado de Notre Dame. Raúl se incorporó a la producción de El lince perdido cuando ésta estaba en sus primerísimas fases, y aportó experiencia y contactos, aunque la fuerza motora de la producción en el día a día ha sido Manolo Sicilia. Los que escriben libros sobre dirección de empresa y relaciones laborales deberían echarle un ojo a la manera en la que Manolo dirige el estudio de animación, y el fervor y devoción que despierta entre el equipo de más de 40 personas a su cargo entre las que hay antiguos colaboradores de Megamultimedia, como el director artístico, Óscar Jiménez Vargas, Miguel Ángel Lacal o el bueno de Ramón. Imaginad a Superman en la JLA, pues eso es Manolo en Kandor.

Secret Origins. Manolo y yo nos conocimos en la Librería Flash, hace ya 20 años, y nos hicimos amigos cuando le vi en la Facultad con gafas y le dije “¡Es Clark Kent!”. Es, probablemente, y con permiso de Mariano Bayona, el tío que más sabe de Superman en España. Su empresa de animación se llama Kandor Graphics. Su hijo se llama Samuel Kalel. Hay padres que no temen traumatizar a sus hijos.

La primera vez que fui a su casa, Manolo estaba dibujando píxel a píxel un dibujo de La Sirenita con un 386. Pronto formamos un grupo de rol que jugaba a El Señor de los Anillos cuando Peter Jackson aun hacía cortos gore. Manolo era el máster y en el grupo se encontraba Loli, su futura esposa, Juan Molina, uno de sus socios en la productora, o el propio Pedro Angosto. Que 20 años no son nada, dicen.

Yo, profeta. Hace unos años Jaume Vaquer escribió en Dolmen un artículo sobre la gente del mundillo con la que había coincidido en Barcelona a principios de los 90: Piñol, Viturtia, Fonseca,... Se me ocurrió escribir una carta hablando de la gente con la que yo había coincidido en Granada: Pedro Angosto, Jesús Merino, Nacho Carmona, Juanjo Guarnido,... De Manolo Sicilia dije que sería el John Lasseter español. No iba desencaminado.

El parto de la burra. El lince perdido surgió como un encargo de la Junta de Andalucía para una serie de animación con animales y espacios naturales autóctonos. El primer borrador de guión lo escribimos Manolo Sicilia y yo. Un tiempo después la serie se transformó en película, pero la estructura básica de la historia se ha respetado hasta el final.

Manolo se dedicó a hacer las siguientes reescrituras a partir de reuniones periódicas que celebrábamos junto a Raúl y de numerosas charlas telefónicas y por Messenger, además de contar con el asesoramiento puntual de Pedro Angosto o Pepe Díaz. Según Manolo yo era un “frontón”, al que lanzaba ideas y problemas y que le proporcionaba otras ideas y soluciones. Es un sistema de trabajo muy divertido, pero al final ya no sabes quién ha escrito qué. Yo estoy convencido que el mejor chiste de la película es mío, pero Manolo insiste en que es suyo.

Es mío.

Creo.

Lo del cine siempre va lento. En este caso ha sido una producción de tres años, y ha sido una experiencia maravillosa ver lo que ha hecho el grupo de gente talentosa que hay en Kandor con las ideas que han ido saliendo durante este tiempo.

Write the truth. En mayo del 2008 pude asistir a un curso sobre guión impartido por Robert McKee. McKee es el autor de El guión, la Biblia de la escritura cinematográfica. Quizás a algunos no os caiga bien si os cuento que Bendis asegura que todo lo que sabe de escribir guiones lo aprendió de McKee. Yo tenía el libro de McKee y se lo llevé para que me lo firmara. Lo hizo con un “Write the truth”, que me pienso tatuar un día de estos.

No, no conozco a Antonio Banderas. Algo tendrá la película cuando tanta gente se ha ido subiendo a su carro, como Antonio Banderas, que ha puesto tanta fe en ella y en su promoción que hasta le ha añadido su nombre al principio. Banderas caerá mejor o peor, pero tonto no es y suele invertir sobre seguro. Que Antonio Banderas estuviera implicado en la misma película que un servidor no significa que haya coincidido con él ni que lo conozca. Si no me lo han preguntado cien veces no me lo han preguntado ninguna. Ah, el glamour...

Reacciones. La película ha tenido muy buena acogida en los festivales donde se ha proyectado. Aquí tenéis un video de Animadrid, en septiembre. Las caras de los niños son impagables.
La crítica está siendo muy amable con la película, como en Fotogramas , o en El País, o incluso en cadenas de televisión. Aparte de que la película está objetivamente (XD) muy bien, saben valorar el esfuerzo por hacer algo distinto a lo habitual en este tipo de producciones patrias. Más mala baba están teniendo algunos (pocos) internautas, blogueros, foreros y similares, calificando la película de mierda sólo por haber visto el trailer, o inventando historias raras. Hay mucho bilioso suelto. Hasta existe una cosa llamada “precríticas”, que consiste en criticar películas sin haberlas visto. El internet es flipar y no acabar.

Premiere. Pude ver la película terminada al 100% en amor y compañía con ocasión del preestreno granadino. Fue jugar en casa, rodeado de los nerviosos miembros del equipo y sus familias y allegados. Ver el nombre de uno en una pantalla del Kinépolis es toda una experiencia.

También hubo sesión de fotos con la mascota de rigor. No pudimos resistir la tentación de hacer el chorras.

De izquierda a derecha: Manolo Sicilia, Jose Aguilera (webmaster de la película), Pepe Díaz, Félix y uno que pasaba por allí.

Un chasco. Tengo ganas de ver la película en una sesión normal con público normal. Se ha estrenado en 183 salas de toda España, que cuenta con 4000 salas. Una cifra buena para una película española, pero que palidece al lado de, por ejemplo, Madagascar, que se estrenó con 580. Pero este no es el chasco, es lo que hay. El chasco está en que Antequera tiene ocho salas y la película no se ha estrenado. Nadie es profeta en su tierra y etcétera.

Nominados. En el primerísimo número del Passive Comics, el fanzine que hacíamos Pepe Díaz y yo, aprovechábamos para reírnos de los Oscar, los Goya y similares con una historieta llamada Premios CAM (Club de Amigos del Muñequito). 20 años después, El lince perdido está nominada a los Goya. Tendría que haberme reído de la Lotería de Navidad o de la Primitiva.

Futuro. El futuro inmediato está en la taquilla La competencia son Australia, The Spirit (¿es tan mala como dicen?) y los millones de estrenos de dibujitos del último mes. Más allá, Kandor prepara ya nueva película, Goleor: La balanza y la espada. Manolo Sicilia lleva dándole vueltas a esta historia desde hace más de 10 años. La primera prueba de diálogos, basado en sus ideas, la escribí hace ya una década y, el cine es así, lo que se hizo entonces no tiene nada que ver con lo que se proyecta ahora.

La música de un maestro. Si habéis llegado hasta aquí os lo voy a agradecer en forma de canción. La banda sonora de la película, que es buena de verdad y no tiene nada que ver con los tostones melodramáticos que se suelen hacer por ahí, la ha compuesto Sergio de la Puente. Podéis oír algunos fragmentos en la página web de la película. Además en los títulos de crédito suena esta preciosa canción de Yuri Méndez, del excelente grupo indi Pájaro Sunrise. Si quieres enamorar a alguien esta es tu canción.