domingo, 21 de enero de 2007

TODO POR LA PASTA

No hace mucho que Atarieterno escribía "¿crees que la figura del librero -si llamamos así a nuestros vendedores de tebeos- juega un papel importante dentro de esta industria?, ¿hasta qué punto puede influir en la difusión de una obra, sobre todo de autores españoles?, ¿te hacen descuentos por buen cliente?, ¿haces vudú con un muñeco de tu librero cuando se le olvida guardarte ese número que coleccionas?; algunos brillantes, otros indeseables, pero ¿alguno dice la verdad?..."

Para empezar en España no hay industria del tebeo. Eso no es, en principio, ni bueno ni malo. Es. Por otro lado hace mucho tiempo que le he perdido la visión romántica a este mundillo. El librero no tiene que fomentar valores culturales ni hacer promoción de autores patrios ni nada de eso. Lo que tiene que hacer el librero es ganar dinero. Y cuanto más dinero, mejor. Mejor para todos.

Y ganará dinero si los empleados de la librería conocen el tema, son amables en el trato y saben responder a las dudas de los clientes. Si el negocio está situado en una zona comercial óptima y en un local amplio y bien organizado. Si se mantiene al día de las nuevas tendencias y consigue así renovar y aumentar su clientela. Si sus clientes tienen un tanto por ciento muy alto de probabilidades de comprar lo que andan buscando. Si su negocio es un sitio agradable donde estar. Si ofrece a sus clientes mejores condiciones que la competencia. Si sabe aconsejar al cliente de manera acertada. Si organiza eventos y promociones que satisfagan a sus habituales y atraigan a nuevos clientes. En definitiva, si se toma su negocio como lo que es, un medio de vida. Y los negocios sobreviven y prosperan si tienen al cliente contento. Ergo, la cantidad de dinero que gane el librero será señal de la felicidad de sus clientes.

Pocos negocios sobreviven mucho tiempo al maltrato al cliente. Seguro que todos tenemos (y ahí están las réplicas a disposición de todos) historias sabrosas que contar de las librerías que hemos frecuentado. Yo tengo la suerte de olvidar las cochinadas que me hacen y la habilidad de alejar a los cochinos de mi vida, así que no recuerdo ninguna judiada que me hayan hecho. Lo más sencillo y efectivo en esos casos es coger carretera y manta, que hay barcas para seguir.

Por supuesto que, por mucho esmero que ponga el librero, si el producto que vende no es bueno, le va a ir mal. Así que la pregunta correcta no sería qué hace el librero por el autor español, sino que hace el autor español por el librero. Y, sobre todo, qué hacen las editoriales por el librero. Es decir, qué hacen por sí mismas.

¿Tenéis experiencia como libreros? ¿Os atreveríais a montar una librería especializada? ¿Habéis ligado alguna vez en una librería de comics?

6 comentarios:

Atarieterno dijo...

Veo que al final has optado por el planteamiento técnico-reivindicativo-guillotinador.

Desde luego has dicho algunas verdades como templos, incluso facilitando de manera gratuita un completo manual de "Cómo ser un librero competente y ganar dinero a espuertas", que dicho sea de paso, ya podrían estudiarlo muchos de los autoproclamados "libreros" que conozco. En ese tema has dado con el quid de la cuestión, y por mi parte el añadir más sería una redundancia.

Dices que en España no hay industria del tebeo... bueno, si te refieres al aspecto puramente autóctono, cierto es (quizás sea la herencia que tenemos, fruto de 20 o 30 años esclavizando a nuestros autores -a los que no emigraron- ), y por ello no pasamos actualmente de ser meros "traductores" (con frecuencia mediocres) de Yanquilandia y algo de europeo.

Sin quitarte ni un ápice de tus argumentos, referidos a la proporcionalidad directa entre "dinero pal librero / satisfacción del cliente", yo añadiría un poco de "romanticismo" al asunto, que en última instancia será lo que nos quede (junto a nuestra entrenada imaginación) en la transacción de tebeos por euros; de lo contrario podemos realizar todas nuestras compras por Internet directamente a Planetacómic.

Sin embargo me gustaría compartir tu suerte, y poder olvidar fácilmente esas "cochinadas" que tú, yo, y cualquier entusiasta con cierta permanencia en este mundillo ha sufrido (quizás sea por mi debilidad "romántica"), pero confío que el tiempo (lo cura casi todo) pondrá de su parte. De todas formas, el librero no deja de ser un humano más (aunque algunos se crean semidioses -¿verdad Jesusito?-), con los mismos defectos y virtudes que cualquiera (sustituye en tu entrada la palabra librero por albañil, y seguirá teniendo la misma coherencia).

Respondiendo a tus preguntas, te diré que no he tenido experiencia como librero, pero gustosamente abriría una librería especializada aunque simplemente cubriese los gastos de mantenimiento del local y salario del personal, pero beneficiándome de los precios para libreros (tendría que comprar otra casa para continuar coleccionando tebeos).
Respecto al ligoteo, en locales donde la presencia de féminas se cifra en un 5%, creo que tienes más posibilidades yendo a rezar el Rosario en Misa de diario.

Anónimo dijo...

Nos estamos olvidando de una serie de planteamientos. Desde la experiencia en pequeña librería:

No sé si habéis trabajado de cara al público. Pero pensad en estar nueve horas ante un mostrador, viendo día a día caras y problemas e historias. Blablablá, mi novia me ha dejado. Blablablá, los vengadores de bendis molan. Así seis días a la semana. Problemas con la distribuidora. Problemas con el ladrón de turno. La buena cara constante que duele. El resabidillo que viene a darte lecciones. Las novedades que no llegan. Nos olvidamos tambien que el librero suele pagar al distribuidor de inmediato... y el distribuidor no paga de inmediato a nadie: Hale, problemas de solvencia.
A la peculiaridad propia del mundo del cómic, atractora de elementos extraños, súmale la dificultad de estar ante un negocio y pagar tus autónomos y tus impuestos. Con lo que eso conlleva hoy día.
Sí, se tiende a demonizar al sector más inmediato. El autor al editor, el editor al distribuidor, el distribuidor al librero, el librero al lector, y viceversa todos ellos. No creo en culpas concretas, sino en que falla la sinergia entre cada uno de los pasos. Los autores, divos, los editores, ante un mercado que no comprenden y no tienen ganas de comprender, los distribuidores, ávidos de dinero, que lo mismo les da distribuir esto que balones de playa, los libreros,a veces vendiendo material que no les gusta y bordes y hartos de problemas, los lectores, exigentes y mezquinos.

Y hay de todo, como en botica. Hay santos varones tras el mostrador y hay misters Scrooges frotándose las manos. Aunque lo que más abunda es la jamona que no tiene ni idea y un buen escote.

Y vale, como librero sí se liga. Y ahora más, que los viernes por la tarde se llena todo de muchachuelas ávidas de ming... ¡de manga!

Sí, las otakus suelen ser bisexuales. Las jamonas funcionan.

Atarieterno dijo...

Nuestro contertulio Griffin nos relata toda una suerte de inconvenientes en el oficio de librero (con el que estoy totalmente de acuerdo), pero ESO PRECISAMENTE FORMA PARTE DE SU TRABAJO; todo lo mencionado pertenece a su idiosincrasia, y si el vendedor no es capaz de sobrellevarla, pues como decía mi Sargento cuando yo hice la mili: "¡Hubieses elegido fontanero!" (bueno, en realidad decía "¡Haber elegido fontanero!", gritándote en el oído y escupiendo).
Desde que Dios nos expulsó del Edén, todo trabajo implica eso, TRABAJO, y nada puede justificar la incompetencia de un librero.

Mencionas al ladrón de turno (lamentablemente, una realidad común en todas las poblaciones), pero más patético resulta que el mismo librero te robe, aprovechando tus problemas de aparcamiento e incluyendo en tu cuenta el importe que le viene en gana, y todavía puedes sentirte más defraudado si tu fidelidad es la que le paga el alquiler del local todos los meses.

Anónimo dijo...

Por supuesto, atarieterno, que forma parte del trabajo, y que si no aguantas el calor, te sales del horno.

Lo que quería señalar -con poco éxito- era, ni más ni menos, que los lectores tendemos demasiado fácilmente a demonizar un sector, el inmediato, cuando no sabemos qué habas se cuecen dentro. Algunos de aquí lo saben, claro, pero lo fácil, y lo que se lee por ahí es: "¡Ah, los libreros son unos ladrones!" "Ah, los editores son unos cabrones". "Ah, ese calamar tiene la culpa de todo".

Sí, hay libreros ladrones. Y libreros que no lo son. Y clientes ladrones, y clientes que no lo son. Y tocan las pelotas lo mismo un ladrón que otro.

El fallo del mundillo viene de las relaciones entre A, B y C. Señalar a mengano o a fulano como el culpable es lo que leo en muchas partes.

Pero vamos, si decimos que hay libreros cabrones... Los hay. Y las jamonas. No las olvidemos...

Atarieterno dijo...

Estoy contigo, Griffin. Tu exposición no cae en saco roto, simplemente hablamos y comparamos nuestras opiniones, de lo cual disfruto sinceramente.

Cierto es que tendemos a demonizar, y tienes toda la razón al decir que la situación es fruto de la relación autor-editor-distribuidor-librero-cliente, y todos aportamos sin duda nuestros defectos, pero creo que dentro de esta especie de "cadena alimenticia", nosotros ocupamos el último escalón (aunque no me cansaré defendiendo que el poder es nuestro, pues sin nuestras compras todos los demás se van al garete) y por ello nos toca aguantar bastante porquería.
Haciendo un ejercicio de humildad, quizás un día debamos dedicar algunos comentarios a la figura del lector (o comprador que no lee, que también los hay), y desahogarnos de igual manera (resuenan en mi memoria las palabras de Machucablog: "...lectores exigentes y mezquinos").

Nadie está en posesión de la verdad absoluta, pero entre todos nosotros seguro que desvelamos la punta del iceberg.

En cuanto a las macizas, ¡¡menos mal que no están en las librerías que yo frecuento!!, pues me originarían tal despiste que desembocaría en compras tan poco recomendables como "Desafío estelar" o "Thump´n Cuts" (¿para cuando un ranking de lecturas indeseables?).

José Enrique Machuca dijo...

No, no, Atarieterno, el que dice lo de "lectores exigentes y mezquinos" es Griffin, no un servidor. Y sí, ya ves que los hay.