domingo, 7 de septiembre de 2008

NEW YORK FRIKI TOUR (I): EL AMBIENTE

Nueva York huele mal. Una mezcla de alcantarilla, pizza y perrito caliente –un puesto cada diez metros-. Pero Nueva York es tal cual sale en las películas, hasta en los grafittis del Metro o en el humillo que sale de las alcantarillas. 

Nueva York también es la ciudad con más españoles por metro cuadrado. Españoles, no hispanos. Somos una plaga. Allí somos los guiris, y somos inconfundibles, especialmente en Chinatown. Nosotros, europeos catetos, somos incapaces de distinguir entre un chino y un japonés. Los vendedores callejeros, de un vistazo, nos ubican con su hispa-radar y nos ofrecen Rolex falsos al grito de “Leloe, leloe”.

Lo de Chinatown es como un túnel de teleportación. Estás rodeado de carteles en inglés y un semáforo más allá estás en medio de Gran Golpe en la Pequeña China. Porque lo que llama la atención en Nueva York es la diversidad. Te puedes encontrar desde una japonesa con kimono

hasta una chica leyendo Watchmen en el Metro.

Y, hablando de Watchmen...

Por mucho que en la película de Iron Man se hayan llevado al personaje a vivir a Los Ángeles, Nueva York es la ciudad de los superhéroes. Si vas al Toys’R’Us de Times Square, tan grande que dentro cabe una noria, te puedes encontrar con Superman deteniendo camiones

o a Spiderman en posturas indecorosas,

Hulk o Iron Man adornando los abarrotados autobuses para turistas...

Y cuando miras un escaparate te encuentras merchandising de Superman o Wonder Woman.


Echadle un nuevo vistazo más detenido a las fotos. No es una librería especializada, sino un comercio de Christopher Street, que es el Chueca de allí, y donde lo de “sacar del armario” se lo toman muy en serio, como se ve en esta pintada.

Y es que la influencia del bueno de Bruce se deja de notar en multitud de negocios con nombre Gotham, como esta pescadería

o este sitio de lucecitas.

Allí todo es grande, pero sobre todo grande hacia arriba, y algunos rascacielos parecen la morada de un villano, todo cemento, nada de ventanas, salvo las lanzaderas de las naves de asalto.

Y no exageramos al utilizar la palabra villano. Se trata de la sede de la compañía telefónica AT&T, y ya sabemos que las empresas de telefonía, las de seguros y las líneas aéreas son los auténticos villanos de nuestra época.

Si miras hacia arriba, en el cielo, puedes ver un pájaro (las ratas del aire), e incluso un avión, aunque más probablemente un helicóptero, que los hay a docenas. No verás tíos volando si miras al cielo, pero sí puedes encontrar detalles jugosos, como que tu hotel sea en realidad la Casa de M.

Y que al lado esté la Casa de W (?)

Incluso te emocionas y piensas que esta Watchtower es la Atalaya de la JLA, pero luego te acuerdas de que estaba en la Luna y que esto es el periódico de los Testigos de Jehová.

Hablando de ilusionarse, la siguiente foto es del Loeb Boathouse, que es donde alquilas las barquitas en El Lago de Central Park. Esperanzas vanas, no es el nuevo trabajo de Jeph Loeb, sino que el encargado es un primo suyo del Bronx.

Una socorrida cisterna de agua. ¿Cuántos incendios no habrá apagado el héroe de turno rompiendo una de estas? ¿Cuántas veces no las habrá usado el villano para intentar ahogar al héroe o para arrojarlo contra los indefensos viandantes?

Hablando de viandantes, para mi sorpresa Nueva York es una ciudad donde se puede andar y los semáforos dan prioridad al peatón. Por supuesto que hay muchos coches, aunque casi no hay motos. Sólo vimos una. Esta. Un auténtico Motorista Fantasma.

A riesgo de repetirme, Nueva York no tiene superhéroes, pero debería, porque es una ciudad donde los rascacielos tienen en su interior árboles, como aquel edificio de Bruce Wayne en los años 70

y en la ONU hay un monumento a las pistolas a las que Superman les ha hecho un nudo.

En el Museo Guggenheim hay hasta una estatua dedicada a esa amenaza tan socorrida, las arañas gigantes.

Atentos al detalle: tras la arañita se puede leer: “Ronald O. Perelman”, el nombre de uno de los benefactores del Guggenheim. El señor Perelman compró Marvel en los años noventa y fue el que la mandó directamente a la bancarrota. Quizás menos sabido, Perelman también fue el dueño de Panini durante una temporada. Pues mirad, mirad para lo que ha quedado Panini en EEUU, para vulgar pizzería.

aunque alguno de sus traductores sigue en activo.

En Nueva York puedes, incluso, desarrollar superpoderes. En serio. No sólo se te activa el hispa-radar (es que somos inconfundibles, de verdad) sino que puedes empezar a hablar con las ardillas de los jardines y que estas te prestan atención.

Yo, Squirrel Boy.

Todo es grande en Nueva York, especialmente las publicidades de películas y series de televisión, que pueden llegar a ocupar edificios enteros, como esta de Mythbusters

o como ésta publicidad grande de cosas grandes grandes. Pero grandes, eh.

El próximo día: Cultura en Nueva York, con, ahora sí, direcciones y mapitas.

6 comentarios:

JotaceDT dijo...

Mamón, qué envidia más gorda

Pablo G. Naranjo dijo...

Lo mismo digo. Estoy que trino. ¿Cuándo me llegará a mi la hora?

Unknown dijo...

En new york esta todo a lo grande ¿no?
¿están intentando compensar algo?
¿tienen los americanos algún complejo?
:D Juajuajua!

p.d. yo tambien tengo envidia... ¬_¬

luisito dijo...

oiga usté, decirle que me ha encantado este cuento sobre NY y ya espero ansioso el siguiente... saluditossssss

José Enrique Machuca dijo...

Huy, Jotacé me ha insultado. ¿A que te baneo, a que te baneo? Y tranquis, que yo pensaba lo mismo, y al final se puede hacer. Los hay peores: mi prima se casa el mes que viene y se va para Japón de Luna de Miel. Al parecer también se llevará al marido.

Es verdad que presumen de que todo lo suyo es grande. La Catedral de San Juan El Divino, que está en construcción, también es la más grande del mundo... cuando la acaben. Son la leche.

¿Cuento? ¿Cómo que cuento? ¡Son historias épicas! Un respeto, joven.

Peribáñez dijo...

Muy chulo el repaso gráfico a NY. Y divertido.